Durante el tránsito hay caminos que enseñan. Quienes ayudan también son ayudados, es una consecuencia natural que se manifiesta sin acuerdos protocolares, generando un intercambio de experiencias que ensancha la visión de los recorridos. Surge un enlace que estimula el incremento de la atención hacia lo encontrado. Que más allá de su envergadura, y del tiempo que implica su vivencia, se constituye en una causa que enlaza a los protagonistas.

Hay sensaciones que regocijan la médula emocional. ¿Qué se siente cuando se ayuda a otros a que se superen a sí mismo? Existe una inmensa unión entre la interioridad emanada de los sentidos y las impresiones que surgen de los estímulos externos, y esa enorme fusión penetra en la conciencia de quien vive ese acontecimiento sustancial.

El acto de ayudar convoca la presencia de la voluntad. Y además construye un vínculo indispensable con el verbo crecer. Se requiere actitud, disposición, generosidad y una noble intención. El sí de lo posible es determinante para darle vigencia práctica a lo decidido. También la apertura es una condición que facilita que emane con fluidez lo que se quiere hacer.

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La amplitud del impacto del acto de ayudar es proporcional a la valoración que le dan las voluntades que se integran para alcanzar el fin propuesto. Lo que se siente debe ser compartido y retroalimentado entre quienes están involucrados en las consecuencias que nacen de la convivencia entablada.

De acuerdo al esmero realizado se va concretando el trayecto ascendente. Se almacena aquello que enseña a crecer y al guardarse en la memoria fortalece la potencialidad interna de quien lo atesora. Es que podrá disponer de ese caudal concreto cuando otros lo precisen. Situación que puede suceder en cualquier momento, dado que vive activada su órbita del apoyar.

La función integradora, que emerge del fomento testimonial que produce el hecho de colaborar, conecta trayectorias que están dispuestas a continuar aprendiendo. Así lo social se materializa en el encuentro provechoso de las contribuciones que cada uno realiza. De manera que, lo actitudinal se visibiliza por medio de las acciones que suman a la edificación de la comunidad. En ese espacio caben todas las justificaciones para darle ánimo a los que están conectados en el proceso destacado por la concepción de la ayuda.

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