“Atrévete a pensar”, acicateaba Kant (1784-1804) a la nueva generación de liberales. La liberación del ser humano estaba al alcance: bastaba el método de una moral racional. Liberación que no residía –enfatizaba el filósofo de Königsberg– en la falta de inteligencia, sino en la decisión y valor para servirse por sí mismo de ella. Sin el paternalismo de nadie más. El ideal del Iluminismo. La razón, la misma en todo tiempo y lugar, autónomamente, posibilitaría la meta buscada: la Paz Perpetua (1795). No más guerras. Buscar primero, moralizaba Kant parafraseando al Evangelio, el ideal de la razón y su justicia que la paz perpetua se dará por añadidura. Era el ideal cosmopolita liberal. Hospitalidad y soberanía. La religión bajo control racional. Basta de interferencia en otros estados. Gobierno del derecho y de los jueces.
Kant retomaba una propuesta antigua, la de los estoicos griegos y los iusnaturalistas racionalistas, sobre la universalidad de la naturaleza humana. Cada uno debe ajustarse a los derechos del otro. Era el republicanismo liberal, con la igualdad, como espolique básico. De ahí la necesidad del comercio, y de la globalización. Quien comercia, no pelea. El progreso ininterrumpido. Pero las guerras, sin embargo –tercamente– continuaron. Guerras coloniales decimonónicas. La primera y la segunda guerra mundial. Las de dominación e invasión. Los genocidios, el holocausto. La paz perpetua, entonces, ¿ha sido solo una quimera? Dos momentos de ese proceso histórico “kantiano” pueden ayudar a acercarnos a una respuesta, que hoy, aparece como razonable.
EL MOMENTO OPTIMISTA LIBERAL
El primero ha sido el optimismo liberal racionalista. La fe en el progreso que se había iniciado en el siglo diecinueve e inundado parte del veinte. Bastaba la implementación de algún principio racional jurídico-político, preconcebido, para que surja la paz. Las ideologías, lo incorporaron. Era la receta para que la convivencia social funcione. Seguid el ideal de la razón y su justicia que la paz perpetua se dará por añadidura. Y el ciudadano noble –ese buen salvaje rousseauniano-liberal que era explotado u oprimido por la sociedad injusta– sería liberado. Florecería, sería feliz.
Vana ilusión. La confianza de Kant en la moralidad del deber fue deconstruida más tarde, paradójicamente, por los mismos marxismos y liberalismos racionales. Sea en la versión de la libertad a rajatablas o la abolición de la propiedad, la propuesta de Kant fue vista con sospecha. Un engaño. Al ciudadano “kantiano”, protagonista de la paz perpetua, se lo deconstruyó como el buen burgués que, en última instancia, no hacía sino reproducir un sistema injusto que debía ser derribado. Así, muchos de estos últimos, “solo escuchan a sus propias envidias y odios. Son sordos a razones, moralidad, derecho”, escribía lúgubremente, a principios del siglo veinte, el historiador Teodoro Mommsen (1817–1903). Los nacionalismos románticos, con su antisemitismo visceral, permearon el subsuelo que perpetuarían las guerras. Y los odios, continuaron.
EL MOMENTO CONSTITUCIONAL DEMOCRÁTICO
El segundo momento ha sido el de la confianza en el Estado Constitucional de Derecho en la pos-Segunda Guerra Mundial. Fue una construcción más allá del fracasado Estado liberal racionalista. Se daba apertura a una esperanza. El humanismo integral de los padres fundadores de la Europa democrática, inspiraba. Adenauer, De Gásperi, De Gaulle, Churchill. La Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y llega lo impensable, el totalitarismo racional marxista se derrumba en 1989. La guerra fría pasaba a la historia. La pesadilla había terminado, y aquella paz liberal capitalista –en la hermenéutica del célebre Francis Fukuyama– se había logrado. Solamente quedaban los regímenes democráticos y capitalistas –racionales, libres, y cosmopolitas– para dirigir la historia. El conflicto se había superado en clave hegeliana.
Así, el constitucionalismo liberal democrático de la última década del siglo XX inundaba países, regiones, continentes. La razón argumentativa de las nuevas democracias deliberativas daba las bases sólidas a la paz. Aquella república mundial de la paz soñada por el solitario filósofo de Königsberg parecía lograrse. Cortes internacionales, tratados, globalización: todo apuntaba a un mundo idílico. Con la caída de la Unión Soviética, nuevas repúblicas, emergían. El mundo bipolar había dejado de ser tal. China se ganaba el estatuto de ser la nación comercial más favorecida. Pero de nuevo, las guerras, las invasiones, y los ataques, continuaron: Kosovo (1998), setiembre 11 (2001), Irak (2003-2011), Afganistán (2001-2021). La democracia constitucional europeo-transatlántica se defendía y atacaba y exportaba, en varios casos, su propuesta democrático liberal capitalista por la fuerza.
LAS RAZONES DEL YO
Todo este proceso histórico genera una pregunta obvia:¿cómo es que una civilización, como la que dio nacimiento al racionalismo liberal y al constitucionalismo democrático llega a un punto de no solamente ser impotente de lograr una paz permanente, sino, de no tener, muy a menudo, las convicciones de defenderla? Una de las explicaciones más razonables fue ofrecida por dos pensadores de la Escuela de Frankfurt, Theodor Adorno (1903-1969) y Max Horkheimer (1895-1973). En su “Dialéctica del Iluminismo” (1947) examinan no solamente el proceso acaecido desde el racionalismo, liberalismo, y las ideologías del siglo XVIII y XIX sino, y, sobre todo, la suerte de esa racionalidad en el siglo veinte.
Herederos de esa cultura, ambos pensadores, aceptan ese modelo de sociedad que había traído, indudablemente, progreso a la humanidad, pero advierten, el alto costo de su implementación. El de vaciar de sustancia, vía procedimientos legales, a la persona. La erosión del yo, de lo humano. Así, del concepto de ser humano, que gracias a propiedades moralmente relevantes –racionalidad y los fines son personas como sostenía Kant– se concluye que hay seres humanos más racionales y, por lo tanto, más humanos que otros. La democracia constitucional liberal, en su afán de asegurar las formas procedimentales, va definiendo poco a poco quién es persona y quién no, tendiendo casi exclusivamente a su función útil. Se rechaza, consensualmente, todo principio trascendente, y con ello, se relativiza la propia cultura, el sentido de la patria, los valores fundantes. El ser humano ya no cree en el logos eterno: su conducta se reduce a luchas de intereses que están determinados por el poder dominante. Y cuando lo humano queda merced de este, la unidad gira hacia intereses económicos o la tecnocracia.
Esto explica la falta de convicciones en la civilización de Occidente, y que ha envalentonado al nacionalismo antiliberal, chovinismo irracional de un déspota como Putin. Que se ha aprovechado de esta debilidad. Es que nadie lucha y menos muere por defender el cálculo infinitesimal, como diría Camus. Es un eco de lo que se decía las capitales europeas en la década de los setenta del siglo pasado: mejor rojo que muerto. Pero los seres humanos no somos realidades jurídico-políticas abstractas. La política no es solamente racionalidad sin más, si no que nace de un deseo del corazón, de aquello que estamos hechos, urgencia, exigencias, de justicia y verdad. Como Horkheimer y Adorno lo entreveían. Esa realidad cultural anterior del yo integral que la visión puramente procedimental de Kant dejó de lado. Y nos dejó, al final, con la única paz posible, la perpetua de los cementerios.
El juez Rodrigo Estigarribia otorgó medidas alternativas a la prisión a la exjueza de Paz Liliana González, imputada por prevaricato por el caso de la mafia de los pagarés. Foto: Gentileza
Mafia de los pagarés: otorgan medidas alternativas a la prisión a exjueza de Paz
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El juez de Garantías, Rodrigo Estigarribia, otorgó medidas alternativas a la prisión a la exjueza de Paz Liliana González de Bristot, imputada por prevaricato en el caso conocido como la mafia de los pagarés. La resolución se dio a conocer luego de la audiencia de imposición de medidas cautelares.
El magistrado dispuso una fianza de G. 200 millones que deberá ser reemplazada por un inmueble, la comparecencia trimestral para la firma del acta judicial y la prohibición de cambiar de domicilio.
El abogado de la exmagistrada es Mario Elizeche, quien señaló que su representada actuó conforme a derecho y a su vez criticó la imputación presentada por el Ministerio Público.
El magistrado Rodrigo Estigarribia rechazó el incidente de nulidad de la imputación por prevaricato presentado por la jueza suspendida en sus funciones Analía Cibils, procesada penalmente por prevaricato y uso de documentos públicos de contenido falso, en el marco de la investigación del esquema corrupto conocido como la mafia de los pagarés.
Estigarribia sostuvo que la imputación cumple con todos los requisitos formales exigidos por la ley, en el sentido que se identificó suficientemente a los imputados por lo que corresponde rechazar el incidente presentado por la defensa de Cibils.
Guerra comercial, guerra en Gaza, guerra en Ucrania: “Give peace a chance”
Ricardo Rivas
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Ricardo Rivas
Periodista
X: @RtrivasRivas
Suenan las alarmas. El miedo crece. Encontrar respuestas es complejo. Tal vez sea el momento de dar más espacio a la voz a las víctimas que a la de los victimarios.
Es el fin de un día agitado en Buenos Aires, unos 1.300 kilómetros al sur de mi querida Asunción. Los pubs cercanos al downtown estallan. Por unas tres horas, es el tiempo del after office. Las y los trabajadores remotos se lo pierden. O, tal vez, aplican para los happy hours barriales.
Las familias en situación de calle hurgan en las bolsas con residuos. Mantas raídas, colchones y colchonetas gastadas emergen desde curiosos escondites citadinos. Con ellas, hombres, mujeres, niños, niñas, ancianos y ancianas comienzan el dramático ritual cotidiano para improvisar sus callejeras alcobas y descansar unas cuatro horas.
Luego, vendrá otro grupo para ocupar las mismas posiciones en los acotados espacios donde los bancos extienden sus redes de ATM (cajeros automáticos); o en las entradas de los edificios con oficinas a las que nadie llegará hasta la mañana siguiente; o en los accesos residenciales donde cerrarán sus ojos para –tal vez– transitoriamente olvidar la pesadilla mendicante de sus vidas para comer algo.
AVENIDA DEL DESAHUCIO
Quizás, en esa tregua inevitable consigan soñar lo que sueñen y, por un rato, olvidar que mañana será también un amanecer que marcará el inicio de otro día para trajinar la cada día más congestionada Avenida del Desahucio.
“¡¿Tené (sic) una moneda, loco?!”, me dicen un par de pibes que juntan el índice y el pulgar en un circulito casi perfecto. Siguen su marcha. Hablan, pero no entre ellos ni con nadie en particular. Las y los recicladores urbanos transitan incansables en procura de residuos que, “si Dios quiere”, podrán vender después a alguien que les pagará casi nada. Estrategias de supervivencia urbanas.
Cruzándose con ellas y ellos, trashuman otros y otras que –sin verlos ni sentir cercanía– se vinculan con esa projimidad remota que facilitan los teléfonos inteligentes. Media docena de personas orientales dialogan en voz alta mientras caminan, sonríen, sacan fotos y beben lo que tienen en sus termos. Ríen. Hacen más fotos con los celus. Una veintena de lusoparlantes compulsivamente compran, hacen cuentas y vuelven a comprar. Una casa de alta moda asegura que lo que en esa vidriera se ofrece se puede encontrar ahora mismo en Londres, París, Roma, Madrid y NYC.
POBREZA MULTIDIMENSIONAL
Coincidencias. Como esas prendas, pobrezas e indigencias similares a las nuestras también son posibles de encontrar en esas megalópolis. Miro el Obelisco. Entrecierro los ojos. Escucho la ciudad. Aturden quienes venden baratijas para comer. Siento que todo lo que interesa y me interesa está allí. En ese ecosistema de pertenencia que me explica de qué se trata la “pobreza multidimensional” sin necesidad de interrogar a la teoría.
Enormes pensadores de la economía como Stiglitz, Sen, Yunus o Fitoussi, por solo mencionar algunos académicos relevantes, trabajan con ese concepto desde algunas décadas. “El estornudo, el amor y la pobreza son tan evidentes que nunca se pueden ocultar”, escuché decir alguna vez a un diplomático coreano que vivió varios años en la Argentina. Lo que veo y percibo van en sentido opuesto al discurso del poder que cree construir una realidad inobservable.
“Pobreza multidimensional”. Con esa conceptualización es posible verificar que nadie es esencialmente pobre ni, mucho menos, esencialmente rico porque todos y todas tenemos algunas riquezas y algunas pobrezas. Es imprescindible entenderlo. Incomprender o, más grave, ignorar las pobrezas son actos concretos de las violencias que nos afectan y alejan de la paz aquí, allá y acullá.
“La paz no supone solo la ausencia de la guerra”, sostiene el Premio Nobel de la Paz (1980) Adolfo Pérez Esquivel. “La paz es mucho más que la ausencia de guerra o el desarme. Se construye y consigue con agendas amplias, multidimensionales, que demandan esfuerzos no solo a favor del desarme, sino también en pro del desarrollo social”, dice María Cristina Rosas, académica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien además enfatiza para explicar que el concepto paz, desde una perspectiva positiva, “es mitigar o lidiar con diversas causas que subyacen o pueden dar pie a la violencia, como los problemas del desarrollo: acceso a la educación, a la salud, al empleo, a un medio ambiente digno...”.
EQUIDAD E IGUALDAD
El profesor de economía de la Universidad de Georgetown Marcelo Giugale –exfuncionario del más alto nivel en el Banco Mundial– destaca por su parte que “el hecho de que te haya ido mejor que a otros no significa que te haya ido bien”. ¡Valiosa reflexión! Paz también es promover la equidad y la igualdad.
Tengo la convicción profunda de que todos y todas tenemos derecho al bienestar y al progreso social que van de la mano si deseamos construir sociedades pacíficas y pacifistas. A las casi 60 guerras activas en la tan maltratada aldea global que habitamos, en los últimos tiempos se le añaden nuevas tensiones.
“Guerra comercial”, es el título al que más recurren los medios tradicionales que siguen también las consecuencias del nuevo conflicto y comunican incansables cómo se esfuman miles de millones; cómo se derrumban los mercados bursátiles y hasta cómo pierden fortunas los afortunados; cómo se destruyen puestos de trabajo; cómo se expanden las miserias y los miserables.
ESPECTACULARIZACIÓN
¡Espectacularización de la noticia! Todo puede ser un arma. Las políticas arancelarias, también. Más tensiones. Algunas de ellas siento que emergen de esa especie de inframundo en el que sospecho se cuece la crueldad, la insensatez, el mal común y habitan las y los peores.
¡Lastimoso! No están lejanos los tiempos en los que pienso que, cuando los historiadores aborden el primer cuarto del siglo XXI y, en especial, la segunda década de este período que transitamos, es muy probable que encuentren en sus fuentes la palabra guerra con más frecuencia de la que sus colegas en las últimas tres décadas de la centuria pasada hayan imaginado. No debiera sorprender que así fuera.
Los líderes de entonces crearon organizaciones mundiales multilaterales en Bretton Woods de tanta eficiencia que hicieron posible algún grado aceptable de equilibrio, desarrollo y crecimiento. Aunque también –aunque se nieguen a reconocerlo– colmó de posibilidades a los megarricos de hoy para que construyeran sus fortunas.
Tengo claro que las y los historiadores, donde se encuentren, en sus trabajos “tratan siempre del presente o de las formas en que la historia ha marcado el presente”, como tantas veces me advirtió con docente paciencia la querida profe Beatriz Sarlo con magistral certeza. Siempre es así y los hombres y mujeres del poder lo saben.
De hecho, hacia ayer y hacia mañana, las y los observadores miraron, miran y habrán de mirar siempre desde el hoy y, desde ese punto, construirán los relatos con los que política y socialmente se enculturiza o aculturiza. Inevitable.
ESTÁNDARES
Los medios tradicionales y, en particular los diarios, desde largo tiempo son categorizados como “la primera versión de la historia”. Quizás sea así, aunque suene presuntuoso. Las redes y sus contenidos reticulares todavía no alcanzan ese rango. Carecen de la seriedad, de las normas de moderación y de estándares adecuados para la verificación de los hechos que, como soportes, vehiculizan y distribuyen. Las redes no son medios de comunicación. Son medios con fines de comunicación.
“Encontramos que la falsedad se difunde significativamente más lejos, más rápido, más profundamente y más ampliamente que la verdad, en todas las categorías de información, y en muchos casos en un orden de magnitud”, dice el 8 de marzo de 2018 Sinan Aral, profesor de la Escuela de Administración Sloan del MIT y coautor –junto con Soroush Vosoughi, investigador posdoctoral en el Laboratorio de Máquinas Sociales del Media Lab y Deb Roy, profesora asociada de artes y ciencias de los medios en el MIT Media Lab, del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT)– de una investigación sobre la circulación de noticias falsas en Twitter, hoy X, entre los años 2013 y 2017.
El campo que constituyeron al igual que el diseño muestral fueron amplios. Pesquisaron alrededor de 126.000 cascadas de noticias que circularon por aquella red porque unos 3 millones de personas las tuitearon poco más de 4,5 millones de veces entre los años 2006 y 2017.
Mentir, especialmente en asuntos públicos, es un acto de violencia que afecta a millones. Grave. La idea –y la práctica– de amenazar y luego emprender cualquier tipo de “guerra comercial” suma violencia en la tiroteada aldea global. Agrega víctimas. Añade desempleo, angustia, desesperación e incertidumbre. Pulveriza infraestructuras. Aplicar al comercio categorías bélicas no es una buena práctica. Hay quienes sostienen que es una forma de naturalización de la violencia a través del lenguaje específico que utilizan empresarios e inversores.
TENSIONES
Desde varias décadas, “El arte de la guerra”, la máxima obra del estratega chino Zun Tsu, suele ser bibliografía de referencia en los cursos de capacitación para quienes quieren especializarse en comercialización o en liderazgo. En las periferias se conocen a fondo las tensiones que devienen de las violencias económicas de todo tipo.
La llamada guerra del Guano y el Salitre o guerra del Pacífico, que enfrentó a Chile contra Bolivia y Perú entre el 14 de febrero de 1879 y el 20 de octubre de 1883, en la que ingresaron luego Francia y Gran Bretaña, es un recomendable ejercicio de memoria regional para saber de qué se trata un conflicto bélico con raíces comerciales que se ocultan detrás del biombo de la seguridad nacional o la necesidad del espacio vital.
El guano y el salitre –dos materiales estratégicos en los inicios de la llamada Revolución Industrial–, imprescindibles por entonces para producir fertilizantes y pólvora, estragaron a esos tres Estados andinos y a sus pueblos.
Hoy, en Ucrania, se habla de “tierras raras” –minerales escasos– que Rusia, China, Europa y los Estados Unidos se disputan. El sector energético –la industria hidrocarburífera– disputa poder en Oriente Medio. Tensiones a las que es necesario añadir el terrorismo, las organizaciones delictivas complejas transnacionales y la corrupción estructural como parte del problema.
Europa se rearma. Suenan las alarmas. El miedo crece. Mark Rutte, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), reflexionó públicamente que, como resultado de la más reciente tecnología misilística de la que dispone Rusia, “la diferencia entre un ataque a Varsovia (Polonia) o un ataque a Madrid (España) son 10 minutos” hasta el momento en que el proyectil autopropulsado llegue a esos eventuales objetivos, maten y destruyan.
Ante esas palabras, la Unión Europea (UE) anunció que habrá de movilizar 800.000 millones de euros para el rearme y recomendó a la población “comenzar a prepararse” para soportar guerras, ataques cibernéticos y otras catástrofes. Más tensiones. Más angustias. ¿Quién exhorta a vivir la paz?
“TODOS PIERDEN”
“Hay que liberar a los 59 secuestrados y terminar la guerra. Nada bueno sale con guerras. En las guerras nadie gana, todos pierden, así que lo único que es importante para mí y para todos es que los 59 rehenes sean liberados y que esta guerra se acabe”, dice Karina Engelbert (53), argentina nacida en la provincia de Córdoba, residente en Israel desde 1989, cuando su familia migró. Tenía 17 años.
Desde el 7 de octubre de 2023, junto con sus hijas Mika y Yuval fue secuestrada por la organización terrorista Hamás de su casa en el kibutz Nir Oz. Desde las ventanas de su casa veía una buena parte de la zona sur de la franja de Gaza, a 17 cuadras. Tenía unos 400 vecinos.
Su marido, Ronen Engel, fue asesinado. Intentó desesperadamente proteger a su familia. Un cuarto de esa población también fue afectado. La sangre de muchos de sus habitantes se derramó en esa tierra donde hasta las mascotas fueron blanco del odio. Catorce de las y los integrantes de esa comunidad aún son rehenes de los terroristas de Hamás. El cadáver de Ronen sigue en poder de quienes lo asesinaron. Karina, Mika (11) y Yuval (19) fueron liberadas por sus captores el 26 de noviembre del mismo año después de 52 días cautivas.
“Hay que liberar a los 59 secuestrados y terminar la guerra”, le dice reiteradamente al periodista Alejandro Alfie, del diario Clarín de Buenos Aires. “Nada bueno sale con guerras (porque) en las guerras nadie gana, todos pierden”, reflexiona. Sabe de qué habla, sufre, pide por los rehenes y pide una y otra vez “que esta guerra se acabe”. Testimonio lacerante de una familia victimizada por la guerra terrorista y que es conciente de que Gaza y su población también son víctimas.
Karina Engelberg, quien fuera rehén de Hamás y liberada luego de 52 días de cautiverio, en noviembre de 2023, da una entrevista en Buenos Aires, el 1 de abril de 2025. Foto: Mariana Nedelcu
UN ABSURDO
El papa Francisco, pocos días antes de su internación, sostuvo que “la guerra es siempre un absurdo, un horror, un desperdicio y una derrota” para la humanidad. Desde esa convicción exhorta a que “no permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes”.
El líder del catolicismo universal y jefe del Estado Vaticano se preocupa por Europa, pero también por la situación en el Mediterráneo, en África, en Asia, en el Oriente Medio y ruega a líderes y lideresas “que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme”.
Declarado pacifista desde muchas décadas –cuando aún no era pontífice–, predica que “la guerra es innoble (porque) es el triunfo de la mentira y del propio interés”. No ahorra palabras. “Las armas no construyen el futuro, sino que lo destruyen”, dice con precisión. “¡Basta, por favor!”, implora y enfatiza que “la violencia nunca trae la paz”.
DESARMAR LAS PALABRAS
A través de una carta, Francisco propuso al director del diario italiano Corriere della Sera, Luciano Fontana, a periodistas y comunicadores que “sientan la importancia de las palabras” para trabajar por la paz.
Con simpleza exhortó “a todos aquellos que dedican su trabajo e inteligencia a informar a través de las herramientas de comunicación que ahora unen nuestro mundo en tiempo real (para que) sientan la importancia de las palabras. (Que) Nunca son solo palabras (porque) son hechos que construyen entornos humanos”.
De hecho, toda operación comunicacional produce sentido y, justamente por ello, los vocablos “pueden conectar o dividir, servir a la verdad o servirse de ella”, advierte y va más allá: “Debemos desarmar las palabras, para desarmar las mentes y desarmar la Tierra” porque en estos tiempos que corren “hay una gran necesidad de reflexión, de calma, de sentido de la complejidad”.
¿Qué es lo que no se entiende? ¿Quiénes son los que no entienden o no quieren entender? Encontrar respuestas es complejo. Tal vez sea el momento de dar más espacio a la voz a las víctimas que a la de los victimarios. “Give peace a chance” (dale una oportunidad a la paz), como nos propuso John Lennon.
“Debemos desarmar las palabras para desarmar las mentes y desarmar la Tierra”, predica el papa Francisco
Soldados rusos patrullan junto a casas destruidas en la aldea de Kazachya Loknya, anteriormente ocupada por tropas ucranianas. Foto: Tatyana Makeyeva/AFP
Siguen los combates entre Rusia y Ucrania, con el diálogo de paz estancado
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Kiev, Ucrania. AFP.
Kiev y Moscú se acusaron mutuamente este viernes de un ataque contra la estación de medición de gas de Sudzha, en la región rusa de Kursk, ocupada por las fuerzas ucranianas desde agosto de 2024. Esta importante estación, situada en la región Kursk, fronteriza con Ucrania, permitía otrora el transporte de gas ruso hacia Europa, pasando por Ucrania.
Varios medios rusos publicaron imágenes de la estación en llamas y culparon al ejército ucraniano. Las autoridades rusas no han hecho ningún anuncio oficial. El ejército ucraniano rechazó unas “acusaciones sin fundamento”. “La estación fue bombardeada por los propios rusos”, afirmó el Estado Mayor ucraniano en Facebook, que afirmó que las fuerzas rusas “dispararon proyectiles de artillería contra la instalación” durante la noche. La estación de medición de gas de Sudzha está bajo control de las fuerzas ucranianas desde agosto de 2024.
Paralelamente, prosiguen los combates en la región de Kursk, donde las fuerzas rusas han avanzado a un ritmo sin precedentes en las últimas semanas en un intento de expulsar a las tropas ucranianas de su territorio. Rusia ha arrasado la red energética de Ucrania en tres años de invasión, mientras que Ucrania, en represalia por estos ataques, ha destruido numerosas terminales petrolíferas rusas utilizando drones explosivos de largo alcance.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció ayer jueves una nueva cumbre de países aliados de Ucrania, después de un llamado del presidente ucraniano a la UE a que mantenga la presión sobre Rusia. Zelenski, que se comunicó por videoconferencia con una cumbre de dirigentes de la Unión Europea este jueves, afirmó que, a pesar de las declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre su disponibilidad para la paz, “nada ha cambiado”.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo esta semana conversaciones telefónicas con Putin y, seguidamente, con Zelenski. Esos contactos, sin embargo, no tuvieron un efecto inmediato, ya que Rusia volvió a bombardear el miércoles por la noche las infraestructuras energéticas ucranianas.
El mandatario ucraniano denunció ante los gobernantes de la UE los ataques rusos a la infraestructura energética. “En Ucrania enfrentamos esto todos los días y todas las noches”, lamentó. “A pesar de las palabras de Putin sobre supuestamente estar listo para detener los ataques, nada ha cambiado”, aseguró en su mensaje a la UE.
También pidió que el bloque mantenga vigentes sus sanciones “hasta que Rusia comience a retirarse de nuestra tierra y compense por el daño causado por su agresión”. Al fin de la cumbre, Macron, anunció que Zelenski y los dirigentes aliados de Ucrania realizarán una cumbre el 27 de marzo en París.
La idea de esa reunión es hacer avanzar los planes para verificar el respeto a una eventual tregua en la guerra entre rusos y ucranianos. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dijo al fin de la cumbre que Putin “usa maniobras dilatorias para continuar con sus objetivos neoimperialistas”.
Sin embargo, Hungría volvió a presentar la nota discordante en la cumbre del jueves. En la jornada, 26 países de la UE respaldaron un nuevo paquete de ayuda por 5.000 millones de euros a Ucrania, pero Hungría se negó a respaldar la iniciativa, lanzada por la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas.
En la red X, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, amenazó incluso con vetar la adhesión de Ucrania a la UE antes de consultar a la sociedad húngara. Con relación al discurso de Zelenski, Orban fue lapidario: “No diría que participó del debate en una forma amistosa”.
Es la segunda cumbre consecutiva de la UE en que Hungría bloquea a la unanimidad en un texto común sobre Ucrania, ya que había hecho lo mismo en la reunión extraordinaria del 6 de marzo. Ante la oposición de Hungría, este jueves los restantes 26 países emitieron un documento separado de las Conclusiones para explicitar el apoyo a Ucrania, tal como había ocurrido en la cumbre anterior.
Nuevas rondas de diálogo
En la jornada, Rusia anunció que mantendrá una nueva ronda de conversaciones con representantes de EE. UU. la próxima semana, y poco después Ucrania hizo lo mismo. En Moscú, el portavoz Dmitri Peskov confirmó que un equipo ruso mantendrá conversaciones con representantes estadounidenses el lunes en Arabia Saudita.
A su vez, Zelenski anunció que las delegaciones de Ucrania y Estados Unidos también se reunirán el lunes en la capital saudita. Zelenski precisó que estas reuniones serán separadas de los encuentros entre funcionarios rusos y estadounidenses, que tienen como objetivo acordar los términos del alto el fuego en los ataques a la infraestructura energética.
Mantenimiento de la paz
En el Reino Unido, los jefes Estado Mayor de una treintena de países se reunieron el jueves para discutir cómo mantener la paz en caso de un acuerdo de tregua entre rusos y ucranianos. El primer ministro británico, Keir Starmer, que organizó esta cumbre militar, está trabajando con el presidente francés, Emmanuel Macron, para construir la llamada “coalición de voluntarios”.
Según Starmer, esos planes “están tomando forma” y su objetivo es convertir en realidad la “intención política” de garantizar la seguridad de Ucrania si se diera un alto el fuego. Según el gobierno británico, un “número significativo” de países están dispuestos a hacer lo mismo, pero no se han adelantado cifras concretas. En el terreno, la violencia no cesa. La Fuerza Aérea de Ucrania dijo el jueves que Rusia lanzó 171 drones a su territorio durante la noche del miércoles, y que dos personas murieron. Rusia, a su vez, dijo que sus unidades de defensa aérea derribaron 132 drones ucranianos en varias regiones de todo el país.
Zelenski pide a la UE que mantenga la presión sobre Rusia
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Fuente: AFP
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, pidió el jueves a la Unión Europea que mantenga la presión sobre Rusia, antes de nuevas conversaciones que rusos y ucranianos tendrán por separado con representantes de Estados Unidos en la próxima semana.
Zelenski, que habló por videoconferencia con una cumbre de dirigentes de la Unión Europea en Bruselas, afirmó que a pesar de las declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre su disponibilidad para la paz, “nada ha cambiado”. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mantuvo esta semana conversaciones telefónicas con Putin y, seguidamente, con Zelenski.
Esos contactos, sin embargo, no tuvieron un efecto inmediato, y Rusia volvió a bombardear el miércoles las infraestructuras energéticas ucranianas. El mandatario ucraniano denunció ante los dirigentes de la UE los ataques rusos a la infraestructura energética. “En Ucrania enfrentamos esto todos los días y todas las noches”, lamentó.
“A pesar de las palabras de Putin sobre supuestamente estar listo para detener los ataques, nada ha cambiado”, aseguró en su mensaje a la UE. También pidió que el bloque mantenga vigentes sus sanciones “hasta que Rusia comience a retirarse de nuestra tierra y compense por el daño causado por su agresión”. “Las sanciones son muy, muy necesarias”, aseguró. En la cumbre de la UE en Bruselas, Hungría volvió a presentar este jueves la nota discordante.
En la jornada, 26 países de la UE respaldaron un nuevo paquete de ayuda por 5.000 millones de euros a Ucrania, aunque Hungría se negó a respaldar la iniciativa, lanzada por la jefa de la diplomacia de la UE, Kaja Kallas.
En la red X, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, amenazó incluso con vetar la adhesión de Ucrania a la UE antes de consultar a la sociedad húngara. Con relación al discurso de Zelenski, Orban fue lapidario: “No diría que participó del debate en una forma amistosa”.
Zelenski, dijo Orban, “actúa como si Ucrania ya estuviera en la UE y por lo tanto puede usar un tono más duro. Pero en realidad no lo puede hacer, porque es un país aspirante que busca unirse a la UE”.
Es la segunda cumbre consecutiva de la UE en que Hungría bloquea a la unanimidad en un texto común sobre Ucrania, ya que había hecho lo mismo en la reunión extraordinaria del 6 de marzo.
Nuevas rondas de diálogo
En la jornada, Rusia anunció que mantendrá una nueva ronda de conversaciones con representantes de EE. UU. la próxima semana, y poco después Ucrania hizo lo mismo. En Moscú, el portavoz Dmitri Peskov confirmó que un equipo ruso mantendrá conversaciones con representantes estadounidenses el lunes en Arabia Saudita.
A su vez, Zelenski anunció que las delegaciones de Ucrania y Estados Unidos también se reunirán el lunes en la capital saudita. Zelenski precisó que estas reuniones serán separadas de los encuentros entre funcionarios rusos y estadounidenses, que tienen como objetivo acordar los términos del alto el fuego en los ataques a la infraestructura energética.
Este ciclo de diálogos forma parte de los esfuerzos del presidente estadounidense de lograr rápidamente un cese de los combates en Ucrania, más de tres años después del inicio de la invasión rusa.
Mantenimiento de la paz
En el Reino Unido, los jefes Estado Mayor de una treintena de países se reunieron el jueves para discutir cómo mantener la paz en caso de un acuerdo de tregua entre rusos y ucranianos.
El primer ministro británico, Keir Starmer, que organizó esta cumbre militar, está trabajando con el presidente francés, Emmanuel Macron, para construir la llamada “coalición de voluntarios”.
Según Starmer, esos planes “están tomando forma” y su objetivo es convertir en realidad la “intención política” de garantizar la seguridad de Ucrania si se diera un alto el fuego. En caso de tregua, Starmer y Macron quieren enviar tropas a Ucrania como parte de una fuerza de paz.
Según el gobierno británico, un “número significativo” de países están dispuestos a hacer lo mismo, pero no se han adelantado cifras concretas. En el terreno, la violencia no cesa. La Fuerza Aérea de Ucrania dijo el jueves que Rusia lanzó 171 drones a su territorio durante la noche del miércoles, y que dos personas murieron.
“Con cada ataque, los rusos exponen al mundo su verdadera actitud hacia la paz”, afirmó Zelenski en las redes sociales. Rusia, a su vez, dijo que sus unidades de defensa aérea derribaron 132 drones ucranianos en varias regiones de todo el país.