• Por Beatriz Sánchez
  • ejecutiva de Negocios Preference de Banco Basa

El ahorro nos ayuda a protegernos ante situaciones de pérdida de ingresos o posibles reducciones, pero también nos ayuda a prepararnos para el futuro y a cumplir metas. Sea cual sea nuestro objetivo, ahorrar siempre es bueno y cualquier día está bien para comenzar.

Sin embargo, siempre giran dudas en torno al ahorro que nos impiden arrancar, por eso queremos apoyarte respondiendo alguna de ellas y que puedas iniciar hoy mismo.

¿Cómo empezar?

Una muy buena práctica es la siguiente:

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Destiná el 50% de tu dinero a las necesidades mensuales y prioritarias.

El 30% al ocio.

Y el 20% a tus ahorros.

Clasificá tus gastos del último mes o de los últimos tres meses a modo de tener un panorama claro. Evaluá y ajustá tus gastos para adaptarlos a la regla 50, 30, 20. Para esto no hace falta que hagas una lista escrita, actualmente existen muchas aplicaciones móviles que pueden ayudarte a tener registrados y clasificados tus gastos, como Finerio, aplicación móvil de finanzas personales y control de gastos.

¿Qué producto financiero podría ser útil para iniciar?

Podés empezar a juntar mes a mes con los ahorros programados que ayudan a generar un capital, de acuerdo a tu objetivo podés programarlo por seis meses, un año o poco más. Una vez que tengas ese capital tenés que pensar qué hacer con el mismo, como un CDA (certificado de depósito de ahorro) en un banco o cooperativa, o la compra de otro instrumento financiero (bonos acciones). También podés informarte sobre otro tipo de inversiones que ofrecen las casas de bolsa o bancos.

¿Puedo tener una deuda y ahorrar al mismo tiempo?

Las deudas no son nuestros enemigos, al contrario, una buena educación financiera te enseñará a endeudarte de manera responsable de tal forma que no pidas prestado más de lo que puedes pagar y generes un capital propio, para ello es esencial que identifiques cuáles son las deudas sanas y cuáles son las malas, así podrás descartarlas en caso de que no sean necesarias.

Deudas sanas: son las que nos ayudan a adquirir ciertos bienes como vehículos, casas, o a pagar estudios universitarios como masterados, cursos, o bien, a mejorar nuestro estilo de vida que es lo más importante para seguir creciendo.

Deudas malas: un claro ejemplo es el uso desmedido de las tarjetas de crédito y no pagarlas a tiempo, por eso es fundamental tener en cuenta cuáles son los pagos que hacemos con ellas y cuáles son las fechas de vencimiento.

¿Cómo debo usar las tarjetas de crédito para ahorrar?

Antes que nada, ten solo las necesarias, analizá cuáles son tus gastos mensuales más frecuentes y cuáles de tus tarjetas son las que más utilizás o te dan mayores beneficios. Una vez que hayas hecho esto organizá tus gastos y los días de compra, si con una de tus tarjetas tenés descuentos para supermercado los miércoles, ese puede ser tu día de compras, lo mismo con los gastos de higiene en farmacias o recarga de combustible. ¡Estar siempre pendiente de los descuentos que nos ofrecen las tarjetas es una buena manera de ahorrar!

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