- Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Un anuncio de la Mercedes Benz decía: “Supongamos que cada mañana encuentras 1.440 euros en tu buzón. Puedes regalarlos, puedes divertirte con ellos o quemarlos. Pero los que no uses, al final del día desaparecerán. Así funciona la vida. La diferencia es que lo que te encuentras cada mañana no son 1.440 euros, sino 1.440 minutos. Piensa bien qué vas a hacer con ellos”
La productividad y efectividad en una organización requieren el trabajo en equipo de los que conforman la estructura organizacional de la empresa. También el desarrollo de un negocio o de un proyecto exige de competencias individuales de productividad y microplanificación por parte de las personas implicadas.
La productividad no se refiere al estilo de vida o de trabajo elegidos, sino al aprovechamiento y la satisfacción que se obtiene de cada estilo.
Posiblemente el hacernos la pregunta acerca de qué “debería estar haciendo ahora” constituya la mejor herramienta que nos pueda ofrecer cualquier método de asesoramiento, que nos exija coherencia entre lo que decidimos hacer y lo que efectivamente hacemos.
Hacernos esta pregunta nos está pidiendo confirmación sobre el objetivo u objetivos que deberíamos perseguir de forma prioritaria y paralelamente nos está invitando a verificar si las actividades o tareas que vamos a emprender tienen relación con dichas metas.
El trabajar mucho a no dudarlo está sobrevalorado, pues aquí lo importante no es que te pases 12 o 13 horas cada día en la oficina, sino en trabajar bien y de la mejor forma posible en menos tiempo.
Ser una persona realmente productiva dentro de tu negocio o empresa es hacer lo que tienes que hacer y no hacer lo que no tienes que hacer.
No hay una peor improductividad que dedicar esfuerzo y tiempo a hacer bien algo que ni siquiera deberíamos estar haciendo.
La productividad está enfocada al hecho de poder conseguir los objetivos previstos (eficacia) y en que se alcancen con el menor esfuerzo y coste posibles (eficiencia).
Los profesionales que son productivos normalmente emplean los métodos y las técnicas adecuadas para hacer bien lo que tienen que hacer.
Anotan y captan todas las cosas que potencialmente necesitan hacer y adquirir una disciplina para ello y también deciden sobre las cosas que se harán, de tal forma que en cada momento siempre tengamos plan de acciones siguientes, es decir que en cada momento tengas bien claro lo que deberías estar haciendo ahora.
Es importante tener en cuenta que no se puede gestionar lo que hacemos, pero de lo que tenemos que ser conscientes es acerca del valor y de las actividades en que los empleamos, y que pueda animarnos a organizar mejor nuestras vidas.
Con frecuencia, lo inmediato no suele ser importante, y lo importante no requiere generalmente inmediatez.
Si tenemos la disciplina de completar las tareas importantes hacen progresar nuestras vidas y encarrilar los proyectos en la dirección que pretendemos.
Sin embargo, si nos enfocamos en forma primaria en las tareas urgentes, nos ayuda a sobrevivir, pero no nos permitirá vivir mejor.
Ajusta el tipo de actividad al momento del día y al estado de frescura y concentración. Si te concentras más por la mañana, dedícate en ese período a las tareas más importantes y difíciles y deja para otros momentos tareas administrativas o secundarias. Adapta tu organización y dedicación a cada contexto y estado. No te castigues. ¡Orienta tus esfuerzos a ser productivo!