Cuando los “expertos” en política me señalan que la estabilidad macroeconómica no llega al bolsillo de Juan Pueblo como dando a entender que se cuida lo primero para los ricos y se descuida la salud económica del segundo, me río pero con dolor ante tanta ignorancia de quienes dicen ser los “pensantes” de la sociedad. En el terreno económico es imposible que una buena macroeconomía llegue a todos con su bonanza o por sí sola solucione todos los problemas del país, como arte de magia.

Una buena macroeconomía es “algo” muy pero muy importante para el bienestar de parte importante de la gente, valga la redundancia. Pero dicha esta verdad, hay que complementarla con otra: es insuficiente para la felicidad de todos, que no solamente es económica. Pero cuando la ignorancia es muy grande – demasiada para explicaciones racionales – les suelo poner un simple ejemplo, y aprovecho los números del 2021. Terminamos el año con un cotización del dólar americano (referencial del Banco Central del Paraguay, BCP) de G. 6.886 lo que implicó una disminución del -0,2% con respecto al final del 2020 (G. 6.900). El precio promedio anual del dólar fue de G. 6.778 casi en línea con el G. 6.773 del año 2020. Para estabilizar la cotización del dólar o para que la subida estuviera bajo control y no descontrolada, sin saber su rumbo y profundidad (alza y baja), lo que genera incertidumbre y especulación, con daño general, el BCP vendió al sector privado financiero US$ 1.502 millones de dólares (US$ 1.770 millones en el 2020) y aun así concluyó con unas reservas internacionales de US$ 9.947 millones.

Ahora bien, imaginemos una macroeconomía desestabilizada – Argentina es un ejemplo universal – con un Banco Central populista, indisciplinado e irresponsable, que tenga pocas reservas internacionales – digamos US$ 4.000 millones por poner un ejemplo – ¿qué ocurriría en ese escenario global y cómo Juan Pueblo saldría más pobre que antes? Y en un contexto mundial sumamente delicado (2020-2021). Primero el BCP se cuidaría mucho de vender dólares en el mercado para suavizar la subida del precio de la divisa yankee, con lo cual ese preció subiría por el ascensor y no por la escalera. Tendríamos hoy, otro ejemplo, un dólar al precio de G. 9.000 como mínimo y como promedio anual.

Incluso se pueden considerar precios más altos. Así que por un lado, con una buena macroeconomía y estabilidad cambiaria tendría por un lado un precio de G. 6.778; y por el otro lado, con una mala macroeconomía y desestabilización cambiaria nuestro dólar tendría un precio o una cotización de G. 9.000 o más. ¿Gana Juan Pueblo en esta situación o le llegará más dinero al bolsillo? Nada que ver. Pero para nada. El 40% de la canasta familiar está integrada por productos importados y el otro 60% nacional depende bastante de bienes importados para su elaboración. Si el precio del dólar fijara linealmente los otros precios de la economía tendríamos un encarecimiento del 33% en términos globales de lo que compramos para consumir. Me dirán que Juan Pueblo no consume esa canasta familiar promedio que maneja el BCP. O consume poco de lo contenido. Pero Juan aunque no lo vea y sienta en forma directa debe saber, dejando de lado al sector privado, que el precio de todos los servicios públicos y otros masivos (luz, agua, combustibles, pasajes (con subsidio o no), impuestos) dependen enormemente de la inflación interna (suba de precios del 6,8% en el 2021) y del precio del dólar. ¿Quieren lo anterior 33% más caro, forzando el ejemplo? O incluso menos, según el peso de ambos factores en sus costosde producción.

En el 2021 tuvimos cuatro subas en el precio de los combustibles, y nos golpeó a todos, directa e indirectamente: G. 1.600 por litro. ¿Y si el precio del dólar hubiera sido de G. 9.000 o más ¿cuánto más hubiera subido el precio de los combustibles? A noviembre del año pasado exportamos (vender al exterior) por un valor de US$ 13.001 millones. No tenemos un mercado interno o local con el poder adquisitivo necesario para vivir entre lo que nos compramos y producimos. Por eso y otras razones (no tenemos petróleo) importamos el año pasado por US$ 11.732 millones. ¿Se imaginan el costo económico y social de importar lo que necesitamos comprar desde afuera un 33% más caro? ¿Con un dólar a G. 6.778 por la buena macroeconomía que permite una positiva estabilidad cambiaria o con un dólar a G. 9.000 por no tenerlas? ¿En qué escenario pierde más o pierde menos Juan Pueblo asumiendo que nunca gana? Y no me olvido de los servicios de salud, educación y seguridad que tienen un significativo componente de bienes importados. La macro sirve a lo micro. Pero no es la varita mágica que lo soluciona todo . Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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