- Por Ricardo Rivas
- Corresponsal en Argentina
- Twitter: @RtrivasRivas
Se inicia hoy otra semana difícil para el gobierno del presidente Alberto Fernández. Como la anterior, la habrá de encarar en soledad ya que su compañera de fórmula –la vicepresidenta Cristina Fernández– permanece en su lugar en el mundo, El Calafate, en la patagónica provincia de Santa Cruz, que gobierna su cuñada Alicia Kirchner. Alberto F. tendrá que resolver cómo seguirán las medidas para enfrentar la llamada “segunda ola” de la pandemia de SARS-CoV-2 en este país en el que, mientras la población sufre los efectos extendidos de la enfermedad global, no cesa en agredirse sin miramientos, sin límites, en el nombre de los sectores más vulnerables en su salud o en su economía.
Sin dudas, las múltiples restricciones que impiden transitar libremente, por aportar solo un ejemplo, afecta por sobre todos y todas a las y los trabajadores informales que no son categorizados como esenciales y, en consecuencia, no pueden hacer uso del transporte público para ejercer la informalidad para llevar unos pocos pesos a sus familias para alimentarse. Grave. Muy grave, con un 42% de pobreza y poco más de 5% de indigencia. La esencialidad, en la mirada de la burocracia, no incorporar todo lo que podría categorizarse de esa forma. Tal vez haya que revisar los parámetros de análisis para ampliar esa base de datos. El viernes que viene habrá nuevas medidas o las mismas. Que tampoco lo son para todos y todas. Las prácticas impuestas por la emergencia sanitaria que hacen que la muerte se transite en soledad y que un puñado de deudos despidan a quien se fue, no fueron respetadas por quienes disponen las normas para despedir a una excelente persona como lo fue el ministro de Transporte Mario Meoni, fallecido en un accidente automovilístico. No son pocas ni pocos los que se preguntan por qué. Quién ocupará la silla del difunto, también genera tensiones. Ese cargo, según calificados voceros gubernamentales, corresponde –en el reparto de espacios de poder en la coalición de gobierno– al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Antes de que finalizara la última oración por su descanso eterno, estalló la interna despiadada. Cruel. Pese a ello, el presidente Alberto F. decretó tres días de duelo nacional para despedir al compañero de ruta.
El jefe de Estado, además, tendrá que definir –junto con el Consejo del Salario– cuál será el sueldo mínimo que hoy es de 21.600 pesos (cerca de US$ 219). La canasta básica total (CBT), como lo informó esta columna dos semanas atrás, se ubica en $54.207 (US$ 550). No será sencillo alcanzar un punto de equilibrio que conforme tanto a trabajadores formales como informales o, los que se encuentran en el sector de la economía popular que llegan casi al millón de personas. La zona céntrica de la capital argentina será escenario de marchas en procura de mejoras salariales montadas en el deterioro del salario que, en los últimos quince meses, perdió un 15% de poder adquisitivo. También se debatirá –desde antes que finalice la semana– la postergación por ley de las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) y las legislativas.
El escenario de la discusión será el Parlamento nacional. Todo hace prever que hasta comas, puntos y letras chicas del proyecto serán mirados con extrema sensibilidad para evitar que, cuando el Poder Ejecutivo tenga que promulgar y reglamentar ese texto, no pueda ser objeto de modificaciones que traicionen “el espíritu del legislador”, como se suele decir elegantemente al incumplimiento de la palabra empeñada por quienes quieren la postergación y quienes la aceptaron. Antes del venidero 10 de mayo todo deberá estar claro. Más tensiones.
En cuanto a la pandemia de SARS-CoV-2, los números hablan por sí solos. Infectados, 2.45.872; recuperados, 2.496.277; vacunados con una dosis, 6.263.849 (13,8% de la población); con dos dosis, 871.100 (1,9%). Al igual que los datos precedentes, formalmente se informa que llegaron a la Argentina un total de 8.932.600 dosis de vacunas. Al parecer –hasta que arriben nuevos cargamentos– quedan 1.797.651. Los fallecimientos en soledad alcanzan a 61.474 y solo un puñado de familiares pudieron despedirlos. La pandemia es cruel. De hecho, las alegrías que aportaron miles de nacimientos, también fueron en soledad. El viceministro de Salud de la provincia de Buenos Aires advierte que el consumo de oxígeno para los pacientes con covid que lo requieren se triplicó. Cada semana el panorama agrega dificultades.