- Por Eduardo “Pipó” Dios
- Columnista
Llegó fin de año señores, ya estamos ahí nomás, cuarta y penúltima Navidad que tenemos que cargar con el inútil y delincuente de Marito encima de nuestras cabezas, robándonos a cuatro manos, con pandemia, sin pandemia, él y su gavilla añetete/pdp nos asalta cada día con grandes golpes, puente por acá, pasarela por allá, sobrecosto más al fondo, no importa el lugar, puede ser IPS, Petropar, Obras Públicas, ellos están en todos lados metiendo las manos en la lata.
Pero aún así, los comunes nos ingeniamos para traer unos billetes a la casa, a pesar de ellos. Ah, pero no, el gobierno “de la gente”, aparte, deja liberado todo para que los asaltantes, motochorros y especies similares, encima nos asalten, peguen, maten y roben, y se lleven, otra vez, la miseria que nos dejan.
Así estamos, pobres, vejados y cagados en las patas, de que al ir al cajero a retirar el aguinaldo, o al traer una trincha de pan de la despensa de la esquina nos salgan los motochorros, con suerte, “solo” a robar el celular y el aguinaldo, y no a clavar, balear o romper la cabeza de un fierrazo.
Es que Marito y su banda te la hacen completa, y para eso tiene a su interminable e impresentable ministro Giuzzio, fungiendo de inútil suma cum laude, con su cara de piedra, hablándonos de “sensaciones”, y mientras su vicepresidente nos cuenta lo bien que está el país en todos los ámbitos “gracias” a su gobierno patriótico, a ver si “vemos la realidad” y les damos 5 años más de saqueo “de la gente”. “Los pueblos tienen los gobiernos que se merecen”, no creo, nadie se merece esta porquería, de la que todos, salvo ellos, estamos podridos.