- Por Matías Ordeix
- Socio del Club de Ejecutivos
Gran parte de la ciudadanía es muy cómoda, solo cuestiona, tira piedras y se lamenta en las redes sociales, pero cuando es invitada a participar a ser parte de la solución, dice “no puedo, no tengo tiempo…”. Es por ello que siempre invitamos, y alentamos a que cada ciudadano participe y se involucre en los problemas, para intentar dar soluciones. El empresariado también. Los ejecutivos deben tomar parte tanto a nivel gremial y organizacional de la sociedad civil como grupos de presión, o incluso valientemente desde adentro.
En estos días tuvimos una muy buena noticia por parte del Poder Ejecutivo (entre tantos errores o desaciertos que suelen mediatizarse), volvió a guiñarnos la esperanza, en cambios internos. Me refiero a la designación de Juan Manuel Brunetti como nuevo ministro del Mitic. Juan Manuel es un reconocido empresario, altamente involucrado con la educación del país y muy catalogado en el ambiente ejecutivo como una persona de bien, honesta, sensible a los problemas sociales e inteligente.
Un empresario que decide dejar de lado sus negocios para integrar el gabinete, es un verdadero acto de valentía, pocas veces imitado. Si bien el Mitic es un ministerio pequeño, en estos tiempos en que la tecnología y la comunicación son claves para una nación que quiere prosperar, su desafío será muy grande. Este ministerio está altamente involucrado con mejorar la transparencia y eficiencia a través de la gran agenda digital, entre otras cosas.
El propio BID, banco que financia al país el proyecto vinculado a Gobierno electrónico, publicaba hace un par de años un estudio denominado “El fin del trámite eterno, ciudadanos, burocracia y gobierno digital”. En el mismo, en forma resumida, concluía que mientras en Europa el 81% de los trámites pueden hacerse en línea, en Latinoamérica solo el 7%. También agregaba que un trámite presencial le cuesta al Estado en promedio 40 veces más que uno digital. Y ni qué hablar de la eficiencia, la trazabilidad, la transparencia del mismo, los tiempos, los errores, etcétera.
Pero el gran desafío para este novel ministro es presionar a todos los demás ministerios y entidades estatales para que se digitalicen. Claro, esto no será fácil, muchos “gestores” y “amigos correlí” quedarán sin su “extra”. Ya no será fácil apurar una carpeta o “extraviarla”, pues todo estará en línea a la vista del ciudadano. Un empresario ético en la política debe actuar como gato en piso 20, con pasos bien medidos, ya que un pequeño resbalón o contacto con algo (alguien) no alineado puede ser muy delicado.
El país necesita urgente transparencia, eso está de la mano de la digitalización de cuanto proceso pueda hacerse en línea, lo que favorecerá sin duda alguna a bajar los índices de corrupción, y a mejorar nuestra cara al mundo en un mejor lugar en los rankings globales.
Estimado ministro, le auguramos mucho éxito, cuente con el apoyo del sector privado e impulse todo cambio necesario para poder seguir creyendo que es posible un país más justo, solidario y, sobre todo, con mucha más transparencia.