- Por Felipe Goroso S.
- Columnista.
Después de la epidemia de peste de 1348 en Inglaterra se produjo la primera revuelta a gran escala, conocida como la Rebelión de los Campesinos de 1381. En el arranque de este 2021 hemos contemplado escenas que nadie esperaba, en varias ciudades de Países Bajos, donde se han registrado los peores disturbios desde la Segunda Guerra Mundial. Cuanto pasó entre uno y otro evento de la historia.
Un informe del octubre del 2020 del Fondo Monetario Internacional (FMI), firmado por Tahsin Saadi Sedik y Rui Xu, titulado A vicious cycle: How Pandemics Lead to Economic Despair and Social Unrest (Un círculo vicioso: cómo las pandemias conducen a la desesperación económica y el malestar social), apunta a cómo si no se establece una política adecuada a la pandemia del covid-19 aumentará la desigualdad, derivará en protestas sociales y hará que las expectativas empeoren en los próximos años. En esta investigación los autores analizan el efecto de pasadas pandemias (SARS, H1N1, MERS, Ebola y Zika) en 133 países entre el 2001 y el 2018. Muestran cómo hay un círculo vicioso entre pandemias, recesión, aumento de la desigualdad que deriva en malestar social. Hay un grave riesgo de malestar social en caso de que no se desarrollen políticas con una mirada hacia los más vulnerables.
Los investigadores advierten cómo la respuesta ciudadana varía de unos países a otros de acuerdo con una serie de factores como su nivel de desarrollo y la calidad de las instituciones, así como la capacidad de respuesta a la pandemia. La relación no es lineal, porque a mayor desigualdad social, mayor es el malestar social. Un ejemplo sería el Paraguay, donde la situación ya era bastante desigual. No son reacciones instantáneas, en general, sino que el punto más álgido se da entre los 14 (ojo a esto) a los 24 meses. En resumen, le da en el ojo si miramos nuestra situación actual.
Pandemias como la del covid desordenan toda nuestra forma de (con)vivir, especialmente en una crisis que es como esas muñecas rusas: las mamushkas. Una crisis bajo otra crisis, bajo otra crisis. Un loopeo de crisis. En el caso de nuestro país es una crisis sanitaria en apariencia, sin embargo, contiene otras crisis como la social y la política, que son las que estamos viviendo en este momento. En este punto y en el medio podemos ver al movimiento Honor Colorado en la que tal vez sea la mayor encrucijada de su historia: pensar fórmulas creativas que transmitan diferenciación con el gobernante Añetete.
Sobre todo, ante la inminencia de la presentación de un juicio político de parte de bancadas de partidos de la oposición en la Cámara de Diputados. A pesar de cierto operativo político y mediático, Honor Colorado no es parte de esta administración y tampoco se dan señales de que eso cambie. Sin embargo, eso no se traduce tan fácilmente en el día a día de la gente, donde para la mayoría “son todos los mismos”. En este punto, sería conveniente y sobre todo oportuno plantear: somos colorados, pero no somos iguales. Si no se genera esa diferenciación, el escenario para el 2023 es bastante complejo, por decir lo menos. Cómo llegar a la próxima elección nacional proponiendo algo distinto si un gobierno con tan pésimos números en lo que hace a gestión y percepción es lo último que tiene la gente en su imaginario.
En caso de que la oposición concrete la presentación, el juicio político sería un mecanismo de lo más oportuno para comunicar al electorado esa diferenciación. La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, pasa por horas definitorias. Hay que ver si los políticos, sus principales actores, están a la altura del histórico momento.