- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Una de las falencias del cual seguimos adoleciendo muchos de nosotros en nuestro día a día se refiere a una carente o limitada educación financiera, que podrá sernos de mucha utilidad para el mejor “encarrilamiento” de nuestras finanzas personales.
Son escasos los padres que se preocupan y se ocupan de enseñar a sus niños desde pequeños la utilidad que significa tenerlo presente y tratar de practicarlo.
Muchos adultos conocen limitadamente o bien pasan por alto las virtudes y ventajas del manejo del dinero en forma racional y que se conciencien de que en lo posible la relación ingresos-egresos no deberíamos dejar de considerar a fin de que podamos evitar pasar inútiles sobresaltos que nos producen sobre endeudamiento, pues muchas veces contraemos compromisos financieros sin considerar hasta dónde nuestra capacidad real de repago nos permitiría cumplir en tiempo y forma con nuestros compromisos.
En muchos casos se transmite de generación en generación. Si bien nuestros jóvenes cuentan hoy día con medios a su alcance para discernir mejor acerca de las ventajas cualitativas y cuantitativas del buen manejo del dinero, es dable reconocer que las escuelas y colegios deberían impartirlas a los chicos desde el preescolar y hasta el último curso de la media en forma progresiva, gráfica y, sobre todo, pragmática.
Solemos escuchar frases como “el vil metal”, “quien inventó el dinero destruyó la libertad”. Lo único que hacemos con dicho criterio es transmitir negatividad hacia su buen uso en lugar de percibirlo como una herramienta útil.
Se sigue hablando sobre la necesidad de actualizar y fortalecer la actual malla curricular tanto en los niveles primario como en el medio a nivel país, que incluyan a la misma como obligatoria, lo cual de concretarse coadyuvará de forma muy útil a conocer y valorar el buen uso del dinero, pues es sabido que los recursos siempre son limitados vs las necesidades que se tornan ilimitadas casi continuamente.
Para que podamos tener buenos resultados también los docentes deberían estar bien capacitados de tal forma a que el proceso de enseñanza-aprendizaje se constituya en una herramienta práctica que les pueda ser de utilidad a nuestros jóvenes durante toda su vida.
“El tener la suficiente valentía de hablar con tu pareja de frente y con total objetividad acerca del correcto manejo de las finanzas personales dentro del matrimonio resulta incómodo para muchos, ya que se dan casos en vez de buscar el debido punto de coincidencia en este tema, al final terminan peleados” (Gloria Ayala Person).
Vivimos en la era del consumismo y del marketing cada vez más fuerte, y cuántos de nosotros cuando vamos a los shoppings sucumbimos en la tentación de adquirir ciertos productos que en realidad no lo precisamos en forma prioritaria, pero como que nos gustaron, nuestra inteligencia emocional “aflojó” y caemos en las compras compulsivas sin medir muchas veces que en 30 días nos llegará el extracto de nuestras tarjetas de créditos de la entidad financiera, y como la misma no estaba dentro de nuestro presupuesto, muchas veces nos vemos obligados a “bicicletear”, abonando solo el monto mínimo, sin considerar que el saldo pendiente va devengando intereses.
Es por ello que nuestros jóvenes al concluir el ciclo de Educación Media tuvieron que haber aprendido los principios básicos que los rigen, lo cual les podrían ser útiles en su vida profesional.
Una buena educación financiera es capaz de salvaguardar el bienestar no solo de un matrimonio, sino de toda la familia.
Esperemos que nuestros próximos gobernantes lo incluyan dentro de su plataforma para que a través del MEC pueda ser impartido en todo nuestro país.
Ahora mismo estamos atravesando una difícil coyuntura económica debido a la creciente inflación, lo cual nos resta capacidad adquisitiva, por lo que las compras racionales se tornan cada vez más importantes, para que por lo menos podamos mantener un presupuesto financiero relativamente equilibrado.