A un mes de mi análisis quisiera dejar claro que la falta de control efectivo del Estado en el gasto es real. No podemos dar más un voto de confianza en el manejo de nuestro dinero al Estado, más aún con miras al presupuesto 2021. Es hora de decir “hasta aquí hemos llegado”. El modelo actual de meter dinero, que proviene del esfuerzo del ciudadano paraguayo y de las empresas paraguayas de todo tamaño, a la licuadora de gastos del Estado en su totalidad es totalmente irracional y falto de rigurosidad tan necesaria como ética. La gestión sin responsabilidad sobre las pérdidas o mal uso del dinero ajeno nunca puede ser eficiente, a no ser que cambiamos la matriz mental de la concepción de los administradores.

Según interlocutores válidos del Gobierno, el presupuesto actual de varios ministerios no es suficiente aún y se necesita mucho más. Ante esta frase solo pregunto: ¿cuánto más es suficiente? La ecuación continuemos endeudando a nuestros hijos y nietos para dejarles un país inviable no es aceptable. Nunca será aceptable sin que primero exijamos que, por los labios de los administradores públicos y ministros, empecemos a escuchar frases como “debemos recortar el gasto público todo lo que sea posible”. Y lo digo tan directamente porque esta es la frase que hoy escuchamos en todas partes de la República: “todos recortamos lo que se pueda”.

Por esto, es tan justo gritar que quiero que los administradores de mi dinero sean tan exigentes con el modo que gastan cada guaraní recaudado. Por qué razón debo dar dinero para el funcionamiento de una licuadora que quema los guaraníes en tantos gastos fruto de extorsiones, de negociados, incluso de privilegios. ¿Tan lejos están todas estas personas, políticos y funcionarios de la administración pública, del ciudadano común que se creen miembros de una intocable aristocracia?

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Nosotros, la mayoría de este país, trabajadores, luchadores de la sobrevivencia diaria, exigimos escuchar palabras de compromisos reales, con los indispensables cambios. ¡Al senador Godoy y a los que le acompañan hay que darles un reconocimiento por liderar y entender que esto es necesario hoy! No importa el modo o la ecuación. Lo importante es la voluntad del cambio de paradigma de gastar irreflexivamente. Los diputados que van y vienen ya hace semanas analizando cómo le damos algo a la ciudadanía famélica, desesperada de justicia social, migajas de empatía con su dura realidad porque no entienden aún la urgencia. Estos políticos deben entender que no es más el momento de divagar, no es más el tiempo de un autismo hacia la realidad ciudadana. Es hora de despertar, es hora de ajustar el gasto duela a quien le duela. Es hora de recortar drásticamente las compras del Estado. No nos pidan más esfuerzos a nosotros los trabajadores, los sobrevivientes de la contingencia sanitaria. Necesitamos ver que ustedes, desde el Presidente hasta el último funcionario, hagan también su sacrificio. Deben ajustar el gasto público sin excusas y tomar acciones ahora.

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