• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista

Cuando se empezó a gestar la Operación Cicatriz eran muy pocos quienes apostaban a que tendría si tan siquiera cierto éxito. Era de esas apuestas a las que no estamos acostumbrados a ver en la política paraguaya: con la visión puesta en todo el bosque, no solo en uno o dos árboles en particular. La operación se fue consolidando hasta convertirse en el movimiento Concordia, un movimiento interno de la ANR y que agrupa tanto a Honor Colorado como a Colorado Añetete y que está compitiendo en las internas con miras a las elecciones municipales de este año.

El proceso es más o menos el siguiente, en todos los municipios donde se pueda llegar a consensuar candidaturas a intendente se inscriben con la chapa de Concordia Colorada, para eso, obviamente debe haber acuerdo de la dirigencia distrital, y en segunda instancia la venia de la dirigencia principal de cada movimiento. Al ser una elección local, también son locales las problemáticas, los intereses, absolutamente todo. Como siempre están las excepciones, la relevancia estratégica de algunos municipios hace que también se les sumen intereses nacionales, ya con los ojos puestos en el 2023. Solo por citar un ejemplo, procesos como el que se construyó en Itauguá, un municipio donde la ANR no logra ganar la intendencia desde hace rato, deberían de ser usados como casos de madurez y diálogo. Allí la dirigencia de base empezó a hablar de consenso hace dos años atrás. Y con todo eso tienen sus idas y vueltas. Aún está por verse si este proceso tendrá como conclusión una victoria electoral, pero las bases están echadas. El lunes cierra el plazo de inscripción de candidaturas y hasta el momento en que se escribía esta columna la proyección hablaba de alrededor de cien candidaturas. Desde ya todo un éxito. Señal de que a pesar de todo Concordia viene bien.

A Concordia la acompaña un elemento que es muy poco mencionado: el permanente cascoteo que recibe de parte de sectores o actores que pertenecen al riñón de este gobierno. En este punto es vital recordar que Añetete es un archipiélago de liderazgos, algunos más relevantes que otros o directamente los que han decidido desde el día uno de esta administración intentar construir consensos de gobernabilidad por fuera del Partido Colorado. El cascoteo viene de esos sectores y también están construyendo cierta organicidad. Se menciona fuertemente que el búnker de ese sector está en un céntrico hotel históricamente ligado a la familia presidencial, solo por citar un punto de varios que se hablan.

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Otro es el hecho que a los efectos de cerrar acuerdos que fortalezcan candidaturas municipales de referentes cercanos al Ejecutivo, pero que no son de Concordia, se están distribuyendo espacios de poder, el objetivo es evitar que porcentajes por mínimos que parezcan se fuguen a otras propuestas. De paso polarizar y de paso acercar a esos sectores mencionados más arriba. En pocas palabras, se está fortaleciendo a los que tirotean contra Concordia. Capital bien podría ser un ejemplo de esto. Estos acuerdos con actores abiertamente opuestos a Concordia y la capacidad de sobrevivencia en el mediano y largo plazos serán, sin dudas, sus principales desafíos. La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, tiene a la búsqueda de consensos como uno de sus principales objetivos. Concordia busca eso y podrá lograrlo si las partes cumplen con la palabra empeñada.

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