• Por Patricio Fiorito
  • Socio del Club de Ejecutivo
  • @pdfiorito

El dinero, o su disponibilidad, es un elemento indispensable en toda empresa u organización. Se necesita de un nivel determinado de liquidez para garantizar el funcionamiento de toda empresa. Si es menor al nivel óptimo, se corren riesgos o al menos perturbaciones que afectan la vida de la empresa, como a la vez sucede algo similar si los fondos disponibles son excesivos y no se encuentran aplicados a inversiones. En este último caso el riesgo pasa por la falta de eficiencia en la rentabilidad del capital o fondos. Ello, además del actual contexto de alta inflación y volatilidad de las economías a nivel global.

Distintas prácticas y usos correctos son importantes en la mejora de la velocidad de aplicación de los fondos o de su rápido cobro y que mejoran este análisis. Así, por ejemplo, buenos acuerdos con el banco comercial con el que se trabaje, como líneas de crédito temporales disponibles, bajas comisiones de operación, cuentas remuneradas por los fondos a la vista, etcétera.

Cuando se trata de excedentes temporales es fundamental dar la mejor ubicación posible a estos fondos, a la espera de su aplicación en las fechas necesarias (compra de insumos o productos, salarios, importaciones, etc.).

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Pero esta aplicación de fondos líquidos debe respetar algunas premisas:

Rendimiento adecuado, que justifique su aplicación a una inversión. Para definir esto se debe tener presente el costo de ese capital o fondos. Por ejemplo, debería al menos rendir el retorno que obtendría el accionista de la empresa si tuviese su dinero fuera de ella y aplicado a una inversión considerada libre de riesgo.

Bajo riesgo y adecuada diversificación, ya que la acción de invertir estos fondos no es el objetivo principal de la empresa. Dentro de este factor también podemos considerar la necesidad de prever una cobertura cambiaria.

Alta liquidez, esto es que los activos en que se inviertan tengan un mercado secundario disponible que posibilite salir de ellos –en precios estimados– en forma rápida o previsible.

¿Existen reglas o patrones a seguir para determinar el nivel óptimo de liquidez en una empresa y ayudar a definir estas tres premisas en general? Pues, existen varias posiciones, pero lo cierto es que, en cada empresa en marcha, esto dependerá de diversos factores y de la coyuntura económica general del país y del mercado financiero.

En la actualidad, nuestro mercado bursátil y financiero, los fondos mutuos y la inversión en bonos del tesoro o bonos de entidades financieras permiten a las empresas hacer un uso inteligente y racional de estos fondos temporalmente ociosos, respetando las premisas mencionadas.

Para esto también será importante contar con un asesor bursátil que monitoree la cartera asignada a inversiones y brinde una asistencia profesional al respecto.

El definir y mantener actualizadas esas reglas y patrones son quizás tareas casi invisibles y artesanales del empresario y del asesor financiero, sin duda también las más estratégicas para la supervivencia y crecimiento de la empresa.

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