El estrés no depende de las circunstancias externas que enfrentamos; sino del significado que damos a los desafíos que nos encontramos en el camino de la vida. Por eso, para manejar el estrés y evitar el agotamiento, se requiere dureza mental. Esta es la calidad que transforma a los atletas de alto rendimiento en campeones.

Michael Jordan, en una entrevista, citó las habilidades mentales como “la parte que separa a los buenos jugadores de los grandes jugadores”. “Vine aquí con las habilidades físicas”, dijo, pero “la parte mental es la más difícil”. Eso no solo vale para los deportistas; también se aplica a líderes empresariales.

De hecho, la dureza mental es lo que deben tener quienes no se doblegan frente a las caídas, los fracasos, las presiones, las dificultades, sino que se vuelven a levantar, siguen en su curso, permanecen optimistas, a pesar de los problemas y de los resultados difíciles. Te permite utilizar los contratiempos a tu favor. Un meme que vi en estos días decía: “No importa las veces que te caes, sino que las veces que te levantas”. Esta resiliencia es la diferencia entre el éxito y el fracaso, la mediocridad y la excelencia, la disolución y la plenitud.

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Pero, pocas veces damos la importancia necesaria a entrenar la dureza mental. Evitamos dedicarnos a fortalecer esta habilidad, quizás porque requiere paciencia y demanda tiempo. Pero no hay premio sin esfuerzo, y los beneficios de alimentar nuestra dureza mental son múltiples, como el manejo del estrés, una autoestima más fuerte, la capacidad de superar miedos, un mayor control de los impulsos, entre otros.

Líderes que tienen dureza mental, además, se enfocan en lo que pueden controlar, y no se dejan controlar por lo que no pueden dominar. Finalmente, no ven los fracasos y los errores como una catástrofe, sino como retroalimentación, y la oportunidad para introducir cambios necesarios, para innovar y aprender. Pero, ¿cómo podemos entrenar nuestra dureza mental? ¿Cómo ser líderes más resilientes ora esta era de incertidumbres?

Nos pueden inspirar los hábitos que desarrollan los miembros de las fuerzas especiales de Estados Unidos, conocidos como Navy SEALs. El primer hábito que desarrollan es mantener un diálogo interno positivo. Eso permite condicionar la mente para mantener claridad, enfoque, posibilidad.

Un segundo hábito es entrenar permanentemente las habilidades que nos llevan al éxito. No hay resultados apreciables sin persistencia. Tercero, se enfocan en microobjetivos. Tienen la habilidad de segmentar un objetivo más complejo, para que el éxito sea más alcanzable. Cuarto, practican la visualización porque eso facilita la excelencia a la hora de enfrentarse con la realidad.

Finalmente, anticipan todas las dificultades que puedan encontrar, para preparar y entrenar la mejor respuesta. Hoy, nuestra vida puede parecer muchas veces como un campo de batalla. La dureza mental nos permite salir victoriosos.

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