“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

En marzo 2022 la actividad económica volvió nuevamente a caer con una reducción del ritmo de producción del 4,1% con respecto a igual mes del año pasado (en febrero el retroceso había sido del 4,3%), acumulando en el primer trimestre una disminución del 2,7%. Lo anterior tomando en cuenta el comportamiento del Indicador Mensual de Actividad de la Economía Paraguaya (IMAEP) elaborado por el Banco Central del Paraguay (BCP). ¿Es lo que se esperaba o calculaba? Si muy recientemente el BCP corrigió su proyección económica para el 2022 de 3,7% a 0,2% es de suponer que en esa nueva estimación se contempla un primer cuatrimestre desfavorable –casi un primer semestre negativo– con un horizonte de mejora en los indicadores hacia el final del año.

Entonces un retroceso del 2,7% en la actividad económica pareciera estar en línea con un cierre del 0,2%. Pero, en mi opinión, se dio una mayor caída de la esperada, se da una mayor caída de la esperada. Fruto o consecuencia de este desfavorable escenario se dio un aumento del desempleo del 8,1% al 8,5% de la fuerza laboral. En los primeros meses del 2022 las exportaciones también ha caído -0,2% en el total y -5,8% en las registradas. Las exportaciones de soja en grano bajaron 32,2% (unos 306 millones de dólares) mientras en volumen la merma fue del 44% (casi un millón de toneladas menos). Afortunadamente el precio de exportación por toneladas se ubicó en 512 dólares, frente del 422 dólares del año pasado y del 315 dólares del 2020, no muy lejos del 327 dólares del 2019.

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En abril el precio de exportación de la soja por tonelada fue de 548 dólares. Sin estos precios altos y favorables la caída de las exportaciones registradas pudo ser mucho mayor al 5,8% de merma. Sin olvidar el buen desempeño de la venta de aceite de soja y harina con un aumento de 127 millones de dólares (91 millones en el caso particular del aceite de soja). La exportación de la soja también amortiguó lo malo de la soja con una mejora de 51 millones de dólares.

Desde el punto de vista de las exportaciones totales ayudó y no en poco el buen comportamiento del negocio de la reexportación con un crecimiento en los primeros cuatro meses del 33% o 262 millones de dólares, totalizando en el período un valor de 1.064 millones de dólares. Y la maquila mantiene su tendencia al alza pese a las turbulencias con una mejora de 41 millones de dólares, totalizando 312 millones de dólares. La alta inflación en Brasil, por arriba del 10%, y la estabilidad en la cotización del dólar en reales (R$), sumada a la nuestra, confieren al comprador brasileño un poder de compra mejorado, en algo, para una actividad mayor en las ciudades fronterizas.

Es lo que explicaría el 33% de aumento en las reexportaciones. Aunque hay opiniones dispares al respecto. Juega en estas realidades quizás diferentes el pobrísimo crecimiento de la economía del Brasil del 1% este año y del 0,2% para el próximo, en plena temporada electoral. Los pronósticos para nuestra inflación en mayo el sector privado los ubica entre 0,5% y 0,6%. De darse tales resultados la inflación interanual del 11,8% continuará agrandándose y es todo un freno en el consumo global, además de empeorar las condiciones de vida de la gente menos favorecida, restándole fuerza a la dinámica económica en general.

Como consuelo, que no es poco ni rechazable en nuestras circunstancias especiales, con la posibilidad de otro fuerte aumento en el precio de los combustibles, sin ningún tipo de amortiguador después que los políticos cretinos eliminaran el proyecto de creación de un Fondo de Estabilización de los precios de los combustibles, de la mano de algunos economistas genios vendiendo el “que cada uno se salve como pueda”, hay pese a todo lo escrito una mirada un tanto más favorable. Empiezan a bajar las peores estimaciones de caída económica para este año: Itaú Brasil por ejemplo estima ahora un descenso del 1% cuando antes lo situaba en un bajón del 1,7%. Lo acompaña la calificadora Fitch Ratings con una proyección de caída del 1%.

En mi opinión, sin tener la certeza son seguridad, esperan una suerte de leve alivio en el segundo semestre. La buena zafriña y el trigo siempre son factores alentadores, al igual que las positivas recaudaciones de impuestos. Espero que hayan incorporado en sus escenarios del despelote del juego político-electoral que más se complica y ensucia cuando el Gobierno entra a la cancha a competir deslealmente. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD

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