- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Terminado el show circense, donde han perdido un precioso tiempo, pudiendo haberse abocado a tratar los acuciantes problemas que aquejan a nuestro país en los ámbitos económico y social, destrozado por los niveles de pobreza y de extrema pobreza, con niveles de desempleo que son los más elevados de toda la región, teniendo a millones de personas sin fuentes de trabajo, y que pasan hambre por no poder satisfacer tan siquiera sus necesidades básicas alimenticias. Sumado a ello esta inflación que nos aqueja (la más elevada de los últimos años), haciendo que nuestra capacidad de compra esté cada vez más deteriorada.
Nadie discute que están también sentados en sus curules para discutir temas políticos que atañen tanto a sus partidos como a problemáticas que aquejan a nuestro país, pero tienen que ser conscientes de que es el soberano pueblo quien los votó para poder defender sus derechos y no simplemente para tratar aspectos meramente políticos y electoralistas, que no nos dan de comer y tampoco se constituye en una excusa válida para decirle al almacenero de nuestro barrio que nos den fiado y cuando se solucionen estos impasses les pagaríamos la cuenta.
Resulta obvio que estos tipos de juicios políticos no buscan proteger el bienestar de nuestra gente, sino simplemente el de un grupito de legisladores que a toda costa desean seguir “atornillados a sus sillas” y a quienes poco o nada les importa que la gente pase hambre o no tenga una fuente de trabajo para poder mantener a su familia.
Uno de los diputados señaló que ahora deberán ocuparse de cómo pueden ayudar al pueblo, cuando que siempre ha sido su obligación primaria, y a lo que menos dedicación y contracción les ponen.
“De labios para afuera” son conscientes de que nuestra gente está pasando uno de los momentos más críticos de nuestra historia económica, donde nunca hubo tanta pobreza, lo que lamentablemente en muchos casos se convierten en situaciones delictuales y de violencia, que ponen en permanente zozobra a todos los paraguayos.
Las veces que uno se pone a leer o mirar la TV llega a la conclusión de que estos legisladores parecería que creen que lo político es la única esencia de sus vidas, y no son conscientes o no quieren darse cuenta de que es el pueblo al que se deben y que debe ser el centro de la mayoría de discusiones en plenaria, viendo los cursos alternativos de acción que puedan permitir a los millones de paraguayos que se debaten en la total indigencia y deambulan de un lado a otro en busca de trabajo sin éxito alguno.
Son los verdaderos problemas que acucian a nuestro país en estos momentos y que lamentablemente en los últimos 4 años de gobierno no se ha visto ningún tipo de solución que puedan sacar de la profunda fosa en la cual están estas personas, que les permitan al menos poder tener esperanzas de ver la luz en algún momento.
La ciudadanía está hastiada de esta situación, pues lo que nuestra gente quiere ver es que les den alguna esperanza de solución a sus problemas económicos y sociales.
Dejémonos de joder de una vez por todas y donde de los 80 diputados se supone que varios de ellos serían economistas o de carreras afines, por más que sean de distintos partidos políticos, se aglutinen y lancen un torbellino de ideas acerca de qué es lo que podrían hacer en estos 365 días de mandato que les resta para por lo menos sentar los cimientos que puedan dar un punto de referencia al próximo gobierno.
Nos encontramos en plena campaña proselitista, donde como acontece cada 5 años los que deseen ser reelectos y los que aspiran por primera vez acceder a una curul como legisladores puedan acercarse a cara descubierta a los que serán los depositarios de sus votos y les hablen con absoluta franqueza, y no pintar un “país de maravillas” que conscientemente sabemos no podremos cumplir.
Cómo ir a pedir nuestro voto a esa gente que hace 4 años les hemos prometido que seríamos un país próspero, donde cada uno tendría su fuente de trabajo y que su familia viviría dignamente. Muchísimos con justa razón nos dirán: ¿Viniste por entonces a ofrecerme lo mismo que ahora y mira en qué situación estamos? ¿Qué hicieron por nosotros? ¿Cómo puedo volver a confiar en que así como me habían prometido trabajo y bienestar económico los van a cumplir?
Nuestra gente “ya no come vidrio” y apreciará muchísimo más la franqueza antes que la mentira.