El clima político y social de la Argentina tiende a tensionarse. Algunos analistas dicen “enrarecerse”. Inexacto. En un ecosistema social alterado desde décadas, las tensiones son parte de un paisaje necesariamente raro que, por definición, no puede enrarecer más.
El conflicto de bifrontalidad en el Frente de Todos –del que esta columna observó desde agosto del 2019 luego del triunfo que esa coalición alcanzó en las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) con las que arrasó al ex presidente Mauricio Macri– 12 meses más tarde de aquel resultado, se extiende como una pandemia política que afecta al conjunto social. Seguramente, una buena parte del deterioro en la valoración social de la gestión gubernamental que se verifica con cada encuesta que se hace pública tenga que ver con esas tensiones en el oficialismo, pero es muy probable también que una porcentaje de la incomodidad social se funde en los 165 días de aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO) –prorrogado hasta el 20 de septiembre venidero– que, además de afectar la economía y la producción, desestabiliza emocionalmente a todos los sectores no solo agotados al no poder desarrollar la vincularidad con fluidez sino porque los protocolos para contener el avance del SARS-COV-2 obligan a parir y morir en soledad.
Es difícil soportar lo insoportable porque, además, resulta incomprensible aunque masivamente se asuma que, sin vacuna ni tratamiento, como desde diciembre pasado, las únicas barreras de seguridad sanitaria posibles se encuentran en el uso masivo del alcohol, del jabón y el insostenible distanciamiento social. En ese contexto, el ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003) –uno de los cinco mandatarios que se sucedieron en una semana cuando en el 2001 el pueblo exigió “que se vayan todos”– predijo que “no habrá elecciones” parlamentarias en el 2021 y que “habrá un golpe de Estado”.
No explicó mucho más y, cuando advirtió que había obtenido sin proponérselo la unidad nacional para repudiar sus dichos, recurrió a un argumento insólito para justificar su irresponsable incontinencia verbal a una conducta “psicótica momentánea” que lo llevó a dar “una repuesta vinculada con la pérdida momentánea de la mente que se desengancha de la realidad”. Tan grave como penoso. El estupor ganó a una buena parte de los actores públicos que, desde varios meses, dialogan con Duhalde para aportar a la gobernanza. De hecho, fue uno de los firmantes de una declaración que emitió el 14 de julio pasado el Club Político Argentino titulada “Unidos en la diversidad.
Para afrontar el presente y construir un futuro digno para todos los argentinos”. El presidente Fernández sabe que tiene que recuperar el centro de la arena política de la que lo corrieron el descontento, los avances públicos sobre su autoridad de la vicepresidenta Cristina F. y dos manifestaciones masivas en todo el país para expresar el rechazo al proyecto de reforma judicial que cuenta con la aprobación del Senado de la Nación. Alberto anunciará formalmente en esta jornada el acuerdo que el ministro de Hacienda Martín Guzmán alcanzó con los tenedores de bonos del Tesoro argentino en situación de default desde setiembre del 2019.
También comunicará el inicio de conversaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objeto de refinanciar unos 50.000 millones de dólares. Es posible que se anuncien además programas con los que apuntará a la reactivación económica y productiva. De todas formas, hasta que no se regularice la situación con los acreedores institucionales y privados, todo anuncio en esa dirección se parecerá mucho a las buenas intenciones. Sin embargo es necesario destacar que el mayor escollo hoy en la Argentina es político al interior de la colación gobernante.
No pocos peronistas que dialogan con frecuencia con este corresponsal suelen sostener que “la ansiedad de Cristina (Fernández, vicepresidenta) contrasta cada semana con más frecuencia con el tiempismo (sic) de Alberto (Fernández, presidente) sin darle tiempo a generar consensos”. En consecuencia, sugieren, “la coalición de gobierno trepida y parece a punto de resquebrajarse, de romperse, aunque no necesariamente eso sea lo que sucede”. Una buena parte de la sociedad también lo percibe. Antonio Cafiero –el abuelo de Santiago, el jefe de Gabinete de Ministros– tal vez el último de los grandes viejos sabios del peronismo que falleció en el 2014- con paciencia de docente, explicaba que “los peronistas, somos como los gatos. Cuando todos creen que nos estamos peleando, estamos haciendo el amor”. ¿Será así?
El periodista y académico Ricardo Rivas, corresponsal de La Nación en Argentina, fue distinguido como “Embajador por la Paz” por la Fundación Red Voz por la Paz. Foto: Gentileza
Corresponsal de La Nación en Argentina fue distinguido como Embajador por la Paz
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Desde Buenos Aires, enviado especial
El periodista y académico Ricardo Rivas, corresponsal de La Nación en Argentina, fue distinguido como “Embajador por la Paz” por la Fundación Red Voz por la Paz y durante la ceremonia expresó que “la paz no es simplemente la ausencia de la guerra” y enfatizó que “con pobreza no es posible construir la paz. Con hambre, no es posible construir la paz”.
Agregó que “con desocupación, no es posible construir la paz. Sin educación pública y gratuita no es posible construir la paz. Sin justicia independiente no es posible construir la paz. Sin techo, no es posible construir la paz. Sin el respeto profundo de los derechos humanos no es posible construir la paz”.
El emotivo discurso de Rivas se desarrolló en horas de la tarde del lunes último en la Universidad CAECE de Buenos Aires. Allí, la fundación Red Voz por la Paz consignó que para galardonar a Rivas fue determinante su “extensa y prolífica trayectoria profesional en la defensa y promoción de los derechos humanos, de la libertad de expresión y de prensa, del derecho de opinión y sus más recientes publicaciones en el diario La Nación de Paraguay en favor de la paz”.
El emotivo discurso de Rivas se desarrolló en horas de la tarde del lunes último en la Universidad CAECE de Buenos Aires. Foto: Gentileza
Rivas agradeció la distinción recibida, que dedicó a su familia, amigos, amigas, compañeros, compañeras y directivos de La Nación/Nación Media, porque “hacer periodismo -siempre- es contar historias” y un trabajo colectivo, cuerpo a cuerpo, por lo que esta distinción le enorgullece y compromete más con la “co-construcción de una cultura de paz”.
El diploma que lo acredita como “Embajador por la Paz” lo recibió de manos del Premio Nobel de la Paz 1980, Adolfo Pérez Esquivel; del artista ítalo argentino Odino Faccia y de la académica Ayelén Tomasini, presidente y vicepresidente respectivamente de la fundación.
En el transcurso de la premiación fueron distinguidos también como Embajadores por la Paz el juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Ricardo Pérez Manrique, de Uruguay; el empresario y filántropo Marcelino Muñoz, de México; el catedrático Hamurabi Noufouri de Universidad de Buenos Aires (UBA); el empresario Eduardo Eurnekián; la artista plástica Nora Iniesta; y, el doctor Paulo Falcón, abogado, académico integrante del Instituto de Educación Superior para Latinoamérica y el Caribe de la Unesco y, rector de la Universidad CAECE.
El vicepresidente de la Socolac manifestó que con sus expresiones, Defelippe pretende convertir a Paraguay en una zona silenciada, al realizar prohibiciones a medios de comunicación. Foto: Nadia Monges.
Amenaza de Defelippe es una “guarangada antidemocrática”, dice especialista internacional
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El esposo de Soledad Núñez, candidato a senador y fabricante de oenegés, Bruno Defelippe, habló durante un programa de TV de su deseo de prohibir publicaciones del diario La Nación, por exponer encuestas que no posicionan a la chapa presidencial de la Concertación donde su esposa es la candidata a la Vicepresidencia de la República.
Al respecto, el vicepresidente de la Asociación de Corresponsales en América Latina y el Caribe (Socolac), Ricardo Rivas, calificó como una “guarangada antidemocrática” las expresiones de Defelippe al ir en contra de derechos humanos fundamentales.
“¿Cuándo miente este señor? ¿Cuándo dice ‘vótenme, que soy el defensor de las libertades’ o cuando habla del cierre del diario La Nación? Esto se mira desde una perspectiva de un Estado democrático de derecho, al tener en cuenta los estándares internacionales”, expresó el especialista en contacto con La Nación/Nación Media, citando además el objetivo de desarrollo sostenible de la agenda 2030 de las Naciones Unidas, de la cual forma parte el Paraguay.
En el punto 10 del ODS 16, se habla de garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales. Rivas recuerda además que las estipulaciones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) expresa garantías y sanciones muy claras ante cualquier hecho que vaya en contra de la democracia, como el daño a la libertad de expresión o de prensa.
“Esto sin duda pone en grave riesgo a los trabajadores del diario La Nación y ya había expuesto esta situación en el Senado, diciendo que en la medida en que los actores políticos arremeten contra los medios de comunicación ponen a los periodistas en riesgo. Esto es grave porque se trata de un discurso de odio”, resaltó el vicepresidente de la Socolac.
Ante esto, reafirmó que restablecer el funcionamiento de las instituciones, como lo indica la democracia, es un punto de partida, no un punto de llegada. Señaló, además, que Defelippe invalidó todo su discurso con sus expresiones antidemocráticas, advirtiendo además que si ataca a los periodistas por sus expresiones, le puede esperar cosas peores a la ciudadanía que no concuerde con él, si es electo como senador.
“Este candidato a senador, que se aprovecha del sistema democrático, procura hacer del Paraguay una zona silenciada, como las define el exrelator especializado en libertad de expresión del sistema interamericano Edison Lanza”, expresó Rivas.
De este modo, lamentó que aparte de lidiar con la precarización y la falta de garantías existentes para la protección de los comunicadores, ahora los periodistas también se debían enfrentar a actores políticos que amenacen la continuidad de su trabajo porque el medio en el cual se encuentran no es del agrado de determinados grupos políticos.
“La libertad de expresión no es un derecho de los periodistas, es un derecho de la ciudadanía y sin ella es imposible para alguna sociedad reclamar absolutamente nada. Defelippe va en contra de la ciudadanía, no en contra de una cuestión corporativa; con sus expresiones, nos dijo a los paraguayos que es un autoritario y que va a sacar a cualquier persona que diga algo que lo moleste”, arremetió.
El vicepresidente de la Socolac aseveró además que últimamente se ha desarrollado una manía de estigmatizar a medios de comunicación y trabajadores/as de prensa. Esto referenciando que en lugar de emitir posturas hacia el grupo político contrario a una persona, se decide atacar a los comunicadores que únicamente realizan el trabajo de informar o publicar noticias, solo porque esas publicaciones no coinciden con los intereses de la persona afectada.
“Esta clase de personas descreen de la libertad de expresión y más aún de su derivado importante que es la libertad de prensa. Al no creer en estos derechos fundamentales, tratan como adversario a todo aquel que se encuentre en un sistema de medios que no es de su agrado; esto es un fenómeno visto en toda nuestra región y el Caribe”, apuntó.
“Sin libertad de expresión no existen otras libertades”
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En esta amena charla con Augusto dos Santos para el programa “Expresso”, emitido por el canal GEN/Nación Media, el periodista Ricardo Rivas, vicepresidente y director ejecutivo de la Sociedad de Corresponsales en Latinoamérica y el Caribe (Socolac), reflexiona sobre el oficio de informar y los cambios que este sufrió bajo el impulso del avance tecnológico y la inmediatez que este impone. Al mismo tiempo, aboga por la inclusión del estudio de los derechos humanos en los programas de las carreras de periodismo partiendo de la base de que la libertad de expresión y el acceso a la información son garantes y condiciones sine qua non para el ejercicio de otros derechos.
Fotos: Nadia Monges
–ADS: En términos de contenido, ¿cómo se puede definir la transición entre el periodismo de antes y después de internet?
–RR: Yo creo que la diferencia sustancial está en la instantaneidad, se ha inventado esto de la noticia en desarrollo. Antes tenías que esperar que algo termine para saber qué pasaba y tenías un desarrollo. Hoy ves en la esquina cinco patrulleros, dos ambulancias, cuatro camiones de bomberos, sacás una foto, ponés 140 caracteres y lo mandás por Twitter, porque hay que saturar las redes, y ponés noticia en desarrollo. Tres horas después te enterás de que en realidad lo que estaban celebrando era una nueva amante del comisario que le estaba regalando unos calzones nuevos. Entonces, ahora qué hacemos, pusimos noticia en desarrollo, el sistema, el río informativo lo pusimos en tensión, en alerta. Entonces empezamos a escribir lo que podría haber ocurrido.
–Hoy hay una casi nula evaluación del impacto que los errores pueden suscitar en los lectores.
–Sí, pero el lector tiene una cierta diferencia con el emisor de la información. El lector, como decía el viejo (comunicador argentino Mario) Kaplún, no es un receptor, es un perceptor. Ahora falta más verificación. La cantidad de veces que mataron a los papas, a los cantantes, el Puma Rodríguez cuántas veces se murió.
–Este ha de ser uno de los oficios con más anécdotas.
–Emilio Petcoff, un grande, que había nacido en Europa y sus padres migraron a Misiones y luego a Buenos Aires. Uno de los más grandes cronistas policiales que inventó unos personajes para sus fuentes reservadas. En cierta oportunidad, llegamos todos a un lugar y había que distinguirse con creatividad literaria. Y Petcoff pone fulano de tal y la identidad del muerto, demostró una vez más que no se puede estar en dos lugares al mismo tiempo con vida. Su cabeza apareció en tal lugar y el torso en otro. ¡Maestro!, porque lo podía haber contado, como lo contamos todos, mal. Dio un vuelo a eso que justifica aquellos que dicen que el periodismo escrito es una forma de literatura.
RELACIÓN
–Este debe ser un momento en el que el imperio de los formatos, o sea, en qué forma tienes que meter lo que escribís, ha pasado por encima como un tsunami al que era el imperio del contenido.
–Yo no estoy tan seguro porque si bien el domingo es un día que todos los diarios suben en ventas porque enfrenta a la familia a una situación inexplicable, que es vernos. ¿Y de qué hablamos? Los hartamos durante la semana de putear a los gobiernos. Nos hartamos durante la semana de decir que todo está caro, nos hartamos durante la semana de decir que hay que pagar la luz, la tarjeta y para qué compraste esa porquería. Y a mí me pasa con nuestras Ciertas Historias Inciertas que hay gente que me escribe cuando por allí no escribo un domingo y me dice por qué no estás. O un tipo que la vez pasada me puteaba con ganas y me encantó porque me decía que yo quería escribir como Roa Bastos y no me sale. Es una coincidencia que no me sale, pero no quiero escribir como Roa Bastos, quiero escribir como yo. Entonces yo creo que la relación de las audiencias, como llaman ahora, con los contenidos es una relación muy concreta. Que se opte por contenidos en joda porque de algo hay que reírse, como hoy que está circulando por Tiktok alguien que dice que cuando escuchás a Messi al revés el “qué mirás, bobo, anda para allá”, cuando escuchas al revés y está puteando en árabe. ¿Por qué pega eso? Y bueno, qué sé yo.
–El valor que tiene el testimonio de una generación que construyó el periodismo desde la literatura periodística es fundamental en este momento.
–El Washington Post, el New York Times, los diarios pesados, van al muro de pago, la front page en el website, y el que suscribe quiere firmas, quiere tipos pesados, no es el diario free, el diario abierto. Eso sí, a veces va un poquito menos denso, un poco más risueño y es muy importante la palabra de Ricky Martin, por ejemplo, acerca de la importancia del viento en la navegación a vela.
DERECHOS HUMANOS
–¿Cómo estás siguiendo la escuela de periodismo¿, ¿crees que va al galope de estas velocidades?
–No en general en las carreras de periodismo. Ahora estamos haciendo un trabajo fuerte con la organización que yo tengo el honor de vicepresidir, que es la Sociedad de Corresponsales en Latinoamérica y el Caribe, la Socolac, que tiene personería jurídica en Paraguay, es decir, es una organización paraguaya. Estamos trabajando con el Instituto de Educación Superior de Unesco, la Iesalc, para cambiar los programas porque estamos dando respuesta a las demandas que tenía el periodismo en los últimos 30 años del siglo pasado. Primero, no se habla ni se estudia derechos humanos. En América Latina, al no estudiar estas cuestiones, hay gente que cuando vos decís derechos humanos, se espanta, se les para el pelo y dice “otra vez vamos a hablar de 40 años atrás”. Hoy hay derechos humanos de tercera y cuarta generación que no tienen nada que ver con aquello y que tienen que ver, por ejemplo, con la explotación infanti, la explotación sexual o la trata laboral. Esas cuestiones tienen que ser abordadas en las escuelas de periodismo, en las carreras de periodismo, acceso a la información pública, derecho humano sustancial, libertad de expresión. Hay quienes no entienden, hay quienes dicen “bueno, porque la libertad de expresión los periodistas lo piden de una forma casi como corporativa”. No. Sin libertad de expresión no existen otras libertades. Sin libertad de expresión no puedo hacerte saber lo que me falta. Después lo tomamos y lo escribimos y lo contamos. El derecho de opinión. Entonces, todas estas cuestiones no se abordan adecuadamente en las carreras de periodismo. Yo tengo la cátedra de opinión pública hace no sé cuántos años, pero hubo que imponerla. Porque decían que era cosa de los sociólogos, el proceso electoral, blablablá. Son cosas que también el ciudadano tiene que entender.
–¿Crees que la Justicia está acompañando este proceso de libertad de expresión en América Latina?
–Hace unos años, con el actual presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Ricardo Pérez Manrique, empezamos junto con otro amigo, Guilherme Canela, a recorrer América Latina y capacitando a operadores de justicia en cuestiones de libertad de expresión, de acceso a la información pública, de derecho de opinión, libertad de prensa. Y llegamos a capacitar a 13.000 operadores de justicia, jueces, fiscales, defensores públicos. Alguien podría decir “no, pero los jueces esto lo estudian en la facultad”. Todos estudian en la facultad, pero después hay que empezar a trabajar. Hoy ese programa, que empezamos presencialmente con financiación de Suecia, es un programa de alcance global, se hace a distancia. Ya son 26.000 los operadores de justicia capacitados en el mundo. Y la cuestión de la libertad de expresión, la libertad de prensa, el derecho de opinión, el acceso a la información pública es algo que encarna todo. Pero en general no se trabaja eso. Yo soy la primera cohorte, estamos haciendo diplomaturas para periodistas especializados en derechos humanos con la Corte Interamericana. Entonces hoy ya somos 700. Y además capacitamos en nuestros medios. En diversidad, por ejemplo. En Paraguay hay más diversidad que los mismos paraguayos y paraguayas se dan cuenta porque se mantiene el idioma del pueblo originario, pero no puede haber diversidad si no tenemos, señores, señoras, pueblos originarios y como dicen ahora, afrodescendientes, porque está mal que yo te diga “qué hacés negro, cómo andás?
CHISMORREO
–En este mismo contexto está el dichoso tema de las redes sociales, que es imposible de regular y que parece que en la medida que pasa el tiempo no nos terminamos de adaptar y es un fenómeno que tiene su propia personalidad.
–Creo que el problema no son las redes. El chismorreo barrial hoy es el barrio más amplio y está en la red. Y sí, el chismorreo que pasó de la puerta del barrio pasó a la red y tenemos lo mismo desde el tipo que va en un auto y levanta el celular, fotografía algo y te dice “mirá lo que estoy viendo”.
–¿Finalmente el problema es de los tipos que creen que comunicar es un asunto de intelectuales?
–Yo creo que ahí el problema lo tienen los intelectuales. Un día me trajiste acá y yo no sabía bien a qué venía. Y me llevó hacia una universidad a hablar ya no recuerdo de qué cosa, pero estábamos los tres vestidos de negro, parecíamos casi tres cantantes de tango viejos y nos diferenciamos de ellos que no teníamos el pelo pintado en colorado. Entonces, este alguien, señor muy respetable, que creo que era el rector de esa universidad, me presentó como un intelectual y lo primero que hice fue bromear cuando empecé a hablar diciendo que yo le pedía disculpas a los intelectuales porque equivocadamente me habían categorizado en este sentido. Los intelectuales son todos aquellos que trabajan con el pensamiento. Ahora que haya intelectuales notables es una cosa, pero no todos pueden ser intelectuales notables. Y es razonable que así sea. Yo muchas veces apunto a los programas de televisión en horas de la tarde donde una conductora famosa cuenta en la Argentina que su esposo, exjugador de fútbol y periodista deportivo notable, y se puede hacer porque obviamente es muy difícil encontrar errores de ortografía al hablar, aunque hay quienes lo tienen. Entonces, esta señora cuenta que se depilan mutuamente. Y que su esposo le depila el traste y ella le depila la pelvis. Ahh mierda. Esto pega, circula, hay memes. ¿Qué diferencia tiene esto con las charlas barriales?
–El periodismo hasta hoy reniega de la fragilidad de las redes en materia de calidad, pero inexorablemente se sube a ellas para impactar.
–Es inevitable. Los estudiantes me dicen “pero vos tenés todo”. Sí, estoy en Snapchat, en Tiktok, en Instagram. Sí, por qué no voy a estar. A ver, ¿está prohibido para el vejestorio?, ¿no puedo porque dentro de un mes cumplo 72?, ¿no puedo tener todo eso? Creo que hay una apropiación de esto incluso de aquellos que hemos abrevado de tipos como Dani Prieto Castillo, esos grandes de la comunicación como Alcira Argumedo, como Marita Mata, como vos con la comunicación para el desarrollo. Señoras y señoras, público, yo he estudiado por las explicaciones de mi profe.
–Este mundo dentro de todo precisa certezas en un contexto en el que estamos descubriendo una nueva bestia que es la noticia falsa.
–Pero también nos dijeron que Nerón incendió Roma mientras tocaba la lira, pero no es cierto. Según los últimos estudios Nerón parece que no tocaba la lira, tocaba a otras personas y no incendió Roma. Esa fake news le venimos trayendo desde muchos años. Nos decía también Dani Prieto Castillo que la comunicación es una guerra de percepciones. Entonces, cuando además a la comunicación le agregás esta cosa del minuto a minuto, que tenés la cucaracha y el productor ejecutivo te va diciendo “no mandes cortes, seguí, seguí, que vamos adelante”. Eso te hace decir estupideces, que a algunos les salen estupendas, claro, con mucha calidad.
“MENTIME QUE ME GUSTA”
–Son procesos ya incambiables. O sea, probablemente todo esto que está pasando con menos calidad va a pasar con mayor calidad en el futuro.
–O no. Un estudio del MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts) que yo lo publiqué en el diario dice que lejos de los bots y los trolls y todas esas palabras rarotas para circular información falsa, los que más hacen circular la información falsa son los humanos sabiendo que son falsas. Mentime que me gusta. Esto no se parece nada a lo que vivimos y yo me siento un privilegiado, me siento feliz de saber que, como dice (el periodista español Ignacio) Ramonet, otro periodismo es posible, pero acá no estoy hablando del contenido que generamos, sino de la forma en que llegamos al contenido a partir de la experiencia personal. Vos y yo hoy no estaríamos en esta mesa ni dialogando todo este tiempo de todas estas cosas, que no sé si le importan a alguien, si no hubiésemos conocido aquello.
–Un pibe de secundaria te golpea la puerta y te comenta de su interés de dedicarse al periodismo. ¿Qué le decís?
–Primero si sabe de qué se trata. Primero, yo le he preguntado a los chicos en la universidad, ya no lo hago más, les daba tres preguntas sobre por qué periodismo. ¿Qué quieres hacer cuando seas periodista? Eran las dos preguntas claves. Entonces, me decían “porque me quiero parecer a...”. ¿Y a qué quieres llegar con esto? “Quiero tener plata y ser famoso”. Esa es la enfermedad de la tele. Esa cuestión no sé si se tiene demasiado en claro. Don Carlos Montero era uno de los grandes de la tele que llegó con los cubanos, con Goar Mestre y con todo. Y yo aprendí mucho de él. Una vez me dice “periodismo es correrle a la pelota, siempre correrla”. Y le digo ¿y el gol? “Usted corra a la pelota. Y si lo dejan seguir corriendo la pelota es porque la está corriendo bien, no me moleste más, váyase”. Ahora, ¿saben nuestros colegas en ciernes que de esto se trata?
–Es nuestra responsabilidad contarles.
–Y uno trata, pero te preguntan después ¿cuándo son las vacaciones?
Cautela sobre el anuncio de vacuna norteamericana contra COVID-19
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Por Ricardo Rivas
Periodista
Twitter: @RtrivasRivas
La periodista estadounidense especializada en temas científicos Maryn McKenna, advirtió que el anuncio realizado en las últimas horas por la empresa norteamericana Moderna sobre que obtuvo resultados “positivos provisionales” en el desarrollo de una vacuna contra COVID-19, “no indica que la vacuna funcione según lo previsto” por los desarrolladores. McKenna se expresó en esos términos a través de su cuenta en la plataforma Twitter @marynmck. Explicó luego que lo anunciado es sólo “un ensayo de fase 1” realizado “en ocho pacientes” y que, “por diseño (ensayístico), esa fase (investigativa) sólo prueba la seguridad de si la fórmula (utilizada) no perjudica a las personas” y destacó que “no (es para saber) si la fórmula funciona”. McKenna –directora además del curso en línea “Periodismo en la Pandemia: Cobertura de COVID-19 ahora y en el futuro”, que dicta el Centro Knight para el Periodismo en las Américas de la Universidad de Texas asociada con la UNESCO que actualmente cursan cerca de 9 mil periodistas y comunicadores- enfatizó en que “este resultado (reportado) no indica que la vacuna funcione según lo previsto”.
El pasado 3 de abril, la colega periodista Megan Molteni, reportó en Wired -un portal informativo de la revista Science- que la empresa estadounidense Moderna procura desarrollar una vacuna contra el coronavirus. Detalló que esa firma biotecnológica tiene sede en Boston y que “es conocida por trabajar en vacunas contra el cáncer personalizadas” y que “tiene historial de respuesta a las amenazas a la salud pública, incluido el brote de Zika 2015”. Consignó que la empresa “en colaboración con científicos de los Institutos Nacionales de Alergias y Enfermedades Infecciosas, y con fondos del CEPI -Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias, una organización con sede en Noruega creada en 2017 para financiar el desarrollo de vacunas con el uso de fondos procedentes de donaciones públicas y privadas- produjo una vacuna basada en ARN (Ácido Ribonucléico) que codifica una forma estabilizada de la proteína de la punta del SARS-CoV-2”. Anunció entonces que “el 24 de febrero” Marea “envió dosis de su candidato (desarrollo denominado) mRNA-1273, al Centro de Investigación de Vacunas del NIAID, donde se iniciará un ensayo de seguridad de Fase I a partir de abril”. Lo anunciado por la firma el lunes último es el resultado de esa prueba. Molteni declinó expresarse sobre el comunicado emitido por el doctor Tal Zaks, director médico de Moderna pero, colaboradores de la periodista que pidieron no ser identificados, admitieron que la reportera exhorta a “ser muy escépticos de estos resultados” de Moderna y que coincide con McKenna en que “los ensayos de fase 1 no están diseñados para decir si una vacuna funciona o no” y enfatiza en que “con solo 8 personas (inoculadas), realmente no hay suficiente poder estadístico para decir algo sobre la efectividad” del compuesto analizado. Los informantes, sin embargo, dijeron sobre la prueba y sus resultados a este periodista “que hacer anticuerpos es una buena señal, pero no es evidencia” de efectividad del producto porque, además, la firma sólo emitió un comunicado de prensa pero “no presentó ningún dato” por lo que “es difícil analizar la veracidad de su declaración”.
Sobre el tema, el periodista Geoff Bennet, corresponsal en la Casa Blanca de la NBC News, en su cuenta Twitter @GeoffBennet, reportó que “un portavoz del HHS (Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos) le dice a NBC que (Moncef) Slaoui “ha dirigido la venta de sus participaciones en capital en Moderna y que la venta debería ser efectiva mañana por la mañana”, lo que coincide con el momento en que se realizó el anuncio de resultados “positivos provisionales” en el desarrollo de la vacuna buscada. Bennet explica luego que “Moncef Slaoui, nombrado la semana pasada para liderar el impulso de WH (la Casa Blanca) para una vacuna contra el coronavirus, renunció como director de Moderna para tomar el trabajo (en Estado), pero según los informes tiene más de $ 10 millones en opciones de acciones de la compañía. (Moderna ha recibido más de $ 400 millones del gobierno federal para ayudar con los ensayos de vacunas)”. En ese contexto, coincidentes periodistas especializados en temas científicos comentaron en reserva que, justamente por el reporte de Bennet, “hay preocupaciones de que las noticias de Moderna sean un cálculo político y financiero de uno de sus miembros de la junta recientemente fallecido (al que no identificaron), diseñado para darle a Trump una victoria (política) espectacular y aumentar los precios de las acciones de Moderna justo a tiempo para darle una ganancia inesperada”.