• Por Felipe Goroso S.
• Columnista político

En las últimas semanas ha quedado más que ratificado que en las elecciones internas de diciembre y en las generales del 2023 habrá un choque de modelos. A pesar de una aparente multiplicidad de alternativas, no pasa de ser eso, apariencias. Se discutirán dos modelos, solo dos y nada más que dos. Guste o no, en ese escenario y en una situación pocas veces vista no habrá espacio para terceras opciones.

La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, el lugar donde se disputa el poder real, nos muestra un presente muy convulsionado y la proyección en el futuro perfila un agravamiento de esta conmoción, lo que seguirá así hasta las elecciones generales del 2023, incluyendo la parada previa obligatoria de las internas de diciembre. El ataque que está siendo estructurado, promovido, financiado y fogoneado desde el Poder Ejecutivo no es hacia una persona en particular, el líder de este grupo empresarial. Ese es el marco de discusión que falsamente plantean quienes buscan instalarlo en la agenda. El ataque es a un modelo de trabajo y todo lo que el mismo representa, el ataque es a todas las empresas, a estos medios de comunicación, a todos los empleados desde los más altos cargos hasta los más humildes trabajadores. Y por consiguiente, también es a las familias de cada uno de nosotros. Es ese el marco real del debate. Sin maximizar, pero tampoco sin minimizar y mucho menos banalizar.

Unas de las características que marcan a fuego a este grupo y que son parte de la enseñanza que nos inculcan todos los días quienes dirigen las empresas es el espíritu de familia, de unidad, de trabajo en equipo. Que esa sea la hoja de ruta que nos marque el camino claro y certero para mostrar de lo que estamos hechos. Una persona que merece respeto y admiración dijo una vez que todos somos piezas de un mismo engranaje. Es oportuno agregar que el engranaje tiene distintas piezas en tamaño y forma, pero cada una de ellas es fundamental para que el todo funcione y lo haga de la mejor manera. Y deben funcionar todas a la par, en un mismo tono, sentido y dirección. No hay espacio para posiciones tibias y mucho menos personales, eso puede esperar.

Del otro lado hay una evidente articulación que tiene dos ramificaciones, por lo menos. Una es la política en sí misma, que es la más pública y notoria, y la otra es la económica, y al respecto de esto último, precisamente hoy se va a concretar el atropello a una de las instituciones que históricamente han podido permanecer independiente a los vaivenes políticos: el Banco Central del Paraguay. Una muestra más de que es todo el Poder Ejecutivo operando contra un grupo empresarial. Pasó el finado Hugo Chávez y dijo que se les está yendo la mano.

Por todo esto y muchos puntos más se ratifica que la unidad es el camino.