- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Al pueblo, pan y circo, decían los romanos, su fórmula para controlar a las masas y seguir viviendo a cuerpo de rey, a costa de ella.
El desgobierno de Marito se encontró, casi a la fuerza, con el circo, pero del pan, ni noticias.
Los Juegos Odesur, aclaremos, son realmente un evento de lujo, desde su organización, boicoteada descaradamente por el Gobierno desde el día uno de su lamentable mandato, por dos motivos, uno el problema hormonal de Marito con todo lo que venga de Cartes, y recordemos que el gobierno que consiguió la sede fue el de Cartes, y donde se elaboró un ambicioso y serio plan de inversiones, a mediano y largo plazos, que incluía, por ejemplo, la construcción de una villa olímpica que luego se convertiría en viviendas a ser vendidas por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, entre otras cosas.
El importador de asfalto, el delincuente Abdo Benítez, empezó cambiando un ministro de Deportes de lujo, como lo fue Víctor Pecci, por una señora rica, con ánimos de figuretismo, que compró con aportes a la campaña del abdismo el cupo de ministra, como tantos otros que accedieron al “loteo” por efectivo que hizo este gobierno de los cargos, uno de los motivos de su “titanesco” fracaso en todos los frentes.
Luego se ocupó de recortar hasta más allá de los límites los presupuestos de Odesur, hasta llegar al punto de la casi suspensión en dos ocasiones.
La excusa era la reutilización del dinero en obras “más importantes”, que jamás se hicieron, pero los motivos, aparte del odio psiquiátrico a Cartes, eran utilizarlo en la pavimentación de rutas, asfalto que se compró de su propia empresa “Al Día” generándole fortunas, malhabidas como todo el dinero de Abdo Benítez.
Si hay un héroe en esta cuestión es el presidente del Comité Olímpico Paraguayo, Camilo Pérez, que recurrió a todos lados, sobre todo a la prensa a pedir auxilios y poder hacerle entender al ladrón mononeuronal que usurpa el Palacio de López el bochorno internacional y los beneficios que traerían estos Juegos al país.
Forzado, Marito aceptó y se ocupó igualmente de que el dinero salga a cuentagotas, muy lejos del proyecto original y con lo justito y menos para que se hiciera algo presentable.
Hoy, subido al éxito de los Juegos, a nivel nacional y también por la buena critica internacional, “el si que”, o sea Marito, es el más fanático, y quiere utilizarlos para tapar sus más de 4 años de muertes en pandemia, robo, saqueo y destrucción del país. Cree que 15 días de buen circo podrán tapar más de 50 meses del peor gobierno de la historia del Paraguay, pero ya ni la gente es tonta como él piensa, y cuando los Juegos acaben en unos días, volverá a verse la triste y paupérrima realidad en la que nos tienen sumido el badulaque y su pandilla.