- Por Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Lo que diferencia a las organizaciones preparadas de las propensas a una crisis es una visión global que podría resumirse en un énfasis en la acción, planificación, acciones estratégicas, técnicas y estructurales, evaluación y acciones sobre su diagnóstico y las vinculadas a la gestión de RRHH y de la cultura empresarial.
El mundo de las empresas está conformado por personas, por decisiones que fluyen de su capacidad de análisis, de su capacidad de síntesis y de la ciencia de la estrategia.
Importancia de la prevención: No olvidemos que la prevención forma parte de la labor primaria de cualquier institución financiera, como administradores de activos de riesgos.
Prevenir en el sentido más amplio de la palabra es adelantarse a potenciales acontecimientos.
El seguimiento del riesgo puede presentar una serie de alertas que deriven en la extinción de las operaciones de activo de un cliente. Haya entrado o no en situación de mora.
La demora en la toma de decisión en extinguir el riesgo puede representar un lucro cesante para la entidad afectada.
A la hora de plantearnos una “salida” o camino para extinguir el riesgo vigente debemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
La información externa; la información interna; la situación económico-financiero-patrimonial de la compañía y el análisis relacional.
La información exhaustiva es una “medicina preventiva” en el seguimiento y extinción de cualquier operación crediticia.
Interpretación y valoración de la información: El entorno, la valoración de la información negativa y el saber interpretar aquellos aspectos de difusa significación deben prevenirnos y anticiparnos.
En determinados casos nos permitirá “negociar” una posición dominante y si es posible reconsiderar nuestra operativa con un incremento de garantías. O tal vez en una situación degenerativa ser los primeros en adecuar los cauces jurídicos necesarios., entrando en una posición de privilegio en defensa de los intereses de la institución.
Hay que preguntarse el porqué de las variaciones en su posicionamiento como cliente y el descenso de la rentabilidad. Lo más probable sea que esta actuación que mantiene con nosotros esté compartida con el resto de las diferentes entidades con las que trabaja nuestro cliente. En el fondo y en la forma hay que analizar si la situación es coyuntural o estructural y del resultado de este análisis actuar si así procede con la debida rapidez.
La medición de la situación económico-financiero-patrimonial centrada principalmente en el sector empresa aporta una serie de parámetros de seguimiento comparativo a saber:
Nivel de endeudamiento, margen de rentabilidad, oscilaciones del nivel de facturaciones, flujo de caja, incremento del pasivo de corto plazo, estado de origen y aplicación de fondos, dependencia excesiva de bancos y financieras entre los principales aspectos que se deberán tener en cuenta para un correcto manejo de los activos de riesgos de la institución.
En situaciones de extinción de riesgos, la entidad crediticia deberá tener en cuenta los siguientes aspectos primarios:
Ser preciso, rápido y actuar con eficacia y diligencia; negociar la aportación por parte del cliente de mayores garantías; si es oportuno y viable, establecer un plan de amortización específico.
Tecnicismo y profesionalismo: Una evaluación profesional y técnica de riesgos crediticios y administración correcta de los activos conforman en conjunto el corazón de las entidades financieras.
Las mismas administran recursos de terceros y su éxito o fracaso se basamento en gran medida en contar con personal idóneo, técnico y sobre todo con mucho profesionalismo que conozcan la forma de pensar y actuar de sus clientes y sobre todo siendo proactivos y no reactivos “condimentado” con una porción importante de sentido común.