• Por Ricardo Rivas
  • Corresponsal en Argentina

La analista de opinión pública Mariel Fornoni, directora de la consultora Management & Fit, sostiene que la revelación de la existencia de un “Vacunatorio VIP” que funcionaba en la sede del Ministerio de Salud, con el apoyo del Hospital Posadas, la sociedad lo entiende como “un acto grave de corrupción”.

Fornoni apunta que “desde hace siete meses, pese a todas las urgencias que hay en cuestiones económicas, en cuestiones de salud, en cuestiones educativas y en muchas otras áreas, la principal de las preocupaciones sociales es la corrupción”. La académica enfatiza que lo revelado por el diario Clarín “va más allá de las cuestiones éticas, ya que se trata de un acto corrupto y, por esa razón, genera sinergia con todas las carencias que exponen aquellas personas cuando son entrevistadas por los y las encuestadoras”.

Otro analista, frecuentemente consultado por el oficialismo que aceptó el diálogo con este corresponsal pero que requirió reserva sobre su identidad, “por ahora”, coincidió con Fornoni y estimó que “este escándalo se mantendrá en la agenda pública por largo tiempo”, dado que se trata de un tema “de enorme gravedad y porque el que corre es un año electoral en el que el oficialismo pone en juego su proyecto de futuro y la posibilidad de mantenerse en el poder más allá del 2023. No será fácil para el presidente Alberto Fernández superar la situación”.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Fornoni, en el mismo sentido, recuerda que “cuando a la gente percibe que le va mal en la economía personal, se preocupa mucho más por la corrupción. Saber que existe un “Vacunatorio VIP” –ejemplifica– opera de esa forma: hay pandemia, necesitamos la vacuna, no la tenemos, pero los poderosos, los amigos y las amigas del poder, sí la tienen. Nosotros, no”. Mientras, en México, donde el presidente Fernández se encuentra en visita oficial, consultado por la prensa sobre las investigaciones que tramitan en la justicia, reconoció que se trata de un “hecho suficientemente grave” pero, pese a ello, exhortó a jueces y fiscales a que “terminemos con la payasada” y les pidió que “hagan lo que deben” porque, en la Argentina, “no hay ningún tipo penal que diga ‘será castigado el que vacuna a otro que se adelantó en la fila’”.

Casi simultáneamente, en la capital argentina, el director del Hospital Posadas, Alberto Maceira, declaró ante la jueza María Eugenia Capuchetti que participó para vacunar a 10 personas que fueron inoculadas en el Ministerio de Salud. Alberto Fernández, acompañado de su homólogo mexicano, Manuel López Obrador, respondió a la prensa que para enfrentar a la pandemia “algunos protocolos se saltearon por cuestiones de la actividad estratégica que realizaron esas personas” que fueron vacunadas y reveló que “algunos [otros] protocolos [que no especificó] se saltearon [también] porque en sus diarios ustedes escribían que estábamos envenenando gente y le daban mucho eco a las barrabasadas que decía la oposición”. El jefe de Estado, sin ocultar su molestia por las preguntas recibidas, respondió críticamente: “Analizar desde la platea es muy simple. Jugar el partido es otra cosa”.

Entre tanto, en Buenos Aires, el ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003), incluido en el listado de vacunados en forma irregular que distribuyó oficialmente el gobierno, en el que figura junto con varios de sus familiares, aseguró “no” haber hecho ninguna gestión para que lo inocularan y sostuvo que “es el que tiene que dar explicaciones es el gobierno”. Por su parte, el analista Ricardo Rouvier, titular de la consultora que lleva su nombre, que esporádicamente trabaja para el oficialismo, considera que “desde el psicoanálisis, se puede afirmar que todos podríamos ser criminales, o miserables; pero no todos vamos a serlo”.

Luego de advertir que con esa afirmación no pretende referirse “anecdóticamente” al Vacunatorio VIP, recuerda que no son pocas las veces en que “avanzamos por la penumbra y luego la tapamos con hipocresía sin recordar que, cuando lo hacemos, lo hipócrita alcanza su mayor altura cuando apuntamos al otro y uno queda exceptuado, o cuando recurrimos a excusas plenas de banalidad”.

Dejanos tu comentario