- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH), dentro del último trabajo técnico realizado, ha señalado que la proporción de personas clasificadas dentro del rango de informal ha sido al cierre del 2016 del 65,4%, cerrando el 2021 con 64,2%, lo que nos demuestra que seguimos manteniendo una elevada tasa de informalidad.
En términos absolutos en el 2016 teníamos englobado dentro del mismo a 1,6 millones de personas, incrementándose al 2021 a 1,8 millones, ocupadas en tareas no agropecuarias que viven en áreas rurales las más afectadas por la informalidad, las que según estudios realizados equivale a aproximadamente 8 de cada 10 personas, reduciéndose un poco más en las áreas urbanas donde de cada 10 ocupados 6 son informales, cifra aún elevada y que habrá que ir reduciéndolo.
La tasa de informalidad femenina es superior a la masculina en ambas áreas de residencia manteniendo dicha tendencia durante los años del período analizado.
Al cierre del 2021 el 66% de las mujeres ocupadas trabajaban en un empleo informal.
Los hombres en términos absolutos tienen una mayor participación a nivel país dentro del empleo informal (aproximadamente 985 mil varones y 820 mil mujeres).
Se nota una mayor falta de oportunidades de inserción dentro del campo laboral para nuestros jóvenes cuyas edades oscilan entre 15 a 19 años que es mayoría dentro de dicha franja etaria (afecta a más del 90% de la población juvenil).
La población adulta mayor tampoco le va en zaga, pues aproximadamente 80%; es decir, 8 de cada 10 adultos con edades superiores a los 65 años están ocupados en actividades informales. Si jóvenes menores de 20 años tienen dificultadas en conseguir trabajo, muchísimo menos chance tendrán los adultos mayores.
Los niveles más reducidos se observa dentro de la franja de 30 a 54 años, pues son jóvenes en plena edad productiva que en su mayoría tienen la educación terciaria concluida en diversas disciplinas y, por ende, son las más demandadas por nuestras empresas.
Los niveles de ocupación informal disminuye conforme aumenta los años de estudio, dándose dicha tendencia en todo el período en análisis 2016-2021. El porcentaje de ocupados informales con 13 a 18 años de estudio es de 37%, cifra que se incrementa a 87% para aquellos que cuentan con 1 a 6 años de estudio y 94% para aquellos que no poseen ninguna instrucción, lo que denota la importancia que tiene la formación académica en nuestros jóvenes.
Los que están ocupados con ingresos inferiores al salario mínimo legal es del 78%. Conforme aumenta la franja salarial disminuye el porcentaje de ocupados informales. Tal es así que de la población dentro de una franja de ingresos equivalente a 3 y más salarios mínimos aproximadamente el 24% eran informales al cierre del 2021, lo que denota la importancia de tener un nivel de formación académico medio/terciario.
Los niveles de informalidad se van reduciendo según sea la antigüedad de los ocupados en sus empresas, así, por ejemplo, aquellos con 3 y más años de antigüedad la incidencia ha sido de alrededor del 55% en el 2021. A menor antigüedad como ocupado en una empresa los niveles de informalidad aumentan. Al cierre del 2021 aproximadamente 9 de cada 10 ocupados que tenían menos de 2 meses de antigüedad son informales, trabajando en su gran mayoría en mipymes.
Las actividades con alta participación de ocupados informales en el 2021 eran construcción 87%, comercio, restaurantes y hoteles 69%, industrias manufactureras 63%, y con una menor participación relativa los segmentos de finanzas, seguros e inmuebles con un 36%
Las mipymes, principales generadoras de fuentes de trabajo a nivel mundial, son las más golpeadas por la informalidad, dado que por su tamaño de estructura organizacional no cuentan con la misma “espalda financiera” que las corporativas.
Es en esto lo que el próximo gobierno deberá de abocarse de lleno para no solo pedir a las pymes que se formalicen, sino dándoles paralelamente las alternativas y herramientas que les permitan ser rentables y competitivas, para que ese personal que hoy percibe un salario por debajo del mínimo legal, pueda tener la opción de recibir una mayor paga, pues hoy día definitivamente nuestros emprendedores no están en condiciones de hacer frente a mayores gastos rígidos, razón por la cual muchas de ellas siguen “bajando sus persianas”.