“Duele decirlo, pero hay que decirlo”
- Por Pablo Alfredo Herken Krauer
- Analista de la economía
- Email: pabloherken@yahoo.com
El Mercosur como conjunto (cuatro países socios plenos) no crecería en el 2023 con un 0% con tendencia negativa (avanzaría 2,5% este año). Ello a la luz de las actuales proyecciones de crecimiento económico que se manejan, y que son muy desfavorables en el caso de nuestros dos grandes vecinos. Brasil, que representa el 73% del bloque mercosurino apunta a un crecimiento extraordinariamente modesto del 0,2% que más merece el calificativo del estancamiento. Le sigue el caso de la Argentina sumida en una crisis cuyo desarrollo y final es totalmente imprevisible, aunque parecida a una bomba a estallar en cualquier momento, que según algunas estimaciones caería -1,5% el próximo año, representando el 23% del grupo en términos del peso de su economía en el total de la torta económica global.
El restante cuatro por ciento se reparten las dos pequeñas economías que en casi nada pueden incidir en el ritmo de la marcha: Uruguay crecería 2,5% y Paraguay lo haría en un 5% (nivel base) ya que hay estimaciones de un crecimiento del 5,2% (Hacienda), 9,8% (MF Manuel Ferreira), Itaú y Moody’s 5%. Ojo: a no confundirse: mucho de nuestro crecimiento se debe al típico efecto rebote después de una caída en el 2022 en un promedio general de -1% aunque no faltan los menos negativos con expectativas del modesto avance del 0,2% BCP al 0,3% (FMI). En nuestro caso hay más de avance técnico (corrección numérica) que mejora real, amplia y profunda de las condiciones de vida de la gente en un abrir y cerrar de ojos, con posibilidades de una eventual recuperación aunque sea mínima de todo lo perdido desde junio del 2018. Recordemos que en el 2021 crecimos al final 4,1% después de la caída de -0,8% en el 2020 y del -0,4% en el 2019. Ese 4,1% no estuvo muy lejos del crecimiento del 3,8% logrado en el 2018. De todas formas, con efecto rebote incluyendo siempre es positivo avanzar, esperando que anhelado crecimiento tenga un efecto derrame hacia las capas sociales menos favorecidas y no se concentre en los negocios grandes.
Para el 5% o más de crecimiento en el 2023 urge una maravillosa cosecha de soja para asegurarnos un año favorable, ya que Marito convirtió al adversario en enemigo y en criminal, y la política se ensucia en un escenario donde la violencia está al acecho. Solo el campo es la garantía, seguridad y defensa de nuestra economía y estabilidad.
Hay que lograr entre 9 millones a 10 millones de toneladas de soja “en los silos” sembrando alrededor de 3.500.000 hectáreas, para dejar en el recuerdo la actual pobre, pero importante cosecha de 2.970.000 toneladas, con precios internacionales muy favorables de US$ 561/Tn en Chicago, 535 dólares promedio en el primer semestre 2022 y 618 dólares en junio pasado. Si los granos de soja pudieran votar qué país maravilloso tendríamos.Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.