La familia es la célula fundamental de la sociedad y ha sido banalizada a causa del pecado, incluyendo el adulterio, la violencia o el divorcio, entre otras cosas. Pero esos vicios no le quitan su importancia ni su solemnidad, así como todas las enfermedades no quitan la importancia y la necesidad de la salud. No porque abunden enfermedades la salud deja de ser importante; al contrario, se valora y es más necesaria que nunca.

El matrimonio y la familia compuesta por un padre, una madre y sus hijos nunca desaparecerán. A la familia se intenta redefinirla, darle otro enfoque, incluso desvirtuarla, pero jamás podrán contra ella porque es natural, necesaria y divina.

Podría haber un padre o una madre solos criando hijos, o una abuela criando nietos o padres divorciados vueltos a casar, pero con una relación con sus hijos, pero aun así es una familia, ya que sus miembros vinieron, de manera primigenia, de la unión de un hombre y una mujer y hay un vínculo de amor, fidelidad y protección que los une. Lo de “papá, mamá e hijos” es un modelo, un ideal a ser buscado, un parámetro como lo mejor para el desarrollo de todos los miembros de dicho núcleo. No es una utopía, es alcanzable y, de hecho, es el modelo ideal, pues todo niño necesita a ambos padres cuidándolo con amor y responsabilidad.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Podría ser que uno de los padres muera o que otras circunstancias separen al niño de la pareja progenitora, pero el punto no es ese, el punto es que este modelo tiene que ser buscado y reconocido como la opción más válida y tenemos que tratar de que la infidelidad, la violencia, el machismo, la incompatibilidad de caracteres no lo destruyan. Necesitamos madurez para llevar adelante esta maravillosa y necesaria institución.

Es loable el esfuerzo de un padre soltero o una madre soltera por criar a los hijos y entendemos que muchos se encuentran en esas circunstancias sin haberlo querido. Aclarado esto, me preocupa cómo algunos sectores de la sociedad, en especial los más jóvenes, insisten con presentar esta situación (padres o madres solteras, no digo viudas ni divorciados porque esa es otra situación) como algo bueno o incluso “virtuoso”. Lo ideal es siempre que ambos padres estén juntos y críen con amor y compromiso a sus hijos. Es lo más sano y es eso lo que hay que promocionar y valorar.

Muchas jovencitas podrían ser engañadas con este falso concepto de plenitud, pues podrían decidir, el día de mañana, tener hijos sin involucrar al padre de sus hijos y eso dañará, a la larga, al niño y a la madre. Sencillamente, esto es así.

Repito, bien por los padres que cuidan solos a sus hijos si las circunstancias les llevaron a eso, pero no es conveniente ni prudente promocionarlo como una opción buena o válida. No. Tenemos que elegir el mejor camino.

En 20 años de pastorado, decenas de madres solteras me han dicho lo difícil y duro que es criar un hijo sola, de lo triste que es la carencia de un padre responsable y cómo sufre su pequeño por su ausencia. Es por eso que buscamos el mejor modelo, y ese es padres presentes e hijos felices. Alguna dirá que fue su opción y que está feliz. Será la excepción, y en parte no creo una afirmación así, a no ser que haya salido de una relación bastante traumática, pero en condiciones normales nadie estaría feliz de sentirse solo, abandonado, con una pareja irresponsable y ausente ni de tener que lidiar solo o sola con los conflictos emocionales de sus hijos.

Que no nos pase como sociedad lo mismo que en la fábula de la rana que está en el agua que se está calentando, no se da cuenta de que está pronta a morir cocinada porque de a poco se va acondicionando su cuerpo al calor, pero pronto morirá porque el agua hervirá y ni siquiera se habrá dado cuenta.

Dejanos tu comentario