Tiene razón el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, cuando dice que el Paraguay es un país adecuado para radicar inversiones, donde existen las “oportunidades del mañana”. Esta afirmación la hizo frente a 2.000 personas y cerca de 700 empresarios provenientes de distintos países que llegaron a Asunción para interiorizarse de cómo hacer negocios en territorio guaraní, en el foro Paraguay Invest 2022. Este es el momento de hacer inversiones en Paraguay, pero, ¿saben por qué? Porque el gobierno de Mario Abdo Benítez está de salida.

Hablábamos en la semana en radio Uno con Gustavo Leite, ex ministro de Industria, sobre la soledad del poder del presidente Abdo. El síndrome del pato rengo ya se aplica con el mandatario faltando aún un año para que deje el poder y esto se da por su impopularidad. En un reciente acto del oficialismo, se observó la escasa presencia de la ciudadanía.

Según Leite, Abdo tuvo dos grandes momentos de inflexión en los que quemó su capital político: el acta entreguista de Itaipú y cuando se descubrió la gran corrupción con los insumos chinos en la pandemia. “Mario Abdo está con el síndrome del pato rengo y la gente con el síndrome del bolsillo perõ”, refiere el ex ministro.

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El empresario y hoy candidato a senador por el oficialismo Luis Pettengill lamentó el enfoque negativo de la prensa hacia el país. Sin embargo, nunca antes un presidente como Abdo tuvo casi el 80% de la prensa a su favor, pero nunca antes un presidente tuvo el nivel de rechazo ciudadano del 85% que tiene Abdo.

Es difícil enfocarse en lo positivo nomás como reclama Pettengill, cuando los industriales paraguayos están desesperados por la invasión de productos provenientes de China Continental. El 30% de lo que Paraguay importa proviene del país asiático, desde tecnología, vestimentas, cosméticos, calzados, porcelanatos y hasta materiales de construcción.

Cómo se puede pensar en positivo cuando la gerente general de la Asociación Industrial de Confeccionistas del Paraguay, Adriana Chaparro, no se cansa de denunciar el ingreso masivo de prendas de contrabando. Muchas familias emprendedoras y en otros casos, puestos laborales, se han perdido ya que con los productos ilegales es imposible competir en costos. Ingresan en contenedores millones de fardos con prendas de vestir a menos de un dólar. “Es triste ver cómo el contrabando nos mata”, dice Adriana.

Y menos aún se puede pensar en positivo cuando la inseguridad nos agobia. Christian Franco, propietario de un local gastronómico en la zona céntrica, denunció la inseguridad que se registra todos los días. Sus clientes ya no desean sentarse afuera, apenas ocupan su lugar ya se acercan mendigos a pedirles plata o comida, drogadictos a pedirle dinero y hasta inclusive algunos que roban directamente lo que ven en la mesa. Sus mozos están entrenados para ser seguridad debido a que todos los días deben lidiar con estas situaciones.

Es cierto, Paraguay es ahora un país con todos los condimentos para la inversión extranjera, pero, porque la gavilla liderada por Mario Abdo Benítez está a punto de rajar. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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