En el año 2019 seguro muchos de nosotros elaboramos un plan de negocios a tres años. Al respecto, y teniendo en cuenta la experiencia desde entonces, estoy muy convencido de que muy pocos ejecutivos habrían contemplado tantas variables “nuevas” para gestionar.

Más allá de la pandemia que nos ha dejado como legado la obligación de ser más flexibles y buscar permanentemente la eficiencia en las organizaciones, haciendo y rehaciendo planes y presupuestos que se ajusten a un nuevo escenario de cambio constante, hay nuevos factores en el ámbito político nacional e internacional que están cambiando las bases fundamentales del clima de negocios.

Con esta combinación de factores queda muy claro que cada vez somos más parte de una comunidad internacional, global, con lo positivo y negativo que esto tiene. Situación que nos obliga a desarrollar habilidades y conocimiento de una realidad política y económica que va más allá de nuestras fronteras.

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Las empresas y los ejecutivos para evitar sistemas de prueba y error, debido al costo financiero y riesgo operativo que pueden generar, deben ser tomadoras de decisión con un alto grado de precisión. Y, además, con la adecuada capacidad para conducir a los equipos en procesos que puedan elevar el nivel actual de frustración, debido a la necesidad de adquirir nuevas herramientas de manera muy rápida y al mismo tiempo operar el negocio de forma realmente efectiva.

Con tales propósitos, los retos son:

  • Adquirir herramientas: Consumidores cambiantes, competidores agresivos y una tecnología que avanza a pasos agigantados, serán factores que exigirán a las empresas planificar en el corto plazo los modelos de innovación de creatividad y cultura organizacional que harán forma a un nuevo modelo de negocios.
  • Operar el negocio de manera efectiva: Esto significa que debemos convivir en la visión inmediata de la rentabilidad y los ajustes que se necesitan y la construcción de una nueva realidad empresarial.

Esta tensión, generada por el permanente cuestionamiento que causa el entorno competitivo actual, será el gran desafío del líder. Disminuir el riesgo de tener una organización cada vez más caótica será el punto de inflexión entre un éxito exponencial y uno tradicional. Por tanto, en la sociedad del conocimiento y de la innovación en la que nos encontramos hoy, nos vemos en la obligación de proceder con racionalidad, fortaleza e imaginación.

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