Por Pablo Alfredo Herken Krauer
Analista de la economía
Email: pabloherken@yahoo.com
El año pasado nos endeudamos por 1.990 millones de dólares para la pandemia del coronavirus y sus efectos destructivos en la economía y en la sociedad. Fue en el marco de la Ley 6524 de Emergencia, con base en los artículos 33 y 35. Tomamos como referencia para simplificar el monto de los 1.600 millones de dólares, que se ejecutó en un 79%, quedando un saldo de 329 millones de dólares. Pero en total los fondos disponibles sumaron 1.990 millones de dólares.
Del monto de los 1.600 millones de dólares correspondió en la distribución 514 millones de dólares a Salud (MSPyBS), es decir el 32%, ubicándose a continuación los 553 millones de dólares para el funcionamiento del Estado o el 35%. Para el área de la protección social se dispuso 408 millones de dólares o el 26%. Las tres partidas más importantes. Como había sido tan baja la ejecución de los recursos en Salud, comparada con la de los otros rubros, los fondos sanitarios bajaron a 426 millones de dólares. Una diferencia negativa de 86 millones de dólares.
¿Quién baja un fondo de Salud en plena pandemia? ¿La razón no indicaba fortalecer aún más el fondo de Salud? Es cierto, cabe aclarar, no contamos aquí los recursos propios presupuestados para el 2020 que muy posiblemente también fueron utilizados en el combate contra el covid. El Gobierno jamás consolidó esta información. ¿Por qué? ¿Por inútiles o por corruptos? Volvamos a lo principal. De los 426 millones de dólares se ejecutaron en el 2020 entre 153 y 179 millones de dólares, quedando para este año un saldo a usar de entre 247 y 273 millones de dólares. ¡Genial! Quedamos con un buen fondo de Salud.
Falso. Falso. La ejecución en los dos primeros meses del 2021 fue de 19 millones de dólares, con lo que la ejecución total a esa fecha 2020/2021, según datos oficiales, fue de 173 millones de dólares, es decir, 41% de los iniciales recortados 426 millones de dólares. El saldo actual de 253 millones de dólares está completamente comprometido, la palabra de moda que indica que no se puede usar porque tiene que ver con compromisos realizados o a realizar que hay que pagar. Solamente 30 millones de dólares no están comprometidos y es lo que se dispone realmente para comprar las vacunas. Y aún nos faltan unos 38 millones de dólares que aportar al Covax. Dicen también que se adelantaron 10 millones de dólares para las vacunas rusas. Según el propio ministro de Hacienda, Óscar Llamosas, el presupuesto de Salud en el 2021 suma más de 1.000 millones de dólares, correspondiendo a medicamentos e insumos 200 millones de dólares. ¿Y para las vacunas? Manifestó también que hay una deuda histórica de unos 180 millones de dólares con los proveedores de Salud, de los cuales 100 millones de dólares están en cesación de pagos. Patético escenario. Por inútiles o corruptos.
Y ahora nos explota la pandemia con récord de contagiados, enfermos y muertos, y hospitales llenos de pacientes, con un pésimo sistema de distribución de medicamentos e insumos. Los médicos, no pocas veces, contra su propio juramento (por favor, solo una manera de decir), haciendo milagros de milagros, en una suerte de cementerio de lágrimas deben elegir quién tiene más posibilidades de ser salvado o de salvarse. Vida o muerte, por ya no poder sanar a todos. Triste. Doloroso. Decimos todos que la mejor política económica hoy es la vacunación masiva. Vamos a endeudarnos, dice el Gobierno, y vamos a redirigir unos préstamos de organismos financieros internacionales por ser otorgados. La razón y la lógica me indican que el dinero hay que sacar de cualquier lado, incluso volviendo a endeudarnos, porque el bien sanitario y económico es de vida o muerte y supera cualquier costo. Pero esa razón misma me indica que no está bien volver a endeudarnos. Tengo razón, pero no está bien. Los recursos para la vacunación deben salir de una redistribución interna de recursos. Del MOPC a Salud. Pero lo dudo, porque para Marito las obras públicas son más importantes que la vida humana. Lo material sobre los derechos humanos. Viene del pasado. Una obra = un muerto. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.