Marcelo A. Pedroza
COACH – mpedroza20@hotmail.com
Es el extenso escenario de diversos verdes un espacio ideal para el fluir natural del coeficiente de superación que yace en el ser humano. Las circunstancias ameritan atención, el tiempo pide silencio, el mundo necesita paz, los corazones anhelan unión. Es la mezcla de las razones de unos y otros la que solicita armonía para vivir. Esa fundamental dosis de comprensión que impulsa a valorar al otro, que estimula el acceso a nuevas etapas y que proyecta un camino por recorrer.
Epicteto lo dijo a su manera, por eso la elección de la forma de llevar adelante lo que sucede, en el andar de las vivencias, se torna una tarea individual, y allí su contundente lección, esa que en su época marcó la relevancia de la libertad interior, y que hoy, adaptada a diferentes experiencias sociales, se torna vigente: “El amo amenaza con encadenarme. ¿Qué digo? ¿Encadenarme? Puede encadenar mi pierna, sí, pero no mi voluntad…”. Las cadenas tienen muchos formatos y habitan por doquier, aunque también se manifiestan en la mente y lo hacen como aquel amo expresado por el filósofo griego, quien fue esclavo en Roma.
Mientras haya vida... habrá oportunidades para crecer. Es este el eje perceptivo que influye notablemente en la determinación del significado de los acontecimientos. Su fuerza radica en la posición hacia dónde focaliza el universo de las sensaciones, en el despertar de las colosales pausas para admirar el poder de lo sencillo.
Es posible el brillo de una relación contundente entre el pensamiento orientado al crecimiento y las acciones que lo avalan en el ambiente donde pueden realizarse. Entonces, la propensión a crear bienestar aflora cuando la claridad de las ideas acontence con naturalidad y fomenta la interacción respetuosa y sincera entre las personas.
Sumergirse en esos bosques de experiencias implica ejercer la capacidad de responder, esa que requiere valentía, compromiso y fortaleza para superar aquello que puede obstaculizar el paso cotidiano; dándole vitalidad a las actitudes que se adoptan para el desarrollo de la vida, en ellas los límites se transforman en poderosos enviones para lograr vivenciar lo que se quiere, para ayudar a que el presente sea esencialmente un constante impulsor del acto de agradecer lo que se vive.