- Por Matías Ordeix
- Socio del Club de Ejecutivos
Días pasados hemos sido testigos de hechos vandálicos, donde tristemente vimos cómo los derechos de los ciudadanos en general fueron avasallados. Por un lado, está el reclamo de los pueblos originarios que, en enfrentamientos con la Policía, dejaron un espectáculo lamentable, con heridos y daños materiales. Por el otro, agitadores manipulados por pseudoactivistas políticos que solo defienden intereses propios. La noticia circuló por todo el mundo y nuevamente fuimos vistos como el antiejemplo de una sociedad educada, con instituciones serias y sólidas.
Estoy de acuerdo con la modificación de la ley que penaliza las invasiones, pues la propiedad privada es un derecho consagrado en nuestra Carta Magna, y quien atente contra esto debe ser duramente castigado.
Sin embargo, me pregunto ¿solo si aumentamos más penas en general, construimos más cárceles y capturamos más delincuentes terminamos con nuestros problemas? ¿No será que esto es simplemente un analgésico para calmar el dolor de muchos años, que está carcomiendo nuestro cuerpo, nuestro país? ¿No será el momento de pensar y aplicar medidas que permitan generar más oportunidades laborales a los más desprotegidos? ¿No deberíamos tratar el problema de raíz?
Nuestro Paraguay, nuestro cuerpo, está muy enfermo. Y ese tumor está por hacer metástasis, maldito “tumor de la corrupción”. Mientras no ataquemos el problema de origen, la mecha de la bomba seguirá encendida. Y nadie quiere un nuevo marzo paraguayo para darnos cuenta de que estamos fallando como sociedad.
Estos movimientos sociales, sean de productores, indígenas, estudiantiles o autoconvocados de todo tipo, nos dicen a gritos, “basta ya de robar”.
Hace unos días en reunión de empresarios nos preguntamos cómo estamos en este gobierno versus el anterior en temas de robo y corrupción. La respuesta unánime fue “estamos peor, hemos retrocedido”. ¿Cómo podríamos los generadores de empleo, que pagamos los impuestos al día, invertimos a pesar del gobierno, promocionar el país a los extranjeros para que crean en Paraguay? ¿Cómo lo haríamos? Pues luego prenden la TV y ven este espectáculo digno de películas medievales.
¿Volveremos a los arcos y flechas? En serio ¿Es necesario esto? Tan difícil es generar un plan de parcelas a cambio de producción. Cuántas hectáreas tiene el Paraguay que no podamos hacer un plan para darle oportunidad efectiva a gente que realmente quiera acceder a una hectárea de tierra para producir y salir de este modo adelante. Es cierto, están los que no quieren más que dádivas y regalos, en esa cómoda posición no entraremos. Pero mucha gente lo único que quiere es una facilidad, un empujón, y el Estado está ausente completamente. La corrupción está impregnada en todo el Estado, en organismos como el Indert que regala a mansalva miles y miles de hectáreas solo a los correlís, una vergüenza.
Debemos entender que este tipo de manifestaciones agresivas solo nos dañan como país. Procuremos desde donde nos toque intentar frenar este cáncer que nos está matando día tras día, liquidemos la corrupción.