- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
El precandidato oficialista Hugo Velázquez anunció sin ruborizarse (a esta altura ya sabemos que a él no le ruboriza nada) que de ser electo (Dios nos guarde) como el próximo presidente, continuaría con las políticas del actual presidente Mario Abdo.
Llamarle “políticas” a lo que hace “Marito” en el Gobierno ya de por sí es muy generoso, sabemos que lo único que hace este pelafustán y sus cómplices es saquear día a día lo poco que queda en el Estado, sumir cada día más en la pobreza y la ignominia a los cada vez más pobres y sufridos ciudadanos de este país, al que al parecer “Marito” aborrece y desprecia.
El solo hecho que Hugo Velázquez piense tan solo en continuar con este “sistema”, por llamarlo de algún modo, demuestra que es uno más o uno de los peores de esta lamentable gavilla de malhechores que nos desgobierna desde el 15 de agosto del 2018.
Eso debería bastarnos a todos los que votamos en las internas o, esperemos que no, en las generales en darles a estos dos sujetos una buena patada donde la espalda pierde su nombre y, de ser posible, hacerles pagar por sus delitos y crímenes.
Pero el primer cretino, digo mandatario, perdón, además… No contento con fundir el país, se pretende candidatar a presidente de la junta de gobierno de la ANR, simplemente para darle el gusto al coro de chupamedias pagados con dinero público que lo rodea. El muy burro ni siquiera toma en cuenta sus propias encuestas, algunas de ellas ya “tuneadas”, que le vaticinan una derrota irremontable en diciembre en manos de su odiado Horacio Cartes. Muchos dicen, “mejor, así le sopapean ya bien de una vez al pelotudo este”, pero el drama es que el pelotudo en cuestión tiene que seguir estando en el cargo, que no ejerce, de presidente de un gobierno, donde jamás gobernó, desde el 18 de diciembre hasta el 15 de agosto, y será casi imposible que un gobierno derrotado catastróficamente en diciembre, tanto en las internas de su partido como en las candidaturas a cargos para las elecciones generales del 2023, pueda sostenerse, tendremos un presidente y un vicepresidente aplastados por el desprecio popular, que no tendrán, si es que aún les queda, ninguna legitimidad para ejercer ni la comisión de fútbol de una subseccional. Y eso es grave.
Veremos si algún familiar o amigo de verdad de “Marito” le hace ver las cosas como son y este utiliza alguna de sus pocas neuronas para más que respirar, decir idioteces, odiar a todo el mundo y robar, y se decide a tratar de terminar de manera mínimamente decente o digna estos últimos meses del peor gobierno de la historia de este pobre país, porque por ahí… No es.