“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

En su informe anual de revisión de la calificación del riesgo país del Paraguay (BB) del 19 de mayo pasado, la Standard and Poor’s (S&P), con sede en Nueva York, la más importante en el mundo, decidió mantenerla con perspectiva estable, en un escenario regional en que la tendencia es a bajar las calificaciones y/o degradar las perspectivas.

La continuidad de nuestra calificación en pleno escenario de enormes problemas económicos, sociales, e incluso políticos, por el castigo del covid-19 en una pandemia que nos castiga a todos sin misericordia, ocurre a pocos días de que Colombia perdiera su grado de inversión (investment grade) tras sucesivas caídas en sus calificaciones del riesgo país.

Según el informe resumido de nuestro Ministerio de Hacienda (MH), se informa que “la S&P indica que, a pesar de un aumento temporal en los déficits y la deuda del Gobierno debido al impacto de la pandemia de covid-19, la deuda externa neta comparativamente baja del país y la carga de la deuda neta del Gobierno general son fortalezas clave de la calificación. En este sentido, señalan que la estabilidad macroeconómica y el marco fiscal prudente se equilibran, ayudando a superar de forma relativamente exitosa este primer año de pandemia. Considerando la coyuntura actual, S&P espera que la economía paraguaya se recupere a un crecimiento del 3,5% en el 2021 y se acerque a un crecimiento del 4% a partir de ese año, tras dos años de contracción económica. Realzan el Plan de Reactivación y Consolidación Fiscal del Gobierno, en el sentido que sigue reflejando el compromiso con la estabilidad macroeconómica y la prudencia fiscal general. Es así que esperan que Paraguay recupere su nivel de PIB prepandemia antes de la finalización del 2021, siendo este pronóstico mejor que la mayoría de sus pares en la región”.

Quizás para tener una opinión independiente y extranjera sobre lo bueno de tener una buena calificación del riesgo país y que la misma no baje –aún nos faltan uno a dos pasos para lograr el tan anhelado “grado de inversión– prestemos atención a lo que se dijo en Colombia días atrás: “Qué es la calificación que bajaron al país y cómo afecta a la gente” (Paro y violencia llevaron a la agencia S&P a bajar la nota de Colombia).

“La agencia Standard & Poor’s rebajó la calificación de la deuda del Gobierno de Colombia, una acción que así los habitantes no sepan en qué consiste puede afectar sus vidas. Todos los países recurren a obtener dinero prestado en el resto del mundo con el fin de poder completar lo que les falta para las inversiones, el funcionamiento, la defensa, la seguridad y demás frentes de atención del Estado. Pero a todos los países no les cobran los mismos intereses. No es lo mismo prestarle a Suiza que a Argentina. Los intereses que se le cobran a Argentina son muy altos porque es un país acostumbrado a no pagar sus deudas. Mientras que a Suiza se le cobran intereses baratos porque se tiene la absoluta seguridad de que va a pagar. A un país como Venezuela ni siquiera se le otorgan préstamos. Para que quienes prestan plata sepan qué riesgo existe de que no se las devuelvan, hay unas agencias que califican ese riesgo. Cuánto más alta sea la nota, se supone que hay menos riesgo de que no les paguen, y cuanto más baja, más riesgo y por lo tanto se cobran intereses más duros. (Entonces, ¿cómo llega eso a afectar a la gente común y corriente?). El efecto es que las personas pueden tener más dificultades para conseguir empleo o sus ingresos se pueden erosionar. ¿Cómo, desde unas calificaciones expresadas con unas letras, se llega a ese punto? Una vez la nota que tiene un país se rebaja, el mensaje para los que prestan plata es que ese país es más riesgoso para prestarle. Entonces las nuevas deudas pueden ser con intereses más caros. Ese efecto viene tanto para la deuda del Gobierno como para la de las empresas del país que buscan fondos prestados en el exterior. Con intereses más caros es más costoso invertir en el país. Disminuye la posibilidad de que crezcan los negocios y haya nuevos proyectos. Si los negocios no crecen como lo esperado, se hace más difícil generar nuevos puestos de trabajo, lo que puede hacer crecer el desempleo, y las familias contarán con menos ingresos”. Nos falta mucho, pero no retroceder es importante. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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