En junio pasado la recaudación global de impuestos internos y a las importaciones –vía la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) y por el lado de la Dirección Nacional de Aduanas (DNA)– sumó 291 millones de dólares, arriba de los 235 millones de dólares logrados en igual mes del 2020, con un aumento de 56 millones de dólares, equivalente al 24% de suba.

Lo de junio último no fue un accidente o algo muy temporal. Se sumó a lo que se ha venido dando desde prácticamente el inicio del 2021 y que ya podríamos calificar como un fenómeno económico, al igual que el boom de las exportaciones. Fenómeno muy positivo para los ingresos del Gobierno con los cuales pagar sus cuentas, priorizando siempre la atención de la salud, sin necesidad de volver a la política de endeudarnos, con una que suma 12.994 millones de dólares o 34% del tamaño de la economía en términos del producto interno bruto (PIB), a mayo del corriente año.

En cinco meses ya se dio un aumento en el endeudamiento del 6% o 781 millones de dólares con respecto a diciembre del 2020. En lo que va del doloroso tiempo de la pandemia 2020-2021 nos endeudamos por 4.135 millones de dólares con 47% de aumento. Y durante el desgobierno de Marito el endeudamiento subió en 4.953 millones de dólares con una suba del 62%. El peso de la deuda versus el PIB pasó del 19,8% en el 2018 al 34% actual, con una diferencia de 14,26 puntos porcentuales. Y aun así ha sido desesperante, doloroso y humillante el combate oficial al covid-19.

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Una pandemia inevitablemente deja sus víctimas. Pero, en nuestro caso, que es el que nos importa, muchos enfermos y muchas enfermas podrían haber salvado sus vidas. Pero la gente sigue muriendo y muriendo. El presidente Marito no se conmovió en su horrible mensaje de la semana pasada por la tragedia de tanta gente. Sus pocas palabras al respecto salieron congeladas de su boca, sin sentimiento, cual si fuera un pingüino. Más frío que el hielo.

No es poca cosa pasar de aproximadamente 3.500 muertes a mediados de marzo pasado a más de 13.000 y sumando en la realidad actual. Como tampoco habló de la herencia de endeudamiento que deja, con el reconocimiento de que asumir deudas negociando préstamos era inevitable. No había otra salida. El no hablar de estas dos cosas lo descalifica humanamente al Presidente. Y, duele, tampoco recordó a los secuestrados, entre ellos, nada menos y nada más que un ex vicepresidente de la República.

Pero volviendo a la recaudación de impuestos, los números del primer semestre 2021 contra iguales del mismo período 2020 son ultra positivo, y quiera Dios que se usen bien, en salud y no en obras públicas, sin más endeudamiento. Logramos en seis meses unos 1.949 millones de dólares en recaudación de impuestos –SET y DNA– versus 1.497 millones de dólares en el primer semestre del 2020, es decir, un aumento del 30%, equivalente a 451 millones de dólares. ¡Para salud! ¡Para salud! ¡Para salud! En primer lugar. Usar ese dinero extra en otra cosa merecerá de quienes así lo decidan lo que Dios en su sabiduría eterna impondrá como castigo eterno. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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