“A veces el solo hecho de aceptar el problema puede sacarnos de él”. Pero claro, siempre dependerá de la predisposición que ponga cada uno y la lucha interna con sus propios demonios, como diría mi madre.
Pienso en esto mientras leo el Índice de Vulnerabilidad de la Salud Mental en el mundo.
Estoy sentado en la plaza del barrio mientras los muchachos juegan un animado partido de fútbol, son todos amigos. No conozco las profesiones de todos ellos, pero sé que hay albañiles, un médico, un guardia de seguridad, un maestro, un par de ellos que tiene negocios y un funcionario del Ministerio de Hacienda.
Pero allí, en ese momento, no hay clases sociales ni status más que el de ser amigos. De pronto escucho gritos, alguien sale disparado y la gente se amontona en el medio de la cancha. Una patada (que después me iban a contar que no fue ni fuerte), desencadenó una discusión y una explosión de violencia descontrolada e irracional. Todos contra todos, sin distinción.
“Paraguay es uno de los países con más vulnerabilidad de salud mental…”. El índice revela que el paraguayo común tiene dificultades para dormir, sufre ansiedad y nerviosismo.
En la cancha sigue la pelea. Amigos de toda la vida sacándose de adentro una inexplicable rabia contenida. Y entiendo que no es odio, ni hay malas intenciones. Son personas que en mayor o menor nivel están pasando por momentos de estrés y problemas emocionales, que quizás no le cuentan a nadie y se sienten encerrados en una fría habitación gris y sin salida.
De los indicadores del informe de vulnerabilidad de la salud mental, el que presentó mayor incidencia en nuestro país fue el de ansiedad.
De los cinco jugadores por equipo, al menos tres de ellos tienen problemas de ansiedad (lo mismo se repite en el otro equipo). Paraguay está en primer lugar en Latinoamérica en este indicador.
Lo vemos todos los días nada más salir a la calle. Yo lo descubrí sentado en la plaza del barrio.
Me pregunto cómo pasamos de ser “el país más feliz del mundo” a ocupar el cuarto lugar con el índice de vulnerabilidad de la salud mental más “preocupante del mundo”, y no encuentro respuestas entre las políticas públicas.
Pero volvamos al informe del Banco Mundial. Este índice considera la incidencia de cinco problemas de salud mental sobre los encuestados en los treinta días anteriores a las entrevistas: dificultad para dormir; ansiedad, nerviosismo o preocupación; actitudes agresivas o irritabilidad con otros miembros del hogar; conflictos o discusiones con personas fuera del hogar, y sentimientos de soledad.
Una vez más sabíamos lo que se venía tras la pandemia, pero no nos preparamos para afrontarlo. Somos víctimas de la improvisación, la desidia y el abandono.
La pelea en la cancha ya terminó. Pero me quedé pensando en la reacción del médico con una feroz piedra en la mano gritando malas palabras y amenazando a su amigo de toda la vida.
Una situación que se repite en los semáforos, en los mercados, en los shoppings y todo lugar donde haya una chispa que encienda la mecha, incluso y más preocupante en la soledad que invade la mente llevándonos a oscuros laberintos sin salida, como suele repetirme siempre mi amigo Carlos Martini.
Pero ya lo decía William Shakespeare: “Allí donde el agua alcanza su mayor profundidad, se mantiene más en calma”.
Día del Yoga: estilo de vida que busca integrar el cuerpo y la mente
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Por Karina Ríos (karina.rios@nacionmedia.com)
Este viernes 21 de junio se celebra el Día Internacional del Yoga, un estilo de vida que busca la alineación del cuerpo, la mente y el alma de las personas que lo practican. En la actualidad, este arte milenario se convierte en una de las mejores formas de canalizar emociones y rehabilitar el cuerpo de las enfermedades.
“Para el yoga no hay límites de edad, lo pueden practicar niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Es un estilo de vida que busca integrar el cuerpo y la mente”, explicó Dominique Fragnaud, representante de Aeroyoga en Paraguay y directora de Yoga Domi, en entrevista con La Nación/Nación Media.
Resaltó que se trata de una práctica que inició hace unos 6.000 años y que es una tradición de la India, que se extendió por todo el mundo porque genera bienestar en las personas que utilizan las técnicas. “En Paraguay hay muchos centros de yoga y se puso muy de moda, pero es una moda linda y está bien”, apuntó.
Calma la mente
La profesional indicó que las personas en principio van a las clases por una cuestión física, pero aclaró que el yoga va más allá, porque inicia por la mente. “Una vez que inician ven como calma la mente con solo respirar correctamente. Uno aprende a analizar los pensamientos para lograr la calma”, manifestó.
Afirmó que el secreto para calmar la mente es la respiración o pranayama, saber controlar algo tan importante para la vida como el aire. “Con solo respirar podemos controlar el ritmo cardíaco, la temperatura corporal, el estrés, los nervios y mejorar la coordinación. Puedes empezar a dormir mejor, los beneficios son innumerables, porque se logra el bienestar general”, dijo.
Aeroyoga
Domi es formadora de profesores de Aeroyoga y Hatha Vinyasa, se trata de una técnica en la que se utiliza como elemento una hamaca. Un método creado por un maestro español hace unos 15 años y que está siendo muy aceptado porque hace que la técnica sea más desafiante.
“Es un estilo de yoga nuevo y en el país es muy aceptado. Tenemos personas de todas las edades que están probando el aeroyoga, que se enfoca mucho en la columna y siente el beneficio desde la primera clase. Para iniciar solo preguntamos si tienen algunas lesiones y vamos acompañando para que no sienta más”, aclaró en LN.
Para todos
Domi manifestó que cuando una persona realiza la práctica contagia a los demás miembros de su familia y lo bueno es que no hay límites de edad para iniciarse. Además, se puede realizar a cualquier hora, ya sea al finalizar el trabajo, antes de arrancar la jornada, en la oficina y en las escuelas.
“El yoga es para todo, porque es la unión del cuerpo, la mente y entre las personas. Todos empezamos de cero, por lo que se puede empezar a practicar cuando uno siente el llamado. Sin discriminar la edad y el cuerpo, en los centros acompañan paso a paso y nos adaptamos a los horarios”, indicó.
Actividad central
Para conmemorar este día tan especial, desde Yoga Domi, ubicado en la ciudad de Asunción, se realizará un encuentro durante el que las usuarias y profesionales realizarán la medicación en movimiento coordinado.
“Será una práctica especial donde realizaremos 108 saludos al sol. Será algo súper desafiante a nivel físico y mental, donde se contactará la respiración en forma grupal. Todos vamos a respirar al mismo tiempo, es algo que se hace solo en ocasiones especiales como el Día del Yoga”, concluyó.
Datos claves
El 11 de diciembre de 2014, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) proclamó el 21 de junio como el Día Internacional del Yoga.
El yoga ofrece un enfoque holístico de la salud y el bienestar.
La organización de Naciones Unidas para la educación, la ciencia y la cultura (Unesco) declara el yoga de la India patrimonio internacional de la humanidad.
¿En qué nos diferenciamos de nuestros abuelos y bisabuelos? Podríamos afirmar sin temor a equívocos que en muchas cosas. Si bien es dable reconocer que hemos evolucionado, trayendo la civilización aparejado con muchas innovaciones y avances en medicina, tecnología, educación, entre otros, sin embargo podemos visualizar que en la práctica entre la vida moderna y la que llevaban nuestros ancestros se observa una substancial diferencia.
Y, ¿cuál es esa diferencia? Radica primariamente en que ellos siempre estaban en movimiento todos los días formando parte de su rutina de vida.
Los hombres y las mujeres de principios del siglo XX y hasta un poco más de la mitad del mismo solían caminar todos los días kilómetros enteros para cumplir con sus tareas y también satisfacer necesidades básicas, pues tener por entonces un vehículo propio era un lujo.
Basta observar fotografías antiguas, en donde muy raras veces uno puede ver personas obesas como abundan hoy día. La explicación es sencilla y muy obvia. Se mantenían en movimiento todos los días. Era una parte de su rutina de vida, permitiendo que mantuvieran una buena capacidad cognitiva cerebral y buen estado físico.
Es sabido que el cuerpo humano no ha sido diseñado para estar varias horas frente a la computadora, un escritorio o viendo TV como acontece hoy día. El ser humano fue hecho para mantenerse en movimiento. Pero, sin embargo, parecería que nos hemos olvidado de los múltiples beneficios que nos aporta el ejercicio físico, ya que muchos vivimos una vida sedentaria, considerando al ejercicio físico como si fuera un lujo o una necesidad más bien relacionada con la estética corporal, sin sopesar los múltiples beneficios que aportan a todo el organismo, librándonos de que nos convirtamos “en una farmacia” ingiriendo medicamentos por cualquier motivo.
¿Cuántas personas tenemos que si bien tendrían alguna patología orgánica, son reacios a tomar medicamentos? Por fortuna, hoy día los mismos médicos prescriben a sus pacientes ejercicios físicos, complementados con alguna que otra medicina en caso de ser necesario.
Aquel que ha comprobado que el ejercicio físico regular es la mejor medicina para el cuerpo y el alma, puede dar fe de los resultados que se logran a través de una rutina consistente y persistente en el tiempo.
Hoy uno puede observar en los parques a personas de distintas edades haciendo caminata, trotes y otros ejercicios físicos que contribuyen a crear endorfina (la hormona del placer), y hasta con un efecto casi multiplicador, puesto que cada vez más personas toman la muy buena costumbre de realizar ejercicios físicos sin importar su edad.
Cuántas veces solemos poner excusas diciendo, estoy muy pesado, no “me da el cuero”, me canso muy fácilmente, pero apenas se disponen a probar una caminata a paso lento en principio de unos 30 minutos empiezan a darse cuenta de que se sienten con mucha más energía, menos fatiga e incluso mucho menos negativo y con ideas que fluyen más fácilmente.
No decimos que de ser necesario y el médico lo prescriba habrá que tomar medicamentos específicos, pero no es utopía ni fantasía el hecho de que aquel que quizás por razón de exceso de peso o sedentarismo, se ha sentido deprimido o ansioso, una vez que deciden calzarse una zapatilla deportiva y ropas cómodas para una caminata, pudieron notar que en unas semanas varias de las dolencias disminuyeron, e incluso desaparecieron.
El ejercicio físico regular no solo tiene el poder de mejorar episodios depresivos y ansiosos o mismo una hipertensión, dado que mantenerse en movimiento nos permite no solo ejercitar nuestro cuerpo, sino que constituye asimismo en uno de los bálsamos primarios para nuestro bienestar mental y físico.
Todos aquellos que lo han tomado como un estilo de vida y que lo practican regularmente en horas de la mañana temprano antes de desayunar, para luego pegarse una ducha antes de ir a la oficina, se sienten con mucha más energía y claridad de pensamientos e ideas, pues su carencia hace que nuestro cuerpo vaya acumulando toxinas que influyen en forma directa sobre nuestro estado de salud y vigor físico.
Aquel que ha comprobado que el ejercicio físico regular es la mejor medicina para el cuerpo y el alma, puede dar fe de los resultados que se logran a través de una rutina consistente y persistente en el tiempo.
Los grupos de visitantes organizan divertidos y emocionantes desafíos para encontrar la salida del laberinto de 40 metros de ancho y 100 metros de largo
Laberinto vegetal: una intrincada aventura en Filadelfia
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A unas cinco horas de Asunción se encuentra el único laberinto vegetal del país, un lugar que invita a perderse entre los senderos de su complejo meandro y vivir la inigualable emoción que se experimenta al encontrar la salida. El premio para quien llegue al mirador es el disfrute del cautivante paisaje chaqueño.
Ocho años de trabajo denodado y perseverante tuvieron que pasar para que una joven pareja de Filadelfia materializara un sueño familiar: tener su propio laberinto vegetal. Único en su tipo en nuestro país, se trata de uno de los sitios más visitados hoy día en la próspera localidad chaqueña del Departamento de Boquerón. A diario recibe la visita de turistas de todas partes del país, y también del exterior, ávidos de conocer este complejo entramado de arbustos, de pasadizos, senderos y vías que forman un meandro solo visto antes en libros, revistas o películas.
Pero solo hace un año que Sylvia Klaassen de Wiens (32) y su esposo Thomas Wiens (34) decidieron habilitarlo al público como una manera contribuir con el crecimiento del turismo chaqueño y para que más personas pudieran conocer y disfrutar de esta verdadera obra de arte de la jardinería. Tiene 40 metros de ancho y 100 metros de largo y fue totalmente ideado, diseñado y armado por el propio matrimonio.
Thomas Wiens y Sylvia Klaassen de Wiens son los dueños del primer y único laberinto vegetal del país. Lo diseñaron y formaron a puro pulmón
ALGO ÚNICO
“La gente se muestra muy impresionada por el lugar porque es algo único en el país. Y esta es la mejor época para visitarlo. Realmente, lo pueden hacer durante todo el año, pero en el verano lo recomendable es venir a la mañana y al atardecer por el calor. El mirador del laberinto es especialmente lindo para disfrutar durante el ocaso”, dice Sylvia en contacto telefónico con La Nación del Finde.
Al referirse a la génesis del proyecto, cuenta que cuando era niña con su familia viajaba mucho al exterior y visitaban siempre los laberintos en Brasil y Argentina. “Y mi mamá siempre decía “algún día me gustaría tener un laberinto”. Pero como vivíamos en Asunción no había opción de hacer y tener uno. Después, cuando me casé, con mi esposo Thomas nos mudamos al Chaco a una aldea con mucho espacio. Y así surgió la idea de aprovechar el lugar y hacer un laberinto”.
El laberinto vegetal de Filadelfia se formó en ocho años. Se emplearon dos mil plantas de un arbusto de brillantes hojas verdes llamado Pilcomayo, que crece en la zona del río y que no requiere de riego para sobrevivir
ENSAYO Y ERROR
Concretar este sueño no fue nada fácil. Fue todo un desafío que siguió las variables del método ensayo y error al no contar con manos expertas en el tema para su desarrollo. “Hace ocho años comenzamos. Tuvimos muchas fallas al principio hasta que, por fin, logramos hacer crecer las plantas y que el laberinto fuera tomando forma. Utilizamos más de dos mil plantas. Llevó muchísimo trabajo y sigue llevando mucho trabajo para mantenerlo. Pero a la gente le gusta mucho y eso nos alegra, nos motiva para seguir”, dice la docente de secundaria que enseña en el colegio de Filadelfia.
La planta empleada para formar este laberinto vegetal es un arbusto de brillantes hojas verdes llamado Pilcomayo, que crece en la zona del río. “Yo realmente quería una planta con flores, pero mi esposo Thomas me dijo que eso sería imposible de mantener por la cantidad de agua que necesita y aquí en el Chaco eso se complica un poco. Entonces pensó él en este arbusto que no requiere casi de riego”, comenta nuestra entrevistada.
La meta es llegar al mirador, disfrutar del paisaje chaqueño y hacerse una selfie. “Pero nunca falta el que hace trampa para subir”, cuenta Sylvia en tono jocoso
Menciona que cada 3 meses el laberinto entra en mantenimiento. “Se cortan todas las plantas, de los dos lados y de arriba y se les da forma. Es un gran trabajo porque el cuidado es permanente por los yuyos que crecen muy rápido y eso también hay que sacar”, subraya.
La pareja está asentada a siete kilómetros de la ciudad, específicamente en una aldea de colonos alemanes llamada “Schönwiese” (linda pradera, en español) donde hace once años formaron su hogar que se completa con dos hermosas niñas.
SIEMPRE ABIERTO
Las visitas al laberinto no tienen horario porque está abierto las 24 horas, todos los días, incluso domingos y feriados. El ingreso al lugar cuesta G. 10.000 por persona, pero el sistema de cobro es peculiar y piden traer “sencillo”: “En la entrada hay una caja donde se deposita el dinero. Eso nos permite tener abierto todos los días y a toda hora. Bueno, mientras haya luz solar porque no cuenta con luz eléctrica por el momento. Pero hay grupos que prefieren justamente esa oscuridad para vivir una experiencia más misteriosa y desafiante, y van recorriendo con linterna en mano”.
Menciona que los visitantes también suelen armar juegos y desafíos. “Hace poco nos visitó un grupo muy grande. Decidieron entrar en pequeños grupos de 4 personas y, para complicar más la cosa, ataron con cuerda a los integrantes de cada grupo. Fue realmente divertido y emocionante”, cuenta como anécdota.
Aunque la visita se puede hacer sin previa reserva, Sylva deja este número para contactarlos: (0981) 203-782. El lugar puede ser ubicado en Google Maps bajo la coordenada de Laberinto Vegetal Filadelfia.
Nathalia Ramírez, guía turística, inmortalizó el momento en que llegó por primera vez a la salida
SUPERA LAS EXPECTATIVAS
Nathalia Ramírez, de JaiKuaa Paraguay, es una de las guías de turismo, habilitada por la Senatur, que permanentemente lleva grupos de turistas al Chaco, donde estuvieron justamente el pasado feriado largo del 12 de junio. Anoche partió nuevamente hacia el departamento de Boquerón y el laberinto es uno de los primeros lugares que hará conocer al grupo.
Cuenta que la gente queda admirada porque “les parece algo superespecial ya que en Paraguay no conocemos otro lugar como este. Todos quieren saber cuál es la planta, quieren saber su historia, si tiene flores y si está todo el año o cierto tiempo nomás. Es una actividad recreativa muy linda para adultos y niños. Todos se ayudan a llegar al final y la consigna es encontrar que el camino que conduce al mirador desde donde se disfruta de una vista única”.
Entre tanto, Luis Galeano, guía de otra agencia de turismo, rescata que el laberinto “supera las expectativas de la gente cuando llega al lugar. Es divertido tratar de llegar al final del mismo. Es muy hermoso y el hecho de que esté en el Chaco impacta más todavía”, dice. “Nosotros organizamos excursiones y empezamos siempre por ahí, luego vamos a los fortines, a la laguna Capitán donde ahora están los flamencos que migran y reposan allí antes de continuar su viaje. Es una temporada ideal para visitar el Chaco”, invita.
“Llevó muchísimo trabajo formarlo y sigue llevando mucho trabajo para mantenerlo, pero a la gente le gusta mucho y eso nos alegra, nos motiva para seguir”.
No es un secreto que conforme pasa el tiempo las sociedades van evolucionando casi imperceptiblemente. Generalmente los cambios se notan tras pasados varios años cuando un día nos preguntamos cómo no nos habíamos enterado de que el vecino que vivía a tres casas de la nuestra hacía tiempo que llevaba de fallecido o no entendemos porqué las jovencitas prefieren raparse la cabeza en lugar de lucir una hermosa cabellera.
Como estamos en Semana Santa, es lógico hablar de este día al que ahora le llaman Sábado Santo, antes conocido como Sábado de Gloria. Sí, hasta eso cambió. Y es que cuentan que como antes el ayuno comenzaba el viernes y continuaba durante todo el sábado (muchos ni siquiera permitían que se bebiera agua), consideraban excesivo el lapso de ayuno y establecieron limitar el ayuno al viernes.
En épocas pasadas el Sábado Santo era considerado un día de luto en el que recordamos el paso de Jesucristo de la Muerte a la Resurrección. Las personas guardaban un respetuoso silencio desde el Viernes Santo.
Los niños no podían jugar ni hablar en voz alta, so pena de ser castigados por los mayores. En algunos casos hasta recibían una azotaina de parte de sus padres. También se les arrojaba agua de modo a limpiar sus pecados.
En el Sábado Santo los católicos de antes recordaban la muerte de Jesucristo y su paso entre la Muerte y la Resurrección. Era un día que inspiraba miedo porque “Dios estaba muerto” y no había ayuda posible de un ser superior en caso de necesidad. También se recordaba el dolor de la Virgen María y sobre todo la inmensa soledad de una madre tras perder a su hijo. En este día también está prohibido comer carne roja.
Los tiempos han cambiado, si antes era mal visto hacer si quiera un pequeño ruido, hoy la nueva generación antepone sus costumbres, extraídas de un mundo en el que reinan los likes y shares.
Me pregunto, cómo será de aquí a 10 años la Semana Santa. Dónde quedarán la familia, el hecho de compartir la mesa, la alegría que produce hacer chipa con los abuelos, las risas que perduran en el tiempo. ¿Qué memorias construimos hoy?
Que las transformaciones que comiencen a gestarse hoy sirvan para fortalecer los vínculos que nos mantienen unidos a la vida, nuestras raíces y, sobre todo, que hace que nos sintamos orgullosos de lo que somos.