POR GUSTAVO LEITE

Ex ministro de Industria y Comercio

La ejecución de servi­cios personales nos indica el primer ren­glón de reducciones potencia­les. Si la premisa es que ningún funcionario debe ser despe­dido (agregar desempleados en este momento sería hacer mayor el problema), debemos trasladar el ajuste de cintos a los existentes. El rubro de suel­dos y contratos alcanza casi US$ 2.400 millones y el rubro total de servicios personales alcanza casi US$ 2.400 millo­nes. Hay suficiente grasa para cortar sin despedir a nadie.

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El análisis posterior es ¿dónde más? En el cuadro de ejecu­ción total de la administra­ción central se puede obser­var que hay más rubros para reducir el gasto. Asumiendo que Hacienda decida reducir la mitad del total necesario en servicios personales, debe­mos encontrar otros US$ 250 millones para cortar entre consultorías, pasajes, com­pras de insumos, etc.

El ejer­cicio debería ser encontrar US$ 250 millones de super­fluos, repeticiones, correccio­nes, entre los rubros 200, 300, 600 y 800, los que suman casi US$ 2.200 millones. Espere­mos que nuestros bien pagados funcionarios del MH nos den la grata sorpresa. No podemos cortar esenciales. Los insu­mos para salud, las bonifica­ciones para el personal que expone sus vidas, los sueldos de maestros contra resul­tados, no deben sufrir, más bien deberíamos aprovechar el ajuste para reivindicarlos.

Se trata de reducir lo innece­sario y reasignar, y mejorar, lo que vale la pena.Hacienda no debería tener otra prio­ridad que enviar al Con­greso Nacional un presu­puesto que solo muestre déficit para inversión para el 2021. Este paso habrá iniciado la reforma del Estado, que no es solo cor­tar gastos innecesarios, sino también mejor servi­cio para la gente.

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