Lo más probable es que ya la hayan visto en compañía de sus hijos o... solos. Y es que, como tantas obras de Pixar, esta animación dirigida a niños tiene grandes (enormes) guiños a la cultura pop de todos los mayores. Pero en el caso de Intensa-mente, el gran protagonista es el cerebro humano. Sin ánimos de spoilear (pero con aviso previo de que así tendré que hacerlo), voy a referirme hoy y en los sábados siguientes a la película dirigida magistralmente por Pete Docter basada en lo que experimentó personalmente viendo a su hija crecer, y que trata sobre lo que sucede en el cerebro de Riley, una preadolescente de 11 años, convirtiéndose en un magistral y sumamente didáctico paseo de 94 minutos por la mente, su construcción y su mantenimiento a cargo de las protagonistas reales de la película: las emociones.

Riley, con sus 11 años, tiene un cerebro con muchos conflictos emocionales propios de la edad, que se ven magistralmente reflejados en la película. Sabemos que las emociones básicas son realmente más, pero aquí se toman cinco para desarrollar la trama, centrándose en las dos principales: Alegría y tristeza. Y si bien la película no representa lo que neurobiológicamente ocurre de manera exacta en el cerebro, sin embargo, es una excelente aproximación a las neurociencias y al maravilloso mundo del funcionamiento cerebral. El mérito neurocientífico de la película radica en darle la importancia real a las emociones como motor de todo, desde almacenar un recuerdo hasta generar una conducta, influenciándolo todo, incluso la producción de sueños al dormir.

El quinteto emocional (Alegría, Tristeza, Ira, Miedo y Desagrado) ocupan un “centro de comando” cerebral que en la realidad no existe como tal, pero que si tuviéramos que elegirlo estaría sin dudarlo en el córtex prefrontal, esa parte más externa del cerebro situada por encima y detrás de los ojos, y su relación con los núcleos de la amígdala, dos pequeñas estructuras del tamaño de una almendra localizadas una a la derecha y otra a la izquierda en la profundidad del cerebro. Mientras que la amígdala modula nuestra conducta y la formación de la memoria emocional, no es la única fuerza motriz de nuestras acciones. La corteza prefrontal cumple una función muy importante en la regulación de las emociones, en la toma de decisiones, en la planificación y en el pensamiento abstracto. Este, entonces, vemos que es nuestro real centro de control y es también una de las últimas regiones de nuestro cerebro en madurar totalmente, es por eso que llamamos “adolescentes” a los que no lo han madurado aún, porque “adolecen” de maduración cerebral allí. De hecho, para los niños las emociones pueden tener una influencia especialmente fuerte justamente debido a esa falta de desarrollo que hace que tengan menos control del impulso.

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Un interesante tip neurocientífico de la película es que mientras las emociones no se hallen en control de las acciones, el cerebro no tomará las decisiones correctas porque se verá afectada la forma en que se percibe una situación y, sobre todo, la manera en que la vamos a recordar. Y esos recuerdos que en la cinta se simbolizan por una especie de bolas de bowling que se colorean según la emoción que posibilitó su almacenamiento, un guiño a las formas en las que se almacena la memoria en forma de circuitos conectados para cada experiencia vivida. Estos recuerdos circulan por una canaleta por todo el cerebro, mientras que los cambios neuroplásticos que suceden constantemente en toda la vida para almacenar información se asemejan a un árbol con gran cantidad de ramas unidas entre sí por las sinapsis que son los puntos de unión de las más de 86 mil millones de neuronas que poseemos. La neurociencia nos ha mostrado que cuanto más se comunican un par de neuronas, más se fortalecen las conexiones y las espinas se agrandan y se vuelven más estables. En este cambio o plasticidad sináptica, como es el término científico, se basa lo que hoy conocemos sobre cómo se guardan las memorias.

¿Les sigo hablando de Intensa-mente el sábado que viene? ¿Seguimos DE LA CABEZA con esta película? Nos leemos...!!!

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