El libro de Job fue escrito en un lugar llamado Uz, lejos de Israel. Job no fue israelita. No había un contexto histórico judío claro. No tenían conocimiento de las leyes de Moisés. Todo esto es a propósito para que nos enfoquemos en el punto, y ese punto es Job y la experiencia de su sufrimiento.
Cuando leemos que Dios permite a Satanás que haga sufrir a Job, nos preguntamos si este libro responderá por qué Dios permite que sufran las personas buenas. Pero no lo hace, no responde la pregunta.
Job recibe, luego de sus desgracias, a tres amigos, que tampoco son israelitas pero que representaban a los israelitas, ya que ellos eran los que mayor conocimiento y pensamiento del antiguo Oriente y Oriente Medio tenían con respecto a Dios, el sufrimiento y la condición humana.
A partir del capítulo cuatro, Job habla con sus amigos. Job argumenta, los amigos lo acusan, Job se defiende, etc. ¿Es Dios realmente justo en su carácter?, ¿gobierna Dios el universo con base en el principio estricto de justicia?, y si es así, ¿cómo se explica entonces el sufrimiento de Job?
Veremos que Job y sus amigos responden estas preguntas desde una gran suposición acerca de cómo la justicia de Dios debe verse en el mundo.
Dicen que todo lo que ocurre en este mundo debe ser en un orden estricto de justicia y recompensa. Razonas que, si eres una persona buena que cree en Dios, deberían sucederte solo cosas buenas; por el contrario, si eres un impío y pecador debería irte todo mal. (Lee la Biblia: El libro de Job).
Job argumentaba que era inocente y que, por lo tanto, su sufrimiento era injusto y no era un castigo divino, y esto era verdad. En el primer capítulo, Dios dice que Job era intachable y que todo lo que le acontecería no era un castigo.
La conclusión de Job es que Dios es culpable, lo acusa: o Dios no gobierna el mundo de acuerdo a la justicia, o algo peor, Dios es injusto. Sus amigos argumentan otra cosa, dicen que Dios es justo y que gobierna el mundo de acuerdo a su justicia y la conclusión es que Job es responsable de lo que le pasa, no Dios.
Job no aceptó esto. Estaba en una montaña rusa emocional. Él pensaba que Dios era justo, pero él, siendo justo, sufría; no podía reconciliar su concepto de Dios con su sufrimiento. Así que en algunos arranques acusa a Dios (16.9; 27.2) e incluso llega a decir que Dios ha orquestado toda la injusticia en el mundo (9.22, 23). Es importante entender que esto que dice Job lo dice desde su amargura y dolor.
La forma en que miramos a Dios y el concepto que los seres humanos tienen de Él cuando sufren o no entienden por qué permite muchas cosas en nuestra vida nos lleva a creer estas cosas, pero la Biblia dice que Él es justo, por lo tanto, esa es una verdad, aunque cada tanto haya circunstancias confusas que nuestra mente limitada no puede comprender.
Dios muestra que el mundo en el que vivimos tiene belleza, pero no es perfecto. Que es ordenado, pero a la vez violento. Que es hermoso, pero a la vez peligroso, y todo esto a causa del pecado. Pero acá viene la pregunta: ¿Creó Dios el pecado? La Biblia dice que no, que nada malo viene de él; sí, lo permitió, pero no lo creó. ¿Por qué hay sufrimiento en el mundo de Dios?
Dios no da una respuesta tajante. Sencillamente, apela a que vivimos en un mundo extremadamente complejo, que no está diseñado para prevenir el sufrimiento.
Cuando Job demanda a Dios una explicación, Dios sencillamente apela a que él confíe en su sabiduría y carácter divino.