- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
La oposición, o sea los no colorados, que hacen como que no quieren saber nada del Gobierno, pero que están más cerca de este que el otro sector colorado, no oficialista, y a todas luces mayoritario, está en plena ebullición electoralista. Es que el electoralismo es hasta donde ellos se saben el libreto del camino al poder.
La mayoría de los partidos, casi todos, salvo el golpeado PLRA, pequeños y manejados a dedo, son casi movimientos más que partidos formales, internas entre cuatro paredes, simuladas o digitadas de tal manera que “no crezcan los enanos”, o sea al que empieza a joder a los dueños o jefes “partidarios”, se le da el pase en blanco y a molestar a otro lado. El rajado casi siempre “abre” otro partidejo con algún nombre pomposo y se lanza a putear en los medios contra los ex amigos.
Justamente, esa falta de ejercicio democrático es lo que los debilita, sumado a su hambre de poder y dinero, que los lleva a “transar” con el Ejecutivo por contratos, zoquetes, puestitos para la familia y los pocos fieles, y algún sobre de vez en cuando. Seguramente habrá quienes no están en esto, o al menos no en todo, pero habría que hurgar mucho y uno puede llevarse grandes desilusiones.
Estos “dirigentes” saben que cuanto más débil el Gobierno, más abierto está a recibir y a hacer propuestas “interesantes” a los “opositores” para conseguir votos u otro tipo de apoyo a cambio, claro, de soltar un poco de recursos públicos para los “muchachos”.
Lo que menos les conviene es un gobierno fuerte y con apoyo parlamentario propio, por eso miran con horror las encuestas que se hacen ya mucho tiempo atrás, que presagian que la interna colorada será un paseo y que las generales no están muy lejos de serlo para el sector colorado realmente opositor al Gobierno.
El problema está en que ellos creyeron que el electorado no iba a “darse cuenta” de su participación, más o menos abierta en el Gobierno de Marito, algunos con ministerios varios, otros con zoquetes, contratos con el Estado o alguna embajada o consulado o sobrecito para la cartera de la dama y el bolsillo del caballero.
Apoyos groseros a ministros y funcionarios impresentables ligados estrechamente al narcotráfico y la delincuencia organizada, o simples corruptos, ladrones descarados, hasta en plena pandemia se han desenmascarado ante la opinión pública, y pese al silencio cómplice de la mayoría de los medios de comunicación y los shows mediáticos montados, la “tierna podredumbre” de los abanderados del “cambio”.
Hacerse los boludos ante el desastre espantoso en todos los ámbitos de este gobierno, la inseguridad, el robo, el hambre, es la plataforma de la “oposición” para no perjudicar a su candidato, Velázquez, que ya viene bastante golpeado y en llanta...
La preocupación por su futuro político se ve en la manera que se pasan atacando a un opositor firme al Gobierno, metiéndose o tratando de meterse en la interna colorada, a ver si logran el casi imposible objetivo de que gane el amigo Hugo, candidato de Marito, que encima les sigue regalando dinero público descaradamente y hasta deja claro que los apoyará a ellos si cae derrotado, como todo indica, en diciembre.
Los medios aliados a estos sectores y por ende al Gobierno de Abdo y Velazquez (habría que ver si sigue siendo ese el orden de importancia) se dedican solo a Peña y Cartes, al igual que los variopintos precandidatos “opositores”, se hacen también los boludos, y hasta los debates son “todos contra Peña”, a ver si pisa algún palito, cosa que sigue sin suceder, parte por la habilidad del atacado y parte por la torpeza e inutilidad de los atacantes.
Nos vemos el 18 de diciembre, cuando varios de los más pintados y ruidosos estén mascullando su rabia y pichadura en alguna lista al Parlamento con pocas chances de éxito.