- Por Gloria Ortega
- Socia del Club de Ejecutivos
Se habla mucho del concepto del “mellizo digital” como una forma de reflejar que en el mundo digital tenemos la opción de transitar los mismos pasos que en el mundo físico, solo que sin movernos de nuestras sillas y mirando nuestras pantallas. Un ejemplo del “mellizo digital” son los congresos digitales que se realizan en hoteles que están virtualmente diseñados y expuestos en nuestras pantallas, y donde tenemos la sensación de estar presentes, pues podemos ver colocados los usuales carteles, los auspiciantes, sus ofertas de productos, vemos al “público” virtualmente sentado en las salas de conferencias, todo como si estuviéramos ahí.
Este concepto se ha trasladado con más fuerza durante la pandemia a casos como las clases virtuales, donde el alumno casi tiene la sensación de estar en el aula pues puede ver a sus compañeros, profesores, pizarra etc. o a consultas médicas donde gracias a tecnologías del internet es posible que nos pongamos sensores en el cuerpo y los compartamos en una consulta médica virtual. Adicionalmente, tecnologías como la realidad virtual a la realidad aumentada harán aún más aplicable el concepto del mellizo digital en nuestras vidas, al darnos herramientas como poder ver en 3 dimensiones y tener datos agregados a lo que miramos, que complementan con información lo que estamos viendo.
En este punto la pregunta es: ¿cómo están los gobiernos creando su “mellizo digital”? Para responder a este desafío tenemos que preguntarnos primero: ¿cuáles son las primeras aplicaciones digitales que un gobierno ofrece a la ciudadanía? Vemos que los trámites digitales son los que mayor valor generan al no requerir el traslado físico del ciudadano para conseguir un certificado o solicitar una gestión en oficinas públicas, habilitando el ahorro de tiempo y costos que son altamente valorados. Pero el mellizo digital de los gobiernos va mucho más allá que trámites electrónicos en línea, ya que conceptualiza funciones más amplias que deben ser creadas y puestas en marcha en el mundo digital.
El paso legal y regulatorio es clave para avanzar en este proceso. Algunos elementos que deben existir son la ciudadanía digital, la identidad digital, la “dirección” digital que facilite el contacto con el ciudadano para hacerle llegar notificaciones, documentos, medios de pago, la interoperabilidad digital entre instituciones públicas, la gobernanza con autoridades de aplicación, los nuevos roles digitales de los ministerios, etc.
Otro aspecto clave es el alistamiento de los recursos humanos que hoy sirven a las instituciones públicas para que adopten este “mellizo digital” como una forma de trabajo y facilite a su vez la adopción ciudadana de nuevos mecanismos de gestión.
Varios países de la región ya cuentan con leyes integrales de gobierno digital. Paraguay está dando sus primeros pasos, pero es importante mantener el ritmo de la región para estar alineados con las decisiones y romper nuestra mediterraneidad física para acceder a un mundo sin fronteras tan grande como el planeta mismo.