- Por Jorge Torres Romero
- Columnista
La senadora Lilian Samaniego (ANR) graficó en una sola frase el criterio que utilizan quienes manejan nuestro país a la hora de gobernar: “Si es para molestar a Cartes, todo vale”. O sea, el país, la institucionalidad, la división de poderes, la gobernabilidad, la paz social, la estabilidad económica, les pasa por el quinto forro, el propósito es gobernar no para la gente, sino para “inquietar” a quienes ellos consideran su enemigo político.
Estoy seguro, que Horacio Cartes no habrá conciliado el sueño el día que eligieron a un senador activo como ministro de la Corte Suprema de Justicia y de rabia habrá pensado en comprar alguna nueva empresa.
El daño que generan estos miopes de la política al Paraguay es tremendo. Entiendo el juego político ese de pasar factura al adversario que podría impedir la permanencia en el poder de muchos, pero de ahí a pisotear toda la institucionalidad que todavía está endeble, es simplemente perverso y nos podría conducir a una anarquía feroz, tal vez sin retorno.
Por eso, el reclamo y pronunciamientos de varios sectores de la sociedad pensante y madura de nada sirvió ante los dictadores del senado, que con su famoso “artículo 23″, el de la mayoría, siguen destrozando al Paraguay, encima con la anuencia del presidente Mario Abdo Benítez, quien nunca comprendió el significado de la palabra gobernar. Él sigue en campaña política permanente actuando como nene pichado a quien alguna vez le sacaron el juguete.
El problema no es Víctor Ríos nomás, el problema es la forma y ese razonamiento que usaron para colocarlo al senador como ministro de la Corte. El problema no es la línea de pensamiento de Ríos, no es su tendencia izquierdista ni sus posiciones progresistas, el problema es el avasallamiento de un grupo político que tiró por la borda toda pretensión de mostrarnos al mundo como un país serio y con instituciones sólidas. El Consejo de la Magistratura quedó como un preservativo arrojado al cesto de basura de un motel de mala muerte.
El Paraguay no se merece este manoseo y la expresión de la senadora Samaniego es el sentir de un sector, incluida la prensa, más pendientes en inquietar o molestar al enemigo, antes que pensar en lo mejor para el Paraguay.
Queda claro que a estos que pactaron lo de Ríos a la Corte, no les importa el Paraguay. Les importa, como a la senadora Samaniego seguir picoteado en las licitaciones de IPS y seguir destruyendo las instituciones del Estado para que nunca estas sean un obstáculo para sus pretensiones personales. El país no se puede gobernar pensando sólo en cómo molestar al enemigo, algún día nuestra clase política gobernará pensando en la gente, en sus problemas. Por eso debemos ser defensores de esa herramienta democrática de poder elegir sin listas sábana, y que estos sin votos que hoy están en el Congreso, se queden en sus casas y dejen de jorobar al Paraguay. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.