EL PODER DE LA CONCIENCIA

Los psicólogos están de moda. Semanas atrás un grupo de 400 profesionales se manifestaba frente al Ministerio de Educación porque sus contratos vencían en diciembre. Y este jueves pasado, otro contingente se movilizó frente al Ministerio de Salud, donde reclamaron equiparación horaria para seguir desarrollando servicios en tratamientos de salud mental en hospitales.

Con tantos expertos en problemas mentales, sería conveniente que alguno le revise la cabeza al Presidente. Desde lejos uno puede percatarse de que algún tornillo le baila.

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Mientras que él se canta loas por su gestión, el país se cae a pedazos, con récord de endeudamiento, récord de desempleo, récord de pobreza, récord me muertos en época de paz... y récord de licitaciones para beneficio personal de su entorno.

Como un Nerón que entona lo que para él son melodías y para los demás un suplicio mientras se incendia Roma, este que vive dentro de la burbuja solo ve prados y flores en tanto camina por el lodazal.

Si algún sicólogo hubiera diagnosticado a Hitler alguna patología tal vez no le hubieran permitido asumir como mandatario y luego desatar el infierno del que fue responsable.

Y es que cuentan que este criminal desde pequeño ya vivía resentido y las malas lenguas dicen que anotaba el nombre de sus enemigos en una libretita negra. Lo más probable es que sea una leyenda urbana, pero lo real es que tampoco estaba bien de la azotea y su enfermedad produjo millones de muertos y un colapso planetario.

Por este lado, otras malas lenguas dicen que nuestro Presidente también es un gran resentido. No sé si tendrá una libretita negra, pero desde que asumió el poder develó rasgos preocupantes como la cobardía, la traición, la soberbia, la ignorancia, la falta de honradez, la mentira, el narcisimo, entre otros vicios.

Si los psicólogos hubieran notado que estaba inapto para ser Presidente, el país se hubiera ahorrado incalculables toneladas de dolor, puesto que hasta los que votaron por él –como es natural– pensaron que podría ofrecerles un mejor país. Y, sin embargo, se equivocaron y hoy lloran de arrepentimiento.

Hace unos días, conversando con un conductor de Bolt, me diagnosticó la situación como “hule”. Si, con esa palabra, una persona que votó por este Presidente graficó la condición en que se encuentra el país. Mucho menos pretende confiar en su “sucesor”, que muestra un lado mucho más oscuro.

“Deben estar locos si creen que se les va a votar de nuevo”, sentenció. “Hule, hule, hule...”.

Y pensar que hay tantos psicólogos y ninguno se anima a darles un diagnóstico. No sería mala idea que la Carta Magna establezca la obligatoriedad a los candidatos a presidente que se hagan un profundo examen antes de entrar en carrera, así se evitarían muchos “desastres”.

La proposición se extiende también a un examen mental cada año. Y si se le nota algún problema, se le puede hacer espacio en el Neuropsiquiátrico, total, como siempre para ellos el Estado se puede hacer cargo y les sale gratis. Con camisa de fuerza incluida, a medida. Lástima que ya no se usen los electroshocks. Lástima. Con las dos hidroeléctricas, lo único que sobra es la electricidad. Tal vez hubiera servido para volver a la realidad.

Etiquetas: #Examen#anual

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