- Por Juan Carlos Zárate
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Si como potenciales emprendedores tenemos delineados y clarificados los objetivos y metas a los cuales nos gustaría llegar, no deberían haber excusas ni motivos para seguir adelante.
¿Cuántas personas, incluso extranjeros, deciden venir a nuestro país a iniciar emprendimientos que estaban en sus mentes, y que no los podían llevar adelante teniendo en cuenta la alta presión tributaria en sus países de origen, una excesiva burocracia y alta competencia imperante en sus mercados?
En nuestro país tenemos a muchísimos jóvenes con espíritu emprendedor, que se muestran innovativos y creativos para lanzarse al mundo de los negocios. Están los millenials y los de la generación Z.
Cuántos de ellos se incorporan a la empresa familiar de sus progenitores, y al querer poner en práctica métodos de negocios y marketing más actualizados tropiezan con el dicho de: ¿para qué lo vamos a cambiar algo que hasta ahora dio buenos resultados?, pues sus progenitores se han “quedado en el tiempo”.
Al verse “frenados” prefieren abrirse camino e iniciar sus propios emprendimientos.
Nuestro país si bien pequeño aún en población posee buen potencial en muchas áreas en las que los emprendedores podrían insertarse e iniciar la explotación de negocios que bien planificada y coordinada podría dar buenos resultados, pues las pymes podrán segmentarse y aprovechar nichos que no son apetecidos por las de tamaño corporativo.
¿Y qué mejor que nosotros que conocemos nuestro país y la idiosincrasia de nuestra gente para poder emprender con mayores chances de éxito que un foráneo?
Hasta algunos años atrás el que era dueño de tierras era considerado rico y afortunado, lo cual por sí solo no era suficiente pues se precisaba de capital, y en este siglo que nos toca vivir además de ello, se agrega el conocimiento convertido en la mayor riqueza que puede poseer un ser humano, complementado con pasión y convicción.
A nivel mundial tenemos personas que se vieron capaces de emprender dando rienda suelta a sus conocimientos, habilidades y ganas de salir adelante como Bill Gates, Steve Jobs o Mark Zuckerberg, por ejemplo, y hoy día son archimillonarios, salvo Jobs que ya nos dejó, pero que en vida supo amasar una gran fortuna merced al aprovechamiento de sus conocimientos y potencialidades.
Los emprendedores muchas veces para iniciar sus aventuras y sueños hacen uso de sus ahorros acumulados o buscan un partner que los pueda acompañar, pues pretender de entrada encontrar una asistencia crediticia en alguna entidad sería un poco complicado, dado que no tienen aún nada que mostrar desde el punto de vista cualitativo y mucho menos resultados económico-financieros.
Todos los que hemos concluido nuestros estudios primarios, secundarios y terciarios (éste último no excluyente) estamos preparados para emprender lo que consideramos es nuestro fuerte y que lo podríamos llevarlo adelante con chances de éxito.
Soñar y decidir sobre que emprender y a que dedicarnos en nuestras vidas para no ser eternamente dependientes de alguien, está en nosotros mismos.
Seamos lo suficientemente proactivos y decididos y no quedarnos a esperar que alguien nos tenga que decir que es lo que tenemos que hacer.
Cualquier tipo de emprendimiento lleva aparejado el factor riesgo, pues en ningún campo podremos decir que el éxito está asegurado de antemano.
Aquel que se decida emprender y ponga pasión en lo que hace día a día, siempre tendrá mejores posibilidades de éxito, pues lo decía sir Winston Churchill: Muchas veces la actitud es mucho mejor que la aptitud.
Desprendámonos de prejuicios y confiemos en nuestra capacidad y potencialidad yendo siempre en busca de la excelencia.
El único que no se equivoca, es aquel que no hace nada.