- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Aproximadamente el 21% de nuestra población sigue sumergida en la pobreza multidimensional, según los últimos índices presentados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que mide las carencias de nuestros compatriotas en 4 dimensiones, a saber: acceso al trabajo y seguridad social, vivienda y servicios, salud, ambiente y educación.
Este estudio ha complementado el índice de pobreza monetaria (IPM) realizado hace 24 años, en el que se medía el índice de pobreza en las personas.
Al cierre del 2021, más de 1.500.000 personas se encontraban bajo el estado de pobreza multidimensional, siendo su evolución en los últimos años la siguiente: en áreas rurales llegó al 40,94% (1.094.408 personas) vs el 8,98% (411.014 personas) en las áreas urbanas del país.
Al ser una medida complementaria a la pobreza monetaria, se deduce que el 11,99% de la población paraguaya, unas 869.416 personas, se encontraban en situación de pobreza multidimensional y monetaria al mismo tiempo.
La incidencia de la pobreza multidimensional por departamento ha sido la siguiente: Caazapá, 51,49%; San Pedro, 41,38%; Caaguazú, 33,04%; Itapúa, 23,55%; Alto Paraná, 15,61%; Central, 8,18%; Asunción, 5,93% y el resto del país, 29,75%.
A nivel país tenemos un poco más de 1.800.000 personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad económica, equivalente al 24% de nuestra población actual.
Informaciones de la Encuesta de Hogares (EDH), al cierre del 2021, señalan que teníamos aproximadamente 2 millones de pobres, lo que en valores absolutos representa un incremento de aproximadamente 271.000 personas a partir del año 2018, en que asumió el actual gobierno y cuando los niveles de pobreza eran de unas 1.679.000 personas.
Pese a los planes de subsidios, que desde luego no constituyen solución alguna, transformándose en mero asistencialismo, los índices de pobreza siguen aumentando, siendo varias las causas primarias atribuibles a este triste flagelo que agobia a una parte importante de nuestra población.
Desnivel educativo, aspectos culturales, acceso diferenciado a bienes, gran déficit en salud pública, deficiente calidad educativa, desempleo y el subempleo, corrupción y la desconfianza entre los principales por citar solo a los principales.
En situación de pobreza extrema, tenemos a la fecha a más de 910.000 personas, equivalente a aproximadamente el 16% de la población del país, en tanto que los que por ahora se han salvado de formar parte de dicha franja asciende a más de 1.066.000 personas, equivalente a un 18% de la población.
Si contemplamos en la sumatoria ambos componentes, se deduce que más de 2 millones de personas siguen pobres y muy pobres.
Es en el área rural en donde la situación se torna cada vez más preocupante, pues aproximadamente un 41% se encuentran en situación de alta vulnerabilidad económica, agravándose más en una franja del 26% que se encuentran en situación de extrema pobreza, lo cual parecería una ironía en un país como el nuestro en donde la fertilidad de la tierra es uno de nuestros principales activos, y somos uno de los principales países proveedores de alimentos para el mundo.
Los niveles totales de pobreza en el Paraguay se incrementaron a aproximadamente 27% al cierre del 2021, cifra preocupante para un país pequeño como el nuestro en donde los niveles de industrialización continúan reducidos, junto a una población juvenil entre 15 y 19 años que observa altos niveles de desempleo por la inacción, falta de proactividad, inventiva, profesionalismo y patriotismo de nuestros gobernantes.
En el Congreso Nacional se pasan 5 o más horas debatiendo sobre temas netamente políticos y electorales, pues cada uno quiere llevar “agua a su propio molino”, pero jamás hemos visto una plenaria en donde nuestros legisladores traten con igual ímpetu e interés lo que atañe a la cada vez más preocupante situación de pobreza y extrema pobreza en la que está sumida nuestra gente, donde miles de padres de familia están sin fuentes de trabajo y con los bolsillos vacíos.
Nadie se ha puesto a debatir sobre alternativas de solución para superar los niveles de extrema pobreza y cómo poder acceder a fuentes de trabajo, que es lo que interesa, pero que lamentablemente a ellos siendo representantes del pueblo estos temas “les resbalan” y los tienen totalmente sin cuidado siguiendo con promesas incumplidas de “labios para afuera” en forma automática y repetitiva cada 5 años.