Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
MBA
Es esencial. Si tus colaboradores dentro de la empresa se muestran deprimidos y desesperanzados, no es muy complicado poder darse cuenta, pues casi siempre queda plasmado en su trabajo, en la forma en que atienden a los clientes y en el trato con sus mismos colegas, en la manera en que se relacionan unos con otros y en la forma en que quizás estén trabajando contigo que eres el jefe.
Como parte de las reglas de cortesía y urbanidad como seres humanos, no nos cuesta nada al llegar a la oficina decir “buenos días” educadamente y poder hacerlo de verdad.
¿Cuántos directivos pasan al lado de la señora encargada de la limpieza de la oficina y ni tan siquiera se le ocurre saludarla?
No es una tarea rutinaria asegurarte de que todos los participantes de la reunión a la cual como jefe has convocado tengan café o té, pero si lo haces, la atmósfera podrá tornarse mucho más positiva y amigable dado que más allá de las jerarquías, todos somos humanos.
No cuesta nada preguntar a los miembros de tu equipo, “¿qué tal están?”.
Es importante ser educado, amigable y amable, pero para muchos sigue siendo difícil.
Por fortuna, las estructuras verticalistas del siglo XX ya casi han desaparecido por completo, pues hoy prevalecen las horizontales en donde fluye dentro de casi toda la organización la distribución de funciones y responsabilidades y no ya como antes en que la dirección autocrática era la constante, donde uno podría notar en papeles un organigrama “gigante”, pero en la práctica eran a lo sumo 3 o 4 personas las que “cortaban el bacalao”.
Es fácil identificar a los jefes gritones y gruñones y que a la vez son maleducados y beligerantes, pero por suerte son como los dinosaurios, una especie que tiende a desaparecer cada vez más rápido.
Para que el clima organizacional dentro de nuestras empresas sea lo esperado y podamos trabajar en armonía con nuestros clientes internos y externos, tenemos derecho a: que nos respeten, que se observe un comportamiento civilizado y que exista la debida dignidad y tolerancia entre todos.
Si vos como directivo no te sentís capaz en dar todo esto a tus subordinados, ya que no deberías considerarte tal. No obstante como nada es imposible en la vida con esfuerzo podrás lograrlo. Crear una buena atmósfera de trabajo dentro de nuestras empresas no es misión imposible y los resultados podrán ser gratificantes.
Viene fomentada desde arriba hacia abajo dentro de la organización.
Como directivo que sos, una de tus funciones primarias es tratar de ser una persona animosa, considerada, educada, amable y sobre todo proactiva.
Acordate que la gente que forma parte de tu equipo de trabajo constituye uno de tus recursos más importantes, y a la vez herramientas de consecución masiva de tus principales objetivos y metas cuali/cuantitativas.