• Por Eduardo “Pipó” Dios
  • Columnista

La desesperación del gobierno de Abdo y sus secuaces políticos, mafiosos y mediáticos, o los tres juntos, se nota desde hace tiempo, eso no es novedad y es hasta razonable, sabiendo que estamos a 90 días de que empiece “la caída final”, y así como en la película sobre el final de Adolf Hitler, donde un magistral Bruno Ganz inmortaliza la escena tan conocida y “memeada” de la última reunión de su gabinete militar en el búnker del Reichstag, donde un desencajado, desesperado, derrotado y demente Hitler da órdenes sin sentido a un grupo de fanáticos que lo miran horrorizados y, acertadamente, preocupados por su negro futuro. Imaginamos a un Marito o quizás una Desirée Masi, con quien cogobierna desde el principio este barco corsario a la deriva y que se está yendo a pique, a los gritos, repartiendo órdenes sin sentido, enviando noticias falsas a los medios y periodistas alquilados, ofreciendo dinero o amenazando a quien no se alinea, pergeñando planes sin lógica, simplemente tratando de frenar lo inevitable: el hundimiento, la caída.

Este proyecto malparido, originado en la traición, abonado con mentiras, muerte, latrocinio y sobre todo un odio descontrolado hacia los que son todo lo que ellos jamás pudieron ni podrán ser, tiene los días contados. Ni las embajadas, ni los titulares de los medios quemados por el abuso de su otrora y ya lejana credibilidad pueden evitar que pase lo que tanto miedo les da, la patada en el trasero que les dará la voluntad popular, primero en diciembre y luego el 30 de abril.

Pueden seguir reventando las pocas instituciones que dejaron medianamente en pie, inventando noticias, falseando datos, comprando encuestruchas, pagando a sicarios, de los de la prensa y de los de verdad, la suerte ya está echada. Y se lo buscaron ellos, con el desprecio al ciudadano, la total falta de empatía, la grosería, la mentira permanente, el robo sin pudor y la muerte de más de 10.000 paraguayos, para que Mario Abdo pueda vender su maldito y sangriento asfalto.

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Ni la bola nuestra de cada día, el titular mentiroso de los pasquines, los posteos de los periodistuchos pytyvõ 2.0 sin medio, las cuentas falsas y el dinero de la cocaína de Abdo y sus socios, alcanza.

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