Por Felipe Goroso S.
Columnista
Twitter: @FelipeGoroso
Toda idea que busca sumar adhesión precisa una narrativa y toda narrativa debe necesariamente generar una permeabilidad en el segmento de la población a la que pretende encantar. Se trata de un estado de encantamiento en el que se acepten las propuestas y a las figuras que las proponen casi sin discusión alguna. Habiendo dicho esto, pasaré a citar algunos hechos que nos indicarían que podría haber luz al final del túnel.
El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo lleva años tratando de permear su narrativa en la ciudadanía sin tener mayores logros en esa área. Esta semana corrían fuertes versiones de que parte de las exigencias del grupo criminal a la familia Denis era el hecho de tener que masificar un video con propaganda sobre la supuesta ideología del grupo criminal. Un par de horas antes, GEN, el canal del Grupo Nación, anunciaba su decisión de no emitir dicho material. El 95% de los canales de televisión consensuó la misma decisión. No mostrar el video con propaganda del grupo criminal sentó un precedente a futuro sumamente importante y es altamente probable que aún no sea analizada en su real dimensión. Solo porque hay otras urgencias. Sin embargo, que este segmento de tomadores de decisión no acompañe estas iniciativas podría ser hasta lógico. Si es que entramos en la enferma mente de los delincuentes, los propietarios o directores de medios son todo contra lo cual ellos se ufanan de luchar.
Ahora vayamos a otro segmento absolutamente distinto, los pobres. No es la primera vez que una de las exigencias de los criminales para liberar a sus víctimas sea que las familias de las mismas deban distribuir víveres a pobladores de comunidades extremadamente pobres. Esto ya ha pasado con otros secuestros y también ya viene pasando que esas comunidades anuncien que rechazan ser beneficiadas con estas ayudas. Y en este caso, el ejemplo que nos dan es aún más relevante que el primero: estamos hablando de pobres (a favor de los cuales los del EPP dicen luchar) negándose a recibir alimentos en medio de una profunda crisis económica en la que nos encontramos. Segunda muestra de que la narrativa no consigue permear y en este caso la muestra es doblemente valorada, ya que es un mensaje claro de dignidad de los que menos tienen, aquellos que con mucho gusto el EPP recibiría entre sus filas.
El factor Adelio. El peón de la estancia que acompañaba a Óscar Denis al momento de haber sido tomado es integrante de una comunidad indígena que trabaja en el establecimiento y que, según sus voceros, siempre fueron muy bien considerados por la familia del ex vicepresidente de la República. Ese elemento, sumado a que ellos ya han declarado que entrarían a buscar a su compañero porque consideran que “el monte es de ellos y no del EPP”, tiene profundas implicancias y se convierte en una filosa y punzante estaca que atraviesa el corazón de la narrativa del grupo guerrillero. Los pueblos originarios siempre fueron parte del relato del EPP.
Es seguro que el EPP seguirá estando en el escenario nacional por un buen tiempo. Sin embargo, será más por la efectividad y el sentido de oportunidad de los golpes y alianzas que realiza, o por los errores en la estrategia de las fuerzas de seguridad, pero no porque su narrativa logró permear entre los paraguayos. Otro detalle más en ese sentido es que según lo que se sabe, cada vez apelan más a familiares directos para sumar nuevos integrantes a sus fuerzas. De alguna manera ese es otro indicativo de lo que estamos hablando.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, debe poder evaluar todos estos elementos, que en la mayoría de las veces pasan desapercibidos; porque sí, todos queremos que el EPP desaparezca, que sus miembros sean capturados y juzgados o eliminados en un próximo enfrentamiento con la FTC. Definitivamente ese es el objetivo principal y de lograrse uno de los motivos será porque su narrativa nunca permeó en el Paraguay.