• Por Aníbal Saucedo Rodas
  • Periodista, docente y político

El pasado es un fantasma inquieto y molesto. Aun para los cínicos. Siempre encuentra las rendijas para filtrarse en el presente. Son los hechos nuevos, ligados a una historia abierta, los disparadores de la memoria. Son los que despiertan a los espectros de la noche. Como los relatos del docente jubilado Carlos González Britos –secuestrado (mientras estaba de cacería) y liberado por el Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP)– que nos introdujeron a una máquina del tiempo para aterrizar en una colección de diarios y revistas, rememorando mi antigua afición de archivero, la que, a su vez, abrió las puertas del mundo de las crónicas que nunca dejan de ser. El profesor salió vivo de los montes con dos recados: entregar videos de propaganda a los periodistas y comunicar a los organismos de seguridad que, a cambio de conocer el paradero de la niña de 14 años, Carmen Oviedo Villalba, desaparecida desde el año 2020, darán informaciones sobre el estado en que se encuentran el policía Edelio Morínigo y el ex vicepresidente de la República Óscar Denis. Llamativamente no hubo alusión alguna respecto al ganadero Félix Urbieta, también en poder de este grupo criminal que se adueñó del norte del país.

Son las angustiadas hijas del político del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) Óscar Denis y una indoblegable madre, la de Edelio Morínigo, quienes constantemente martillan sobre la conciencia ciudadana para tratar de despertar nuestra dormida sensibilidad y demandar al Gobierno su pasiva actitud ante el sufrimiento de estas familias y los nulos resultados de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) para liberar o, al menos, tener alguna noticia sobre los secuestrados. En cuanto al fracaso de las autoridades las evidencias no ameritan explicaciones. Es nuestra aletargada solidaridad la que debe motivarnos a una honesta autocrítica. Cierto es que nos cuesta movilizarnos. Una ciudadanía, consciente y constante, apenas está en gestación. Aun así, algún líder político o social deberá asumir la iniciativa de un encuentro frecuente y multitudinario para exigir el final de esta pesadilla que se instaló dentro de la sociedad, aunque así no lo sientan los que no están directamente afectados por estos sucesos criminales.

El recuerdo de Óscar Denis, refrescado por el afortunado educador Carlos González Britos, es el pasillo que nos conduce a un archivo, en parte ya habíamos usado, que nos evoca una situación repetida con un protagonista, también, repetido. La periodista Marianela Mayer, de la agencia Telam, tuvo a su cargo la cobertura del VII Encuentro del Grupo de Puebla, que se desarrolló en Ciudad de México del 29 de noviembre al 1 de diciembre del año pasado. Entrevista a uno de los participantes, Fernando Lugo. Leal a su estilo, ninguneó las preguntas relacionadas con el EPP y el cautiverio del ex vicepresidente de la República.

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Las diversas sospechas y cercanas relaciones que conectan al que fuera obispo y presidente de la República con los integrantes del EPP superan las líneas de este espacio. Los registros periodísticos, bien ensamblados y contextualizados, constituyen la historia del presente. Reclaman más tiempo y extensión. Así que, por ahora, me limitaré a la transcripción textual de esa parte de la entrevista:

Periodista: -”Otro tema preocupante es el deterioro de la seguridad: aumentó la violencia política, el narcotráfico y la guerrilla continúan y el ex vicepresidente Óscar Denis lleva más de un año secuestrado. ¿Cómo se llegó a esta situación?

Fernando Lugo: “Le hemos quitado el lugar a México y Colombia. Paraguay hoy exporta más cocaína que estos países. De los puertos privados están saliendo la mayor cantidad de cocaína hoy día para Europa y otros países. Lastimosamente, no es solo un país de tránsito, sino también un país productor y el narcotráfico está precisamente entrando hoy en la financiación de la política, en las candidaturas de políticos y creo que ese deterioro es lo más preocupante. La policía está inficionada y relacionada con la criminalidad organizada y creo que ese es el gran tema”.

Indudablemente es un gran tema. Y preocupante. Es más, la mirada del expresidente de la República sobre el narcotráfico resultó ser anticipadora de lo que ocurriría en los primeros meses de este año. Pero las dudas se alimentan de sus intencionados olvidos, como las referencias a la guerrilla (EPP) y al ex vicepresidente Denis. Ni siquiera por una pizca de humanidad tuvo la cortesía de insinuar una respuesta sobre quienes están en doloroso cautiverio. Tampoco hubo condena a “la guerrilla” mencionada por la comunicadora.

En lo personal no me sorprende. En una entrevista publicada el 6 de marzo del 2005 y firmada por Mabel Rehnfeldt, sobre el secuestro y asesinato de Cecilia Cubas y algunas probables conexiones (de Lugo) con sus ejecutores (del Partido Patria Libre, base del EPP), el entonces obispo declaró con una simulación que fue la impronta de su apostasía que la practicó incluso con los hábitos puestos: “Me pasó por alto, me pasó totalmente desapercibido (…) Me tomó de contramano, con mucha tarea pastoral”. Y remata en medio de la tragedia (el 16 de febrero del 2005 fue encontrado el cuerpo sin vida de Cecilia): “Me da risa lo que la gente dice de mí”. Por ello tampoco me extrañó cuando siendo jefe de Estado en el 2011 definió al EPP como “grupo político”. Aunque después varió de opinión. De lo contrario no sería él.

En el tema de Fernando Lugo y el Ejército del Pueblo Paraguayo todavía quedan muchos hilos por desenredar. Los diarios del pasado nos conceden muchas pistas. Solo hay que saber leerlas. Como su esperanza “de desbaratar a estos simples delincuentes (EPP) en sesenta días” (18 de octubre del 2011). Seguiremos. Este personaje con cara de santo yvyra tiene mucho que contar. Buen provecho.

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