- Por Felipe Goroso S.
- Columnista político
Las conversaciones entre ciertos referentes iniciaron ya durante la campaña de las internas y se agudizaron en el camino a las municipales. Algunos pocos se animaron a hacer declaraciones públicas, obviamente en medios donde se sienten cómodos. La cosa no pintaba bien y tanto las internas como las municipales terminaron confirmando lo que se temía: el desbloqueo de listas apeligraba a los oxidados.
Está en pleno proceso, una nueva operación política que arrancó ya durante las internas y que ahora está adquiriendo mayor volumen. La operación consiste en exponer en diferentes tonos y modos que las listas abiertas son un peligro, que dificultan el acceso a cargos para las mujeres y jóvenes, que impiden la renovación, que la gente no sabe votar y otras tantas líneas discursivas. Algunos, inocentemente caen en la telaraña de la operación tirando predicciones sobre la que podría ser la conformación del Congreso luego de las elecciones del 2023, desde unas Cámaras pintadas de rojo y azul hasta exclusivamente rojas, demasiado pronto hasta para la mejor bola de cristal. En el fondo, los argumentos (si podrían considerarse como tales) no importan demasiado. Si se cumple con el objetivo de conseguir el titular del día siguiente o meter alguna tendencia en redes, los oxidados ya se dan por satisfechos.
Los oxidados se han acostumbrado en este tiempo a permanecer en sus bancas sin demasiado esfuerzo. Sus internas son una mentira, llegan al Senado y la Cámara Baja casi sin despeinarse, haciendo lo mínimo posible. Algunos de ellos fueron incluso voceros del desbloqueo, probablemente porque era lo que les mandaba la corrección política y la agenda impuesta en ese momento por los medios amigos. Hoy, visualizando un escenario que podría dejarlos fuera del esquema de poder salen desesperados a cascotear contra las listas abiertas, prefieren eso antes de ponerse a evaluar lo que deberían hacer para sobrevivir.
Al interior de la ANR y con la mirada puesta en el futuro; el movimiento Honor Colorado, de la mano de Horacio Cartes, salió a marcar la cancha con referentes como Santiago Peña y Pedro Alliana y haciendo de las listas abiertas su bandera. En el conocimiento de que es un sistema atractivo tanto para captar nuevos liderazgos e incorporarlos a las listas y que eso lo vuelve un gancho para ampliar los segmentos y temas de campaña con el electorado.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, se construye con el futuro, aprendiendo a leer las expectativas de los ciudadanos que apuestan por la democracia y la participación. Del otro lado, quedarán los oxidados y su permanente rechinar. Los que ya son el pasado pero aún no lo saben.