- Por Juan Carlos Zárate
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Al igual que en otros ámbitos de nuestra vida, la asertividad cobra importancia dentro del ámbito laboral.
Muchas veces nos pasamos en nuestros lugares de trabajo más horas que en el seno de nuestra propia familia, por lo que el buscar que el entorno laboral se constituya en un ambiente grato cobra singular importancia tanto para nuestra inteligencia asertiva como emocional.
Siempre deberíamos ver la forma más grata posible de volver a nuestros hogares después de una larga jornada, que pudo quizás resultarnos positiva o también con muchos problemas que se nos presentaron y que los tuvimos que afrontarlos con la suficiente inteligencia emocional para darle la mejor solución posible.
Las diferencias que se observan entre empresas no se dan solamente dentro del contexto del producto o servicio ofrecido, sino que cobra relevancia la calidad humana de quienes trabajan en las mismas.
Los RRHH que trabajan para una organización determinada y quienes en el día a día están en contacto directo tanto con los clientes internos como externos se constituyen en un componente importante para la buena marcha de las organizaciones.
Estamos en pleno siglo XXI, donde las cosas van cambiando a un ritmo vertiginoso y cada vez con mayor tecnificación. Sin embargo, se dan casos en que muchos clientes prefieren seguir siendo atendidos por una empresa donde el grado de tecnificación no esté muy sofisticado, pero en contrapartida siguen brindando a su clientela una atención más personalizada.
Para muchos la vieja y tradicional conversación cara a cara con una persona o mismo telefónicamente sigue siendo de mucho mayor peso y calidez que constituirnos en un simple número.
Los clientes internos dentro de las empresas constituyen los funcionarios que forman parte de las diversas divisiones/departamentos dentro de su estructura organizacional y que usualmente están en contacto entre sí casi todos los días.
Cobra importancia que las interacciones que se den entre los mismos sean gratas, abiertas, cordiales y respetuosas.
Los que están al frente de los cuadros directivos suelen ser los responsables por hacer que el ambiente de trabajo dentro de los diversos departamentos se torne grato y llevadero.
Para que la armonía pueda ser de calidad, es importante que los que componen la plantilla laboral estén al tanto de los objetivos primarios que se persiguen dentro de los equipos de trabajo, y que espera la empresa de cada uno de ellos, para lograr las metas perseguidas dentro de su visión y misión.
Conocer la cultura que impera dentro de la organización es importante en lo que atañe, por ejemplo, a la forma de vestir, sean formales y/o casuales, el respetar las jerarquías al entablar conversaciones con funcionarios que están en un escalafón superior, haciendo que el ambiente de trabajo sea placentero y donde impere un lenguaje verbal claro, directo y respetuoso entre todos los que coadyuvan a un mejor trabajo en equipo.
Las personas que lideran las organizaciones deben ser aquellas que, más allá del conocimiento profesional, puedan ser consideradas por sus subordinados como un maestro que se caracterice por su afabilidad en su trato con todos sin excepción, incluso a quien se pueda recurrir en casos de emergencia cuando en lo personal se presentan contingencias por diversos motivos.