Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro

MBA

jzaratelazaro@gmail.com

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Estamos en pleno siglo XXI, era de la tecnología en la que las estructuras organizacionales verticalistas ya son “historia antigua” y reemplazadas por las horizontales con una clara definición de funciones y responsabilidades.

Se dan 5 pasos fundamentales que te podrían permitir llegar a los objetivos y metas que te estás trazando:

-Fuerte compromiso por parte de los niveles directivos (o del dueño, en el caso de la pequeña empresa) y de sus principales directivos y ejecutivos en una empresa de mayor porte.

-Una alta dosis de liderazgo.

-Conocimiento profundo y actualizado del entorno.

-Análisis permanente de la empresa.

-Rápido sistema de comunicación interna.

Los cambios que pretendamos introducir en la cultura, la forma de gestión y en la propia organización no pueden ser iniciados como meras expresiones de deseo, sino que deben estar acompañados de un conocimiento profundo y cierto sobre las ventajas implícitas que se podrían alcanzar con ellos.

Los principales directivos deben estar convencidos de las ventajas que le ofrecerá dicho plan y de la necesidad que tiene la empresa de llevarlos a la práctica.

Independientemente del necesario convencimiento, es imprescindible que los principales ejecutivos de la compañía proyecten y se los comuniquen en forma clara a todos sus colaboradores.

Si querés que los mismos actúen de una determinada manera, no hagas lo contrario.

La flexibilización de la estructura organizacional de una empresa no se logra con órdenes (verbales o escritas), con memorandos o instrucciones al estilo militar, sino, y fundamentalmente, a través del convencimiento, el cual llega cuando los colaboradores hacen suyos, interiorizan voluntariamente, los valores de sus principales ejecutivos.

No existe otra manera que sea eficaz, permanente y duradera.

Una empresa flexible y dúctil a los desafíos que se van dando en el día a día es lo que permite reaccionar con rapidez a los continuos cambios del entorno.

Todo proceso de cambio requiere de alguien que lo guíe, de un liderazgo fuerte y estimulante que transmita con entusiasmo la nueva visión al resto de la organización.

En la actualidad, los accionistas y principales directivos de la empresa, además de ser buenos administradores, deben ser unos líderes eficaces, con una clara visión de futuro. De lo contrario no podrán conducir a su organización por los nuevos derroteros y rumbos que le impondrá (quiéralo o no) el cambiante entorno, preservando, al mismo tiempo, sus niveles de rentabilidad.

Flexibilidad quiere decir (en el fondo) capacidad para cambiar la estructura organizacional.

Y para cambiar algo es indispensable, primero conocerlo. No se puede modificar una edificación sin conocer en detalle sus estructuras o corre el riesgo de que el edificio se le venga al suelo. Lo mismo sucede en las empresas.

Nuestro mercado es muy cambiante y eminentemente dinámico y competitivo y habrá que acompañarlos, pues de lo contrario podremos quedar irremediablemente rezagados.

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