“Duele decirlo, pero hay que decirlo”
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email: pabloherken@yahoo.com
El último informe de Cuentas Nacionales del Banco Central del Paraguay (BCP) correspondiente al segundo trimestre del 2022 revela dos caídas fundamentales. La primera tiene que ver con el segundo trimestre del 2022 versus igual segundo trimestre del 2021, arrojando el resultado negativo global del -3,4%. La agricultura se derrumbó -35%, a la manufactura no le fue bien con un descenso del -3,4%, la construcción bajó casi -7% y el sector de servicios (incluye comercio y finanzas) tropezó con un casi inexistente 0,1% positivo.
Estos comportamientos reflejan acabadamente lo que sucedió en aquellos terribles meses (abril-junio) con la pérdida de la cosecha de soja en un 70%, el encarecimiento del precio de los combustibles, el mayor ritmo de la inflación con subas de precios en prácticamente todos los sectores, en general, y en la canasta familiar de alimentos, en particular, el paro de los transportistas con cierre de rutas, sin cargas que transportar, en consecuencia el desabastecimiento de muchas materias primas como insumos para las industrias y los supermercados por los graves problemas de circulación, con el cierre incluso de varios pequeños negocios, sin olvidar los golpes de la pandemia.
Ese paro de transportista causó daños económicos solo en abril de alrededor de 50 millones de dólares, en forma directa, y una suma mayor en varias otras direcciones. Por ejemplo fue el disparador de la inflación. Más allá de los precios más caros de los combustibles, el mal real de los transportistas fue la pérdida de casi 7 millones de toneladas menos de soja que transportar, unos 241.000 viajes que realizar, que no se concretaron, con todos sus daños colaterales.
La segunda caída tiene que ver con el comportamiento global del primer semestre del 2022 versus el primer semestre del 2021 que arroja una caída del -2,2%. Antes hay que señalar que en el primer trimestre del 2022 el paso atrás fue del -1,1%. Desde la perspectiva semestral (-2,2%) la agricultura descendió -34,1%, la ganadería bajó -2,9%, la industria en una suerte de empate con 0,5%, la construcción subió 1,6% y el sector de servicio tuvo un avance del 2,1%.
Pregunta clave: Con este resultado negativo ¿se cumplirá el pronóstico del BCP de un crecimiento del 0,2% en el 2022? La pregunta del millón. El año pasado tuvimos un crecimiento final del 4,1%. Y en los dos últimos trimestres el crecimiento fue del 2,6% y del 0,2%. A nivel oficial se considera factible obtener subas superiores en el actual segundo semestre. Tendrían que ser sumas muy superiores para compensar el -2,2% registrado con mucho dolor en el primer semestre, según el informe del BCP. No siendo pesimista, me mantengo en el piso de que una caída económica es inevitable en el 2022. Pero nada será peor a aquel horrible segundo trimestre del 2022 (abril-junio) cuando la irresponsabilidad de la gente, empezando por los políticos, fue mayúscula. Una suerte de suicidio económico. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.